La renovación avanza a paso firme
Daniel Manduré
En la noche del 30 de junio Andrés Ojeda se termina transformando en el candidato a la Presidencia por el Partido Colorado. Nada más valorable que la humildad en momentos de triunfo. Sin euforias desmedidas ni exitismos baratos. Con la gran tranquilidad de haber dejado todo en la cancha para lograr el primer objetivo. El orgullo personal de haber contribuido en ese logro, con el apoyo de un gran equipo.
Andrés Ojeda ganó sin que nada lo moviera de su eje, a pesar de las críticas que arreciaban. Ganó empuñando las banderas de la unidad y la renovación. Unidad en la diversidad, donde el pensamiento diferente sea un factor enriquecedor, sea una fortaleza y no una debilidad.
Andrés ganó porque tendió puentes en vez de bombardearlos. Eligió tender los brazos en vez de cerrar puertas.
Andrés ganó por interpretar la imperiosa necesidad de renovación que el Partido Colorado pedía a gritos.
Ganó por su solvencia, capacidad y el excelente manejo de la comunicación, imprescindible en estos nuevos tiempos. Con una visión moderna, aggiornada y muy pragmática.
Ganó recorriendo más de una vez el país de punta a punta. Siempre se mostró muy cercano.
Ganó por sus profundas convicciones.
Ganó, a diferencia de lo que algunos decían, con ideas concretas y lineamientos claros en todas las áreas de la vida del país, incluso realizando propuestas en algunas en las que nadie lo hizo.
En seguridad pública, salud, economía, medio ambiente, comercio y relaciones internacionales, cultura, deporte, pero también haciendo hincapié en la salud mental o el bienestar animal.
Andrés hablò claro, concreto y sencillo. Todos entendieron su mensaje.
También ganó por el invalorable aporte de la gente, de la que militó con convicción e incansablemente en cada rincón del país, como de la que salió decidida, un domingo frio y en inicio de vacaciones de invierno a acompañarlo con el voto. Nada más reconfortante que eso.
Si bien el Partido Colorado baja su votación en estas internas, debido a varios factores, de lo que hay que tomar nota y analizar, es una realidad que sumando la votación de los partidos de la coalición republicana le volvimos a ganar a la coalición frenteamplista.
Más allá del exacerbado exitismo frenteamplista y su acostumbrada soberbia, el Frente Amplio, encabezado por Fernando Pereira vuelve a ser derrotado. Perdió en el balotaje, perdió en la plebiscito por la Luc y lo vuelve a hacer por unos 35 mil votos en esta interna.
Fernando Pereira es el símbolo del exitismo de la derrota.
Son tiempos nuevos. Es el tiempo de sumar voluntades en clave coalición.
Hay dos bloques bien diferenciados, la coalición frenteamplista y la coalición republicana. La frase utilizada por Andrés Ojeda una y otra vez sobre que “el Frente Amplio no gane”, no es un capricho o frase vacía. Encierra un gran significado.
Es un NO bien grande al retroceso.
Es un NO a aquellos iluminados que hoy ofrecen espejitos de colores, pero fueron incapaces de reformar la enseñanza o la seguridad social.
Un NO enorme a los que tienen los índices históricos más altos en materia de todos los delitos. A los que nos ofrecen más de lo mismo, con Leal, Layera y Carrera.
Los que no saben si seguir los pasos de Olesker u Oddone en materia económica.
Un NO al discurso vacío de Orsi y a la soberbia de Cosse
A los que no se ponen de acuerdo en que hacer con el plebiscito impulsado por el Pit Cnt y apoyado por algunos sectores frenteamplistas sobre la seguridad social, que, de aprobarse, sería nefasto para la república.
Un NO bien grande a los que adoran la dictadura cubana, se abrazan y defienden a Maduro o le supieron entregar la llave de la ciudad al tirano Daniel Ortega.
Un NO a los que fundieron Ancap y a Pluna o al desastre que hicieron en gas Sayago Los que despilfarraron el dinero de los contribuyentes.
A los que se oponen a todo sin presentar soluciones a nada.
Un NO a los que despedían en el parlamento como héroes y entre aplausos a diputados procesados por corrupción.
Un NO a los que organizaban caravanas a ministros y presidentes de bancos procesados por la justicia.
Un NO a quienes tuvieron entre sus filas al único vicepresidente en la historia del país procesado por malversación de fondos y abuso de funciones.
Sobran los motivos para no querer más Frente Amplio.
Queremos más y mejor coalición republicana. Una coalición donde sin que nadie pierda su identidad se muestre unida. Que administre con inteligencia los matices o diferencias, en una mesa coordinadora donde se dialogue y se busquen los puntos de encuentro. Un gran paso fue, sin dudas, a impulso de Mieres, la firma en conjunto, de un documento donde se alerte a la población sobre los peligros para el país que encierra el plebiscito que impulsa el Pit Cnt y que acompañan algunos sectores frenteamplistas.
Es el momento del Partido Colorado, tenemos con Andrés Ojeda y Robert Silva una gran fórmula. La mejor. Se complementan muy bien. El mejor equipo para dar soluciones al principal problema que aqueja a la ciudadanía, como la seguridad pública.
El Frente Amplio no lo logro en 15 años y estamos sufriendo hasta hoy sus consecuencias, fue nefasta su gestión. El Partido Nacional, con aciertos y errores, solo lo logró a medias. El Partido Colorado merece su oportunidad.
El Partido Colorado unido va a presentar seguramente un gran programa de gobierno, creíble, concreto y realizable.
Hay que seguir, hay mucho por hacer, esto recién comienza. Con convicción, trabajo y humildad.
La renovación avanza a paso firme.