Noticias

El día después de las internas

Derribando muros

César García Acosta

El Partido Colorado sigue pagando un alto precio que proviene de la crisis bancaria de 2002, de los efectos del balotage anticipado, de la cultura ineludible del bipartidismo, y hasta por el inevitable batllismo extendido hacia todas las expresiones políticas que finalmente conjugan la oferta electoral. Respecto de las elecciones primarias (la de los precandidatos), que también son internas en los partidos políticos, comparado con 2019, le significó perder 80 mil de los 181 mil votos que había registrado hace 5 años.

“Hay dos palabritas que se escriben muy parecido, y que se leen muy parecido”, le inquiría el periodista de radio Sarandí, Daniel Castro a Tabaré Viera. Esa pregunta sugería en que si bien hay palabras que “suenan muy parecido”, como “consecuente” y “obsecuente”, el dilema colorado pasaba más dirimir el conflicto de “tener que votar al partido colorado que fue obsecuente con el partido nacional en esta coalición gobernante, o votarlo porque fue consecuente con el programa de gobierno pactado para el balotage del que salió presidente Luis Lacalle.

Yendo hacia la historia de las cosas “un tema es hocicar ante el partido nacional, que a muchos colorados les genera zarpullido, o mirar las cosas en clave de coalición y demostrar que se pudo cumplir.” Para Tabaré Viera esto muestra “palabras que son parecidas, pero que dicen cosas que son bien diferentes, y las dos las he escuchado. Cuando decidimos hacer una coalición electoral la primera obligación que tiene un político es tratar de ganar la elección, no de perderla.”

Ahondando en las formas que va adquiriendo la política, Viera enfatizó que, “por mejores candidatos, propuestas o ideas que se tengan, si no se es gobierno no sirve, porque no se logra el objetivo. Lo primero es tratar de ganar, y para eso en el mundo entero se hacen acuerdos y se hacen estas coaliciones electorales. En el Uruguay lo hizo el Frente Amplio en el 71, la famosa `colcha de retazos´, donde llegaron a poder estar juntos y formar una coalición, partidos tan diferentes como el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Comunista, o el MLN.”

El análisis político de las coaliciones electorales que se han manejado en Uruguay, para Tabaré Viera, “han sido válidas y existen en todo el mundo, y eso fue lo que hicimos con la coalición multicolor, hoy coalición republicana, con cinco partidos, y hoy con cuatro. Esto tuvo como base un acuerdo que terminó en un programa de gobierno común. O sea, la coalición es electoral para ganar debe llevar adelante lo que se acuerde, que son los compromisos por el país. Y eso es lo que nos compromete. En el caso del Partido Colorado no nos sentimos furgón de cola de nadie, ni somos obsecuentes con nadie. La mayoría dentro de la coalición la tuvo el Partido Nacional, pero nosotros somos socios, no somos obsecuentes de nadie y no tenemos compromiso ni con el Partido Nacional, ni siquiera con la coalición.”

Sobre el perfil presidencialista del gobierno de coalición, fuertemente concentrado en la figura del presidente Lacalle, en la visión de Tabaré Viera “mostró que la institucionalidad de la coalición debía crecer y formalizarse. Fue un periodo muy especial, fue un primer periodo de la coalición. Sabemos las vicisitudes que nos tocó enfrentar, como la pandemia, por ejemplo, pero no fue la única. Creo que esa es una materia para este próximo periodo. La coalición tiene que avanzar en la institucionalidad, es decir, tener órganos de funcionamiento, de participación, de debate, de resolución de diferencias. Hoy en ADM le hicieron una pregunta bastante interesante referida a este tema a Álvaro Delgado, que es el precandidato que se perfila en la interna del Partido Nacional.”

Si no llegamos -miren lo que les voy a decir-, a terminar de acordar estas cosas sobre el funcionamiento de la coalición u su institucionalidad, en lo que incluyo también lo departamental, la coalición más a largo plazo corre riesgo de no sostenerse”, enfatizó Viera, quien agregó que “esto va a estar presente en esas charlas rumbo a octubre, aunque hay cosas que van a ser previas necesariamente.”

Con renovación estructural o sin ella, una cosa serán los colorados desde el Gobierno y muy otra desde el llano.

Si el Partido Nacional profundiza cada vez más su brecha como Partido Blanco, ese perfil lo aislará tanto o más que la consecuencia de las acciones individualistas de sus propias autoridades. El abucheo a Alvaro Delgado al anunciar la vicepresidencia de su fórmula, más que levarlo al centro imaginario de la política, lo derivada –con Valeria Ripoll como protagonista- hacia la concepción radical y extremista de Asamblea Popular que es de donde proviene la ex sindicalista de a Adeom y actual funcionaria de la Intendencia de Montevideo.

Esta mirada en perspectiva de Alvaro Delgado más que la búsqueda de socios rumbo a noviembre cuando el balotage, lo sitúa como detractor de lo que sus socios piensan cómo deberá actuar cuando el parlamento se instale y sea Ripoll la única garantía de interacción política con el paquete de leyes que habrá que poner sobre la mesa de las negociaciones entre los miembros de una coalición a la que poco le importará sus conflictos internos, sino el talante para cohabitar desde una colcha de retazos más heterogénea que el Frente Amplio.

La silbatina y el abucheo del momento de los anuncios en la plaza Constitución, vaticinan tiempos difíciles para un presidenciable demasiado presidencialista.

Compartir

Deja una respuesta