Montevideo, el Frente Amplio y medio siglo de espera
Daniel Manduré
El candidato que seguramente conseguirá mayor cantidad de adhesiones en el Frente Amplio, el senador electo Bergara plantea como “novedad” y promesa preelectoral un plan para solucionar en forma definitiva el tema de la recolección de residuos y de movilidad, que le llevará según sus propias palabras, entre 10 a 15 años. Si a los 35 años que llevan las sucesivas intendencias frenteamplistas, le sumamos los 15 que sugiere Bergara, los uruguayos vamos a estar esperando medio siglo para que solucionen algunos de los cometidos esenciales de una administración municipal.
Creo que esto sintetiza en forma clara y contundente lo que han sido las diferentes administraciones frenteamplistas. Cincuenta años de espera. De promesa en promesa, de improvisación en improvisación, de pretexto en pretexto, de fracaso en fracaso.
Sin dudas que es importante y muy sano la alternancia en los gobiernos, sobre todo después de tantos años en el poder, con tres de los siete períodos consecutivos en los que gobernaron donde incluso el Frente Amplio tuvo bajo su conducción el gobierno nacional y el departamental. Sin lograr ni siquiera allí lo cambios tan necesarios.
Desde 1990 a la fecha pasaron siete administraciones diferentes, doce intendentes (Tabaré Vázquez, Tabaré González, Mariano Arana, Pérez Piera, Ricardo Ehrlich, Hyara Rodríguez, Ana Olivera, Daniel Martinez, Juan Canessa, Christian Di Candia, Carolina Cosse, Mauricio Zunino. Médicos, Ingenieros, Abogados, Arquitectos, Economistas. Hombres y mujeres. Socialistas, comunistas, tupamaros, de la Vertiente Artiguista o independientes. Todas las variantes posibles y seguimos en la dulce espera.
Después de muchos años de aceptación, son los propios montevideanos que ahora confirman que la gestión municipal cuenta con una fuerte desaprobación. Ello quedó demostrado con el último relevamiento realizado por el monitor de opinión pública de equipos consultores, sobre todo en aquellos temas neurálgicos para cualquier ciudad como la limpieza y el tránsito. A diciembre del 2024 la opinión de los montevideanos nos mostraba que el 64% desaprueba la gestión en materia de limpieza frene a solo el 16% que la aprueba y en cuanto a transito el 49% la desaprueba frente a un 22% que la considera correcta. La comuna capitalina no contaba con índices de desaprobación de su gestión desde el 2014.
Montevideo cumplirá en el 2026, 300 años. Tres siglos de una muy rica historia. En 1724 se confecciona su primer padrón de habitantes y se le denominara San Felipe y Santiago de Montevideo, para luego en 1726 adquirir el rango de ciudad.
Una capital que tiene todo para ser una gran ciudad, para brillar. Treinta kilómetros de costa, su rambla, sus playas, más de mil plazas y plazoletas, hermosos parques como pulmones verdes que le dan a Montevideo ese singular vínculo de la urbe y la naturaleza. Con una riqueza arquitectónica de gran valor patrimonial y que juntamente con nuestras esculturas y monumentos hablan por sí solos de esa rica historia.
Pero la realidad de Montevideo hoy es muy distinta a la que muchos soñamos.
Sin dudas que lo que sucede en Montevideo y su gobierno departamental merecería un estudio sociológico profundo para lograr entender que motivación lleva al ciudadano a acompañar al Frente Amplio con el voto más allá del evidente estado de decadencia de la ciudad. Nos negamos a creer que las concepciones ideológicas puedan pesar más que la búsqueda de su modernidad y el bienestar de su gente. Es difícil no coincidir al momento de observarla. Montevideo es una ciudad detenida en el tiempo. No se han solucionado ni siquiera las pequeñas cosas, veredas rotas en todos los barrios. Una ciudad sucia, gris, donde no existen fuertes inversiones en infraestructura que coloque a Montevideo de cara a la modernidad que necesita, merece y los nuevos tiempos exigen. Desde el discurso en Plaza Lafone de Tabaré Vázquez en 1990 hasta la fecha nos vienen hablando de lo mismo. Al comenzar la gestión y cada 5 años las mismas promesas, al finalizarla, los mismos fracasos y las mismas frustraciones.
Ciudad sucia, contenedores desbordados, planes de limpieza que fracasan unos tras otro. Se genera más basura, pero se disminuye la cantidad de contenedores y se retiran las papeleras de la mayoría de los lugares públicos. Planta de disposición final de residuos desbordada con el impacto ambiental y de salud que ello ocasiona y que aún espera una solución. Mucho de improvisación y poco de proyecto serio. Un día la culpa la tienen los vecinos que son sucios, otro la cantidad de personas en situación de calle, que los uruguayos consumimos más y como es lógico generamos más basura, que la culpa es del gremio de trabajadores que trancan todo o que el gobierno central discrimina a la intendencia son las respuestas de las autoridades frente a su propia inoperancia, incapacidad, ineptitud y muy magra gestión. Grandes anuncios que mueren en la orilla. Calles que parecen bombardeadas por tantos pozos. Grandes problemas de movilidad, sin la capacidad para la construcción de nuevos accesos viales y sin sistemas alternativos de transporte como existen en las grandes ciudades. Con el boleto más caro de la región. Poca iluminación, ratas, cañadas repletas de basura, desagües y bocas de tormentas tapadas, carentes de mantenimiento, que solo con unos minutos de lluvia intensa alcanzan para tener a muchos barrios sumergidos en el agua. Las pocas obras viales realizadas demoran una eternidad con todos los trastornos que ello ocasiona para los ciudadanos.
Una ausencia total en el mantenimiento y cuidado de plazas, parques, esculturas y monumentos. Sin la vigilancia necesaria que eduque, controle y sancione con severidad los casos de vandalismo.
Tenemos y bancamos durante años al único Casino en el mundo que da perdidas y mantenemos un costoso canal televisivo flechado y de corte ideológico y proselitista.
Hoy encontramos una periferia olvidada, solo basta recorrerla para observar la situación infrahumana de muchos de sus habitantes.
Un decreto municipal anuncia desde hace unos años que se va a multar a las personas con tenencia responsable que no levantaran las heces de sus mascotas. Salieron un par de veces, pusieron alguna multa y allí terminó todo. Hoy Montevideo esta tapada por la caca de los perros. ¿Culpa del ciudadano? sí, pero también de las autoridades que están omisos en hacer cumplir su propia normativa. Así pasa con todo. Nadie educando, nadie controlando, nadie sancionado. Montevideo es tierra de nadie.
¿Dónde van los 2 millones de dólares diarios que ingresan a las arcas municipales? ¿en qué se gastan los 90 mil dólares que se recauda por día por concepto de multas? De cada 100 pesos que ingresan a la intendencia solo 13 se destinan a obras. Así es muy difícil. Van de préstamo en préstamo, de fideicomiso en fideicomiso.
La situación financiera de la intendencia está muy comprometida. El actual intendente Zunino plantea en la interna de su partido que para salir de esa muy difícil situación el gobierno nacional debería asistir financieramente a la comuna como forma de oxigenar sus arcas.
Problemas de personal no puede haber porque desde que gobiernan la ciudad el número de trabajadores ha crecido. Cuando el avance de la tecnología debería demostrar lo contrario. Mas de 8200 empleados, unos 850 pasantes y más de 3000 a través de trabajos privatizados con ONG. No hay relación entre el número de empleados y el tamaño de la ciudad y menos aún si vemos los resultados.
El 80% de lo que ingresa a las arcas municipales se va en gastos de funcionamiento y salarios. Como vemos, los números hablan por sí solos, la gestión hace agua por donde se la mire. Dejarse de gastos superfluos o de intenciones puramente demagógicas y populistas y gestionar bien y administrar mejor. Generar confianza y actuar con transparencia. Fijar con claridad las prioridades y cumplirlas. ¿Es tan difícil?
Nos estaríamos haciendo trampas al solitario si al esbozar estar muy humildes reflexiones no nos hacemos los partidos opositores una autocrítica. En este sentido debemos decir que en lo que se refiere al partido que integro poco ha hecho para revertir esta situación. De eso somos responsables todos. Parece que recordamos que Montevideo existe unos meses antes de la elección. No alcanza con los esfuerzos aislados que siempre los hay, sino con un trabajo en equipo, programado, constante, preparando y capacitando dirigentes en sus diferentes niveles que llegado el momento estén preparados y dispuestos para asumir responsabilidades de gestión en el ámbito municipal.
No esperar nada de los que dicen que vienen a servir y no a ser servidos, pero cuando las papas queman y se los necesita, hacen lo contrario, se borran y se mantienen en “la cómoda”.
Hoy hay que hablar de gestión, de propuestas, de ideas. no detenerse exclusivamente en la crítica. Todos los montevideanos, lo admitan o no, saben que la ciudad merece mucho más. Debemos lograr que Montevideo resurja de este letargo de 35 años con ideas potables, creativas y realizables. Administrando con transparencia los dineros del contribuyente.
Los colorados debemos presentar nuestro candidato y tener nuestro propio programa. Más allá de apoyar con convicción el votar bajo el lema Coalición Republicana.
Los montevideanos merecemos más, por ellos contribuimos con nuestros impuestos, tenemos el derecho de recibir mejores servicios. El Partido Colorado, el partido de la defensa, el que delineó la ciudad, el que construyó sus principales obras de infraestructura, sus principales espacios verdes, sus plazas y parques, sus 30 kilómetros de rambla, debe presentar una batería de propuestas realizables que seduzcan al ciudadano y que logren poner a Montevideo de cara a la modernidad que los nuevos tiempos demandan. Podemos hacerlo, estamos obligados a hacerlo, por historia, pero fundamentalmente pensando en el futuro.