Israel, Irán… cuestión de “desequilibrio”
Lorenzo Aguirre
La “Unión Europea” tiene estructurada un cúmulo de sanciones a Irán, como asimismo nuevas medidas a raíz del ataque que dicho país lanzara contra Israel. Úrsula von der Leyen, presidente de la “Comisión Europea”, es una de las figuras que maneja programas para contener ataques de drones y misiles lanzados por Irán, pero sería oportuno decir que, además, está elaborando penalizaciones adicionales. Todo este lío entre Irán e Israel se entrelaza con el conflicto de “Hamás”, y, guste, o no, la locura se escurre entre los dedos, dando sensación de estar a punto de una escalada incontrolable a nivel regional. La “Comisión Europea” reafirmó el compromiso de apoyo a Israel, y el grupo representado por las principales economías del mundo, “G7” – integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, y Reino Unido -, debería no demorar su intervención para un papel de orientación e impulso político y afirmación de respeto a los derechos humanos.
El presidente Joe Biden en cierta forma busca evitar el “incidente” al pedir una acción diplomática urgente, pero deja en evidencia no tener intención de participar en ninguna contraofensiva contra Irán, más allá que, el “Secretario de Estado Norteamericano”, Antony Blinken, el “Jefe de Gabinete”, Jeff Zients, y el “Coordinador para la Región de Oriente Próximo”, Brett McGurk, condenan el ataque contra Israel, y manifiestan con una cháchara llena de pamplinas, actuar con moderación.
De todas maneras, la Casa Blanca sigue esperando que, el “mensaje constructivo” del “G7”– presidido por Italia – “tenga buen pulso, sea suficiente para apaciguar los ánimos, y que, de una vez por todas, Netanyahu pueda convencerse que no es necesario continuar con respuestas militares contundentes porque desembocaría en un conflicto, y sería grave”… ¿acaso, no existe el conflicto?… la cantidad de muertes, ¿no es grave?
El “Coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional”, John Kirby, manifestó el “increíble éxito por parte de Israel, pues interceptaron más de trescientos misiles y drones lanzados por Teherán, “quedando demostrado que todo lo enviado y con un resultado de poco daño, por el momento no amerita una escalada mayor”, mientras la “Comunidad Internacional” llamó a las partes, a una contención, pero el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, señaló: “será Israel, quien decida la forma cómo defenderse”.
Un poco más lejos, en una sesión de emergencia del “Consejo de Seguridad”, Glard Erdan, embajador de Israel, expresó: “nadie tiene derecho a pedir a un país, quedarse con los brazos cruzados”. Asimismo, el representante iraní, Saeed Iravani, acusó a Israel de “desequilibrar” la región, y recordó las resoluciones del “Consejo de Seguridad”, las cuales han sido ignoradas.
Mientras todo ocurre, Teherán puso sobre el tapete el Art. 51 de la Carta de la “Organización de las Naciones Unidas”, y justifica el ataque, defendiéndose, dando respuesta a lo acontecido en su consulado en Damasco, bombardeo generando repudio internacional, y duras críticas a Netanyahu.
Más allá del articulado de referencia, en forma paralela Irán manifestó “no pretender aumentar la tensión en Oriente Medio, y que, el ataque contra Israel, fue “proporcional y dirigido a objetivos militares, para crear capacidad de disuasión, no buscando aumentar tensiones en la región”. Así, lo expresó el portavoz del Ministerio de Relaciones, para luego lamentar la falta de medidas por parte del “Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas”, de Estados Unidos, Francia, y Gran Bretaña.
Al parecer, está existiendo demasiados problemas de estrabismo, y no aprecian que, el gobierno de Irán, comenzó conversaciones diplomáticas con Rusia, India, y tiene como aliado a Hezbolá – organización musulmana chiíta del Líbano, fundada en 1982 con el objetivo de luchar contra Israel -, a quien le suministra armas, el cual también lanzara cohetes contra suelo israelí.
Como si fuera poco, también apoyan a Irán los rebeldes hutíes de Saada, en Yemen – musulmanes chiítas considerados herejes, por lo sunitas –, la “Resistencia Islámica” en Irak, que tiene milicias, insurgentes chiítas, mientras el gobierno de Irak oscila como aliado de Estados Unidos, al mismo tiempo con Irán, y por supuesto con “Hamás” desde que Irán interviniera contra Israel, en Gaza.
Observamos la actitud de Netanyahu con respecto a la “apreciación” en cuanto a detener la escalada, o si Jerusalén seguirá adelante llevando una acción bélica de gran envergadura, pero sería entonces en varios frentes de Oriente Próximo, y no creo que Israel pueda sostenerlos encontrándose desestabilizada internamente, como también respecto a la presión internacional, que, en cierta forma, lo haría entrar en riesgo de aislamiento.
Quedaron atrás los tiempos de acercamiento entre Israel e Irán – incluyendo la venta de armas por parte de Israel durante la guerra con Irak, entre 1980 y 1988 -, pero, por otro lado, la “Fuerza Aérea Jordana” después de ser antiguo adversario de Israel, se convierte en aliado al interceptar los drones iraníes, hecho que, desde ahora, pauta una nueva corriente estratégica de cara a la situación en Medio Oriente, y en particular, la guerra en Gaza.
Israel y Jordania pasaron etapas de enamoramiento y divorcios compulsivos, y con este nuevo perfil queda de manifiesto lo complejo de la geopolítica en Medio Oriente… ¡también, intereses…los locos de atar …. la estupidez humana!…
Un ataque contra Irán deja un precedente, pues, Israel, nunca lanzó una ofensiva militar en forma directa contra territorio iraní, y, en consecuencia, todo puede tener un precio muy alto para el Estado judío, pues sumaría a la guerra con “Hamas”, en Gaza, la cual lleva medio año.
Tal como van las cosas, por un lado, a Israel se le hace problemático no responder, mientras por otro, Irán se desplaza en dos tableros de juego, cambiando reglas y buscando apretar a Israel porque es momento de complementar el accionar en la Franja de Gaza, para abrir nuevos frentes.
“Inminencias” en asuntos de guerra, manifiestan que, Israel, se mantendrá sostenida – más allá de tomar alguna represalia “moderada” – porque no tiene objetivos relevantes para llevar adelante.
Al parecer, gran parte de esas “inminencias” olvidaron nada más ni nada menos, el programa nuclear de la “República Islámica”, que marcaría una escalada potente y un cambio en Oriente Medio – Cercano Oriente, dejando resultados devastadores… así, que, los “sabios” y “videntes” en conflictos bélicos, o no juegan limpio… ¡o de lo contrario, demuestran encefalogramas planos!
Israel, manejó dos alternativas; responder a Irán, porque no quiere que el ataque quede sin respuesta, pero alejándose de los Estados árabes al otro lado del Golfo – con quienes intenta acercamientos -, o negociar con Estados Unidos – desechando el conflicto con Irán -, contando con el respaldo total para bloquear, entrar en Ráfah (al Sur de Gaza), desequilibrar el último bastión de “Hamás”, y definitivamente, eliminarlo.
En primera instancia, el gabinete de Netanyahu aprobó responder el ataque de Irán, pero desacuerdos internos dejaron momentáneamente sin efecto el planteamiento. Si bien se dice que Israel lanzó un ataque a la provincia de Isfahan, la “Agencia Espacial de Irán”, lo ha negado, el gobierno israelí no reconoce dicha acción, y la Casa Blanca se niega a pronunciarse al respecto.