cronicas parlamentarias

Cuidando el bosque nativo

El 1º agosto la Comisión Especial de Competencias sobre el  Monte Nativo, presidida por el diputado Eduardo Lust, recibió al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, para analizar su informe sobre la realidad del monte nativo. El expositor fue el  ingeniero Leonardo  Boragno,  de la  División  de Evaluación  e Información  de la Dirección General  Forestal. La siguiente es parte de su intervención ante el Parlamento. En los  últimos 20 años se procesaron cerca 818 infracciones que equivalen  a 181 hectáreas por año. El monto del castigo aplicado ascendió a US$ 83.000 por año.

SEÑOR BORAGNO (Leonardo).- Lo que vamos a presentar es el estado de situación de la Dirección General  Forestal y las consecuencias  que, a nuestro entender, tiene este proyecto de ley sobre algunas actividades que estamos llevando adelante.

Tenemos  algunas aclaraciones  que hacer sobre la  exposición  de motivos;  algunas ya las adelantó el ministro y el director Faroppa. El concepto de bosque amplio y multidimensional  así  como  de  los  servicios  ecosistémicos  que  se  brindan  y  que  se plasman  en esta exposición  de motivos  es algo que la  Dirección  General  Forestal  ya viene manejando  desde hace más de cincuenta  años y está plasmado en la Estrategia Nacional  de Bosques  Nativos,  uno de los  documentos  que nosotros  les acabamos  de entregar.

Otro concepto que no está plasmado en la exposición de motivos, que habla de esa amplitud, es el concepto integrador. Digo esto porque nosotros no concebimos el bosque nativo sin considerar la  actividad productiva que se asocia a él. Hay que entender que el

98 % de nuestros  bosques  nativos,  a diferencia  de otros  países,  se encuentran  en el

derecho privado y, además,  asociados a diferentes actividades productivas.

Otro de los aspectos que queríamos  remarcar en este primer slide es el punto de calificar al Ministerio como ministerio productivo; si bien es un ministerio de la producción, entendemos  que -más la Dirección General  Forestal en su gestión- tiene a su cargo la sostenibilidad  del  bosque.  Eso tiene asociado  el tema ambiental y social relacionado  al bosque, que no es menor, y lo vamos a ir demostrando en esta presentación.

¿Cuál es la situación de la gestión de los países de la región?

En  verdad,  tomamos   como  referencia   los  países  cercanos:   Chile,   Paraguay, Argentina y Brasil. Todos conocemos que existe una gran deforestación en todos ellos,  ni que hablar en Brasil  donde  se alcanzó,  hace  poco,  a casi  3.000.000 de hectáreas  de deforestación  anual;  hoy se están incrementando  nuevamente  y andan cerca del  millón de hectáreas.

En Brasil está dentro del ámbito del  Ministerio de Medio Ambiente.

En Argentina pasa algo parecido.  Entre 1998 y 2018 perdió 6.500.000  de hectáreas y esto también  está en el  Ministerio  de Ambiente;  hoy están  pensando  en volverlo  a integrar al  Ministerio de Agricultura,  Ganadería y Pesca.

En  Chile,   la   Corporación   Nacional   Forestal   es  dependiente   del   Ministerio   de Agricultura.

En Paraguay,  el  Instituto  Forestal  Nacional  está dentro del  Ministerio del Agricultura y Ganadería.

¿Qué  queremos  decir  con esto?  Que  acá  lo  importante  es cómo  se gestiona  el bosque  nativo,  el  resultado  de la  gestión,  no dónde  está.  Además,  hay que tener  en cuenta el tipo de bosque que cada país tiene, cómo se conforma y cómo interacciona. Nosotros tenemos  un tipo de bosque,  principalmente  el fluvial  como  bosque  más importante,  que  es  como  una  red  que  acompaña  todos  los  ríos  y  arroyos  del  país, generando   un   servicio   ecosistémico    que   está   asociado   a   múltiples   actividades productivas.  Eso  tiene  una  particularidad  que  no  pasa  en  todos  los  países,  que  es específica  para el  Uruguay.  Entonces, es fundamental considerar  al  productor como un socio estratégico  para la mejora y la conservación  del bosque, y eso es parte de nuestra estrategia  de comunicación,  de información,  de transmitir todo  el  conocimiento  que ha adquirido   la   Dirección   General   Forestal   en  estos   cincuenta   años   para   lograr   la conservación de ese bien.

¿Cuál es la situación y la historia del bosque nativo en Uruguay? Acá les traigo una imagen  del  mal  manejo que se hizo en la  primera mitad del siglo XX,  cuando el  bosque nativo alcanzó a 3,5 % de la  superficie  del  país;  hoy estamos hablando de casi  un 5 %. En ese momento,  hubo un uso indebido de la madera.  Este es el ejemplo de un canal que llevaba agua a una arrocera en el cual se utilizaba madera de leña de monte. Obviamente tenía un marco legal  muy distinto al de hoy.  Luego,  con la  primera ley forestal,  se dio un marco legal, se protegió al  bosque nativo y acá tenemos el resultado.

En esta gráfica, está mostrando cómo fue la evolución mediante la presentación de varias cartografías.

La primera carta forestal  del  país es del  año 1981.  Se basaba en las  imágenes  de vuelos de la  Fuerza Aérea entre los años 1966 a 1969 -esas imágenes en blanco y negro que todos conocen- y muestra una tendencia al incremento. Hoy estamos haciendo, en el marco  del  bono,  una  nueva  cartografía  que también  muestra  un nuevo  incremento  y podemos decir que junto con Costa Rica  somos los  únicos dos países de Latinoamérica que pueden mostrar resultados positivos en su área de bosque nativo.

La Estrategia -el documento que entregamos- tiene una visión clarísima y está en el marco del  Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.  Es una estrategia llevada al 2030; la idea es plasmar esta visión que tiene el país sobre cómo debe manejar, conservar y gestionar los bosques nativos del  país.

¿Cómo es la gestión del Uruguay en este momento? ¿Cómo es la gestión que lleva adelante   la   Dirección   General   Forestal?   Actualmente,   existen   620.000   hectáreas registradas  en  la  Dirección  y  los  productores  que  registran  los  bosques  tienen  un beneficio, tienen exoneraciones tributarias. De alguna manera, hay ese compromiso de la conservación, de parte de los productores. El bosque registrado está distribuido en 5.000 carpetas,  5.000 explotaciones  agropecuarias.  Ese es el  impacto que tendría,  a nuestro entender,  este  proyecto  sobre esas actividades  productivas.  Pero no son estas  5.000, porque en verdad según el  Censo Agropecuario  del  año 201 O   los  establecimientos  que tienen, por lo menos, un área de bosques nativos son cerca de 6.200. Creo que son más todavía,  porque al Censo Agropecuario le faltó completar a nivel nacional.

¿Cuál  es la  producción más común relacionada al  bosque nativo?  Tenemos que el

73 %   de  las   explotaciones   de  bosques  nativos   tienen  la   producción  cárnica  como principal. Y eso agrupa a un 69 % del  bosque.

Otra cosa que hay que aclarar  es que por ley  está prohibido  cortar  los  bosques, salvo  expresa  autorización  de la  Dirección  General  Forestal.  Se presenta  un plan  de manejo en la  Dirección,  se evalúa el  impacto  que tiene  y si  es posible hacerlo.  Hoy por hoy,  un 29 % del  bosque registrado tiene un plan de manejo.  Ese 29 % no quiere decir que toda el área esté siendo manejada, sino que una parte de eso puede ser manejada. Además,  los  planes de manejo no son talas rasas;  pueden ser abrir  una picada,  puede ser  un  raleo  para  la  entrada  de  ganado  para  que  pueda  hacer  silvopastoreo;   tiene istintos tipos de manejo.  También  les  dejamos  el  documento  que explica cuáles son los diferentes  manejos que se pueden permitir.

Al  año  se  solicitan   56  manejos  en  promedio  y  se  autorizan   1.400 hectáreas  a intervenir.

En cuanto  a la  ilegalidad  -todo  lo  que  pasa sin el  permiso  de la  Dirección  General Forestal  y está en falta-,  en los  últimos veinte años se procesaron cerca 818 infracciones. Esas infracciones, si se ven en corta,  equivalen  a 181  hectáreas  por año, y el monto del castigo por ese ilícito  ascendió a US$ 83.000 por año.

Un punto que hay que remarcar fue cómo  la  legislación  se fue ajustando  también  a los  requerimientos   por  los  cambios  en  el  valor  de  la  tierra.  Entonces,  en  la  Ley  de Presupuesto  de  201 O,   Uruguay  tomó  la  decisión  de incrementar  el  valor  de la  multa, pasando a valer entre 40 a 400 unidades reajustables,  que equivalen entre US$ 1.500  a US$ 15.000  más o menos,  dependiendo  del  tipo de intervención  que haya sucedido,  del tipo de bosque y de la pérdida de biodiversidad.

Eso se debió a que la tierra  en ese período valía mucho y la  multa no acompañaba el  valor  de  la  tierra;  entonces,  había  productores  que,  de  mala  manera,  tomaban  la decisión de cortar,  porque les era más conveniente pagar la multa que perder el  beneficio de obtener más tierra.  Por eso se ajustó la legislación en ese marco.

¿Qué actividades viene llevando a cabo la Dirección General Forestal vinculadas al bosque nativo,  en las  que este proyecto de ley  puede tener serias  implicancias?  Como dijo el director Faroppa,  Uruguay es pionero en la emisión de un bono soberano indexado a indicadores de cambio climático y uno de los dos indicadores, justamente,  es mantener la  superficie  del  bosque  nativo.  Uruguay  en este desafío  de poner  estos  indicadores, además, eleva la apuesta y dice que si logra aumentar en un 3 % la superficie del bosque nativo, va a generar un step down en el interés de la deuda, que será un beneficio. Por lo tanto, la gestión del bosque nativo ahora es prioritaria a nivel nacional. Creemos que la Dirección General  Forestal,  que es la encargada de la gestión y de elaborar ese indicador a través  de cartografías  y todos  los  indicadores  intermedios  de  gestión,  tiene  un  rol fundamental  y no creo que la  señal  de desmantelarla  sea buena en el  marco de este bono indexado.

Otro  material  que  les  acercamos  es  el  Inventario  Nacional  Forestal.  Una de  las preocupaciones que tiene la  Dirección General  Forestal es conocer el estado de situación de nuestros bosques.  Por eso,  la Dirección General Forestal desde hace muchos años, desde 2009, viene trabajando en inventarios forestales. Ahora, adaptándose a las nuevas herramientas  que hay -drones,  lidar terrestre-, está haciendo un remuestreo  en algunas zonas  y,  con  la  experiencia  de  la  iniciativa  del  Río  Negro,  está  rediseñando   ese inventario.   Les  acercamos   ese   documento   en   el   que   está   plasmada   toda   esta experiencia.  La idea es repetir esto en distintas cuencas prioritarias,  con lo cual el país va a  poder  reportar,  en  diferentes  indicadores  -de  contenido   de  carbono,  de  cambio climático-,  con una exactitud mucho mayor de la que lo viene haciendo.

Tenemos un mayor conocimiento de nuestros bosques. La idea es protegerlos. También nos interesa evaluar cómo está el tema de la degradación del bosque, que no es menor; es una de las mayores preocupaciones  de la  Dirección General  Forestal,  porque no solo se trata de la pérdida en área -como ya quedó demostrado-, sino de la pérdida en biodiversidad.  Tenemos un gran problema con las exóticas invasoras:  el ligustro, la gleditsia, el fresno, la acacia, entre otras. 

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