Política nacional

Pasaportes, marchas y contramarchas

Marcelo Gioscia

Desde antiguo, los Estados han emitido a través de sus autoridades, documentos que permiten tanto la salida del territorio nacional, como la solicitud del libre paso e ingreso a otros países, brindando información relativa al poseedor de ese documento de viaje. Así en el de nuestro país, se indica que: “en nombre del presidente de la República Oriental del Uruguay se ruega y requiere de las autoridades de los países extranjeros que dejen pasar libremente y presten en caso de necesidad toda ayuda y protección a la persona a cuyo favor se extiende el presente Pasaporte”, por cierto que esta fórmula de cortesía diplomática que puede parecer “anticuada”, formaba y forma parte de aquellas formalidades, que aún hoy se mantienen.

Según sean los requisitos o limitaciones de ingreso a cada país, los poseedores del pasaporte expedido por las autoridades de nuestra República, habrán de solicitar el visado o permiso de ingreso correspondiente que corresponda a otros países, atendiendo al motivo del viaje, así como al término de permanencia que se pretenda utilizar. Una decisión del actual gobierno con respecto a los datos contenidos en los pasaportes emitidos a partir del 16 de Abril al 30 de Julio de 2025, ha causado molestias a sus poseedores, al intentar ingresar o tramitar los visados correspondientes a sus aspiraciones de ingreso, permanencia y desarrollo de actividades particulares, inicialmente en tres países que expresaron reparos en los “nuevos documentos de viaje”, concretamente Alemania, Francia y Japón, lo que motivó la inmediata reacción de la oposición y las consiguientes consultas al más alto nivel diplomático. Ahora resulta que se han sumado, Canadá y Estados Unidos, al exigir a quienes hayan pretendido utilizar esos pasaportes, un documento de identidad para probar su lugar de nacimiento. Según la Cancillería han sido 1122 pasaportes los que se emitieron entre esas fechas, los que carecían de la expresión del lugar de nacimiento de su poseedor. Ante lo comprobado, se resolvió, dar marcha atrás con la “innovación” y a partir del 1ero. de Agosto, volver a la emisión de los pasaportes en su versión anterior, los que eran considerados válidos y reconocidos a nivel internacional. Una decisión a nuestro leal entender por lo menos apresurada, que generó confusión en los sistemas migratorios de esos países, pues lejos de “modernizar”, lo decidido no le ha hecho ningún bien a la imagen de nuestro país en el mundo, y por si ello fuera poco, ha causado innecesarios perjuicios y molestias tanto a ciudadanos como al erario público (esto es al contribuyente) al duplicarse los gastos que supone la nueva emisión o reemplazo de los pasaportes que fueron “observados”. Al parecer se atendió a reclamos de la comunidad de ciudadanos uruguayos de origen extranjero… por lo que, tanto el Ministro de Relaciones Exteriores como el ministro del Interior, habrán de comparecer a dar las explicaciones correspondientes ante la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados y asumir sus cuotas de responsabilidad por lo actuado.   

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