Política nacional

Consulta popular y cálculos electorales

Marcelo Gioscia

Resulta por cierto interesante, en los tiempos que vivimos, observar y a la vez analizar los mensajes que trasmiten actores políticos de la oposición, que pugnan por recuperar el poder del que fueron desplazados en el 2019, y los malabarismos lingüísticos que ensayan, para no pronunciarse claramente sobre asuntos que no resultan menores para el país, ni para un gran número de habitantes de este suelo. Más aún cuando, según un estudio que ha tomado estado público, en esta contienda electoral, la masa de “indecisos”, hoy estaría más inclinada a mantener el gobierno de la Coalición Republicana, que a optar por “un cambio” de rumbo. Muy diferente situación a la que se percibía cinco años atrás. El porcentaje de aprobación a la gestión del titular del Poder Ejecutivo sigue siendo muy importante, y pese a los contenidos de los pasacalles que aseguran el “fracaso del gobierno” y a las pintadas callejeras, la realidad muestra otra cosa. Uno de esos temas, es la consulta popular que ha impulsado el PITCNT sobre la reforma de la seguridad social, que incluye la edad de retiro, la eliminación de las AFAPS y el sistema de ahorro individual. Esto en los hechos, supondría una verdadera expropiación de esos dineros, sin que se garantice a los ahorristas qué pasará con esos capitales. Ninguno de los dos candidatos con posibilidades de ganar su interna y eventualmente la Presidencia de la República, han sido claros con la ciudadanía. Firman “para que el pueblo decida” pero, luego se reservan el derecho a expresar su voto en la instancia de consulta plebiscitaria. Como si fueran ciudadanos “de a pie”, cuando su condición de candidatos, les debiera imponer el deber de tomar posición pública sobre el asunto y dejar de hacerse los distraídos. Debieran manifestar claramente, si están o no de acuerdo con las modificaciones que se pretenden hacer valer en esta materia tan delicada. Y efectivamente, sin cálculos electorales, trasmitir sin eufemismos, su posición y cuáles son las alternativas que proponen. Debieran asumir, como hizo el gobierno al sancionar la Ley, los costos políticos de su accionar, anteponiendo el interés general por sobre todo otro interés. Pero ello no ocurre. Y ese grupo de ciudadanos, sin filiación política definida, que se manifestará recién en las elecciones nacionales, inclinará con su voto la balanza, a nuestro leal entender valorando la valentía del gobierno. Pues asumió que debía concretarse esa reforma, para garantizar el presente y el futuro del régimen previsional de nuestro país. Reforma necesaria –tal vez como ninguna otra- de la que se hablaba, y pontificaba…como “urgente y necesaria”, pero que no se animaron a promover en los quince años que ejercieron el poder. A nadie le quepa duda: los cálculos electorales, prevalecieron por sobre el interés general. ¿Hasta cuándo la ciudadanía soportará  este tipo de actitudes, que no hacen otra cosa que subestimarla? ¿Se arriesgará el ciudadano a dejar de cobrar mensualmente sus pasividades? ¿Cambiará certeza, por incertidumbre

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