Plan de paz; narrativa confusa
Lorenzo Aguirre
El presidente Donald Trump “propuso” un plan para la paz en la Franja de Gaza, expediente compuesto por 21 items en el cual exige la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás, y marca una ruta a seguir al finalizar el conflicto bélico. El proyecto, expresa que Gaza sería gobernada por un “Comité” integrado por palestinos y “expertos internacionales” bajo la supervisión de una “Junta de Paz”, obviamente presidida por el mandatario estadounidense. Israel se retiraría de la línea establecida a efectos de preparar la liberación de rehenes, y en 72 horas todos los presos, y cuerpos de fallecidos, deben ser devueltos. Por su parte, Israel debe liberar 250 reclusos condenados a cadena perpetua, y a 1700 detenidos, más allá de no ocupar ni anexar Gaza. En cuanto a “Hamás”, los integrantes que se comprometieran a la coexistencia pacífica, y a entregar las armas, obtendrían amnistía, y quienes prefieran marcharse podrán hacerlo, pero, “Hamás”, no participará bajo ningún concepto en el gobierno de Gaza. Si “Hamás” rechaza la propuesta, Israel mantendría el asedio “hasta terminar el trabajo”. El diseño de referencia tiene una narrativa confusa, como también contradicciones, además de no establecer una pauta respecto a plazos y forma de implementar las condicionantes.
El Primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, reiteró continuar la guerra contra “Hamás” hasta que los territorios sean destruidos, y afirmó: “la creación de un Estado Palestino sería un suicidio nacional para nuestro país”.
La “Propuesta Trump” se ha tornado compleja para Netanyahu, pues desconfía de las ambiciones de un Estado palestino, y la liberación de rehenes es a cambio de una retirada en Gaza por parte de las fuerzas armadas de Israel – también se impondría a “Hamás”, el abandono al gobierno -, marcando a partir de ese momento una “Jefatura Provisional” a través de una organización internacional, y un comité palestino.
Netanyahu, había manifestado ante la “Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas” que, “dar a los palestinos un Estado, a una milla de Jerusalén, es como dar a Al Qaeda una Estado a una milla de Nueva York, después del 11 de setiembre”.
En Israel, los miembros de la coalición de extrema derecha amenazaron derrocar al gobierno si el conflicto finaliza antes que “Hamás” sea eliminado, y presionan para intensificar la ofensiva militar, pues, Netanyahu, no tendría mandato de terminar la guerra sin la derrota a los terroristas, según señaló Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional.
En este juego de ajedrez sobre un tablero oscilante no existe una reglamentación en cuanto al plazo para que, el mencionado organismo internacional transfiera el gobierno de Gaza al “Autónomo Palestino”, más allá que ejerce un autogobierno nominal en la ocupada zona de la Ribera Occidental, tiene restricciones por parte de Israel, y rechaza todo protagonismo en cuanto diligenciar en Gaza.
RECONOCIMIENTO AL ESTADO PALESTINO El asalto israelí sobre la Franja de Gaza, como asimismo la escalada en Cisjordania – nombre creado por Jordania luego de la invasión en 1948 -, movilizó internacionalmente el fatigado tema sobre la creación de un Estado palestino, y Naciones Unidas – donde Palestina mantiene desde 2012 un “estatus de observador”, pero sin lograr respaldo como “Miembro Pleno” -, ahora con más de 150 países (en 193) – recientemente, adhirieron, Francia, Reino Unido, Canadá, Australia, y Portugal –, respalda y reconoce a Palestina como Estado independiente, con soberanía y derecho a la autodeterminación.
De todas formas, el hecho no garantiza a Palestina la admisión a Naciones Unidas, pues, para ingresar, necesitaría mínimo 9 “Miembros de Pleno Derecho” – de 15 integrantes del “Consejo de Seguridad” – votando por la afirmativa, y ninguno de los 5 “Miembros Permanentes” – Estados Unidos, Rusia, China, Francia, y Reino Unido – vetando la propuesta.
Para Israel, reconocer un Estado palestino es apoyar a “Hamás”, catalogado como terrorista no solo por Estados Unidos, sino por la Unión Europea, pero mientras tanto, “Hamás”, aplaude, se mofa, pone énfasis en descartar deponer las armas, y reivindica todavía más el “derecho a continuar la lucha armada”.
Como si fuera poco, la creación de un Estado palestino implicaría también la posible instalación de una plataforma iraní, al lado de Tel Aviv, y Jerusalén.
CUESTIONES DE “ACUERDOS” Valdría la pena decir que, el Estado palestino, jamás existió; cuando se derrumba el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial, en 1916 se concreta el “acuerdo” “Sykes – Picot”, entre Gran Bretaña y Francia, definiendo la propuesta para zonas de influencia, y control de países en el Próximo Oriente – incluyendo, Arabia Saudí, Armenia, Catar, Egipto, Emiratos Árabes, Israel, Irán, Jordania, entre otros -, en caso de lograr la victoria contra el poderío de referencia.
Traducido al español: el territorio norte, devorado por británicos, y el sur, por franceses.
“Sykes – Picot” fue una demostración de soberbia imperial en Occidente, porque, en realidad, todo se movió estratégicamente buscando establecer una población de clientela circulando en ese territorio, a efecto de no ser abordado por enemigos, entonces, desde allí, utilizar un soporte de ataque contra el Canal de Suez.
Obviamente, en la zona del conflicto actual se viola el derecho humanitario, y sería oportuno expresar que, el gobierno de Netanyahu solo cuenta con un 26% en la Asamblea, realidad que puede modificar los acontecimientos.
A decir verdad, Netanyahu dio prioridad a continuar la guerra, porque, en buena medida también sobreviviría su gobierno, y sus ministros de derecha, saboteadores de acuerdos para un “alto el fuego”, festejaron seguir gozando de seguridad política, y no abandonar los sillones de poder.
También, sería momento para manifestar que, la sociedad palestina no es realmente lo que nosotros en el imaginario colectivo tenemos. No existió, ni existe, ningún Estado palestino, y al mismo tiempo hay una colectividad de oligarquía interactuando con “Fatah”, organización que, en cierta forma, es resultado de la idea de Yasser Arafat buscando instaurar un Estado palestino, pero, ellos, no lograron consolidarlo.
Las familias conformando la mencionada comunidad, negocian con Israel, entonces, esa imagen sobre palestinos, de ser un pueblo sometido, no es tan así.
Más allá, cuando dicen, la causa palestina debe tener apoyo internacional, es preciso recordar que, el sostén, debería comenzar por Egipto, pues, el “paso de Rafah” lindera con Gaza, y está bloqueado.
¿Por qué, no abren?