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Campañas, financiamientos,

Ideas y Programas en la encrucijada de lo

Políticamente correcto

César García Acosta

Algo se rompió en la política uruguaya. El viejo fairplay o las reglas del juego, ya no son las mismas. La copa, el corazón y el dinero ya no conjugan con el viejo sistema de colectas y los sueldos de los políticos como sustentos de campaña. Las cenas de recaudación para recolectar fondos y lo aportes en el bolsillo, generan acusaciones mediáticas que recrean situaciones confusas. Con modernos actos en edificios donde funcionan estacionamientos hospitalarios, o en casonas alquiladas de los barrios más caros de Montevideo. Mientras el Frente Amplio denuncia excesos, poniendo en duda la procedencia del dinero, las campañas de Alvaro Delgado en los blancos, y de Andrés Ojeda en los colorados, quedan sospechadas con acusaciones sin pruebas. En este contexto los candidatos se sienten comprometidos a explicar de dónde salen sus dineros. Hoy un TikTok tiene más fuerza que un jingle y rinde más que un minuto de televisión.

El presidente del Frente Amplio (FA) dijo que Delgado “debe autorregularse” y Ojeda “decir de dónde saca tantos recursos”. A su favor, alegó: “¿Cómo un partido que tiene 6% de intención de voto maneja tanto dinero?”.

El FA presentó ante la Corte Electoral una denuncia contra el precandidato blanco Álvaro Delgado, al que acusa de violar la veda electoral por emitir propaganda en televisión. El presidente de la fuerza política de izquierda, Fernando Pereira, dijo que espera que la Corte Electoral observe a Delgado y que lo intime a que no emita más avisos fuera del plazo previsto en la ley.

Pereira afirmó también que “Delgado debería autorregularse”.

“Han colocado spots, en caso de Delgado de casi cinco minutos, hablando de la gestión del gobierno actual, utilizando imágenes del presidente, proponiendo un segundo ciclo de transformaciones, y al final dice que se puede mirar en la página web el programa. Esto claramente viola la ley electoral. No es para lo que fue pensada la ley electoral, que era para evitar desventajas y que la campaña estuviera ceñida a un tiempo prudente”, dijo Pereira.

El presidente frenteamplista insistió con que “es un spot que saca ventaja”, y que “es obscena la cantidad de publicidad que están publicando en la precampaña”.

Pereira dijo que el precandidato colorado, Andrés Ojeda lleva 10.000 segundos de pauta en televisión, lo que consideró “obsceno”. “¿Y qué tiene que hacer Ojeda? ¿Enojarse conmigo? No, decir de dónde sacan tantos recursos”, sostuvo. “¿Cómo es que un partido que tiene 6% de intención de voto maneja tanto dinero”, afirmó después.

El presidente de la fuerza política señaló que lo que está habilitado es convocar a actos, pero, dijo, en el caso de Delgado “claramente no se convoca un acto … La inteligencia de los uruguayos es bastante superior a la subestimación que Delgado está haciendo del tema”.

Pereira también afirmó que en el oficialismo “no han querido votar la Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos para no perder el financiamiento privado”. En particular, apuntó que este asunto “lo trabó el Partido Nacional”.

Los partidos políticos son grupos organizados que contienden en las elecciones para obtener cargos públicos, operar en el gobierno y determinar la política pública. Sus organigramas difieren dependiendo del contexto social y político de cada país, pero todos comparten los mismos intereses de postular candidatos y ganar elecciones. Para que esto se concrete se necesitan fondos que sostengan las campañas que defenderán ideas, convencerán de sus razones y que se legitimarán a base de la credibilidad de sus candidatos. Todos se muestran y todos se arriesgan. La búsqueda del control de los partidos pasa por na Corte Electoral sin peso ni poder sancionatorio para aplicar penas a quienes se aparten del contenido regulador de las leyes electorales. Quizá por eso, al menos hasta ahora, los políticos más relevantes del país contaban con un alto nivel de apoyo ciudadano basado en su credibilidad personal y política. Los partidos políticos son organizaciones afines a mantener la integridad del monitoreo de sus procesos electorales con el solo fin de asegurar que ningún partido reciba trato preferencial.

Para que haya elecciones libres y justas, el funcionamiento interno del partido político debe ser transparente como el proceso electoral mismo. Esto hace que los mecanismos para la selección de candidatos sean transparentes, justos, y no discriminatorios. Para eso la legislación debe cubrir la actividad de los participantes y la reglamentación interna de los partidos políticos debe hacer responsables de sus acciones a los líderes de los partidos.

Los partidos políticos no siempre han sido modelos de transparencia e integridad en su lucha por los cargos públicos. En los Estados Unidos, algunas organizaciones regionales o locales de partidos políticos han sido llamadas «máquinas políticas». Este nombre provino de los partidos que operaban como máquinas bien aceitadas manejadas por un jefe, un pequeño grupo de líderes autocráticos, cuyas órdenes eran ejecutadas por un pequeño grupo de miembros leales. Estas máquinas eran conocidas por sus métodos poco éticos de mantenerse en los cargos públicos mediante el uso de sobornos, influencias, chantajes, control sobre las postulaciones y fraude electoral. El poder de estas máquinas políticas se redujo mediante la introducción de elecciones internas de partido (primarias) a fin de seleccionar al candidato del partido, y el activismo de la ciudadanía para restaurar un gobierno limpio y responsable.

Tener un partido político que actúa de manera ética y legal durante el proceso electoral es un mecanismo eficaz de integridad electoral. Puede reducir los intentos de manipular el proceso y ayuda a asegurar que los administradores electorales y demás participantes se responsabilicen por sus actos.

Competir en una elección demanda dinero y las campañas electorales son caras. Los fondos deben cubrir desde la oficina de campaña, el personal, la votación, la transmisión de los mensajes, y los traslados del candidato que debe viajar para tomar contacto con los electores. Uno de los factores principales en el aumento en el costo de las campañas es la creciente dependencia del uso de publicidad en los medios masivos de comunicación.

Aquí, en el Uruguay hasta febrero de este año, las pautas en redes sociales, volaron:

Según los últimos datos de Meta, entre diciembre y mayo, quien más dinero invirtió en publicidad electoral fue la agrupación Convocatoria Seregnista Progresista, que apoya la precandidatura de Mario Bergara. En total pagó 509.278 pesos en la plataforma de Zuckerberg distribuidos en unos 51 avisos, entre los que hay afiches que muestran a Bergara junto al exvicepresidente Danilo Astori con la frase “Bergara aprendió con Astori” y también videos del dirigente de izquierda saludando a vecinos y hablando en público.

La segunda mayor inversión en esas redes sociales la hizo la agrupación llamada Andrés Ojeda por el Partido Colorado, que puso 333.363 pesos para promocionar unos 64 avisos. El precandidato colorado invirtió menos dinero que la agrupación que promociona a Bergara, pero distribuyó el dinero en una mayor cantidad de publicidades. Quien pautó más avisos en Meta durante el último tiempo fue la página oficial de Andrés Lima, el precandidato del Frente Amplio y actual intendente de Salto, quien invirtió en unas 167 publicidades, aunque ocupa el puesto número cinco cuando se categoriza según los montos, que fue de 77.163 pesos.

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