Un segundo tiempo en Rivera
Buscando una mayor equidad social
César García Acosta
Como en toda campaña electoral las departamentales en Rivera dejaron en evidencia al menos dos visiones o enfoques estratégicos de su gestión, que en lo previo trataban de marcar su acento en la dureza del intendente Richard Sander al encarar su gestión al margen de la cesión de espacios y de cargos en la búsqueda de apoyos a su candidatura.
Desde que Tabaré Viera llegó a la intendencia en 2005, en el momento más crítico de su historia reciente, con una administración desfinanciada, sin fondos en caja ni previsiones presupuestales mínimamente ajustadas a los salarios que debían pagarse y a las obras de necesaria realización, pasaron 1020 semanas que transformaron en realidad el modelo batllista de una ciudad moderna, que como atributo más destacable lo presenta su geografía que lo hace un paraje único en América Latina, conviviendo dos ciudades, Rivera y Santana do Livramento, apenas separadas por una calle que es quien sirve de límite imaginario.
Son los colores de las fachadas de las fincas o la cartelería comercial los que más advierten que se puede estar en Brasil o en Uruguay casi sin darse cuenta.
La hermandad de ambas ciudades, que es su mayor potencial, también es un signo evidente de la desproporción de esos países, donde el tipo de cambio o las políticas implantadas desde miles de quilómetros de distancia, juegan un rol trascendente en una ciudadanía donde unos y otros viven de un lado o del otro de la imaginaria línea divisoria que une más de lo que separa.
Sin necesidad de grandes acuerdos interinstitucionales, los gobiernos locales han sabido ejercer sus responsabilidades funcionales donde desde la salud pública hasta la policía funcionan sin importar todas las implicancias de un límite conformado apenas por una calle y una plaza.
Richard Sander en su segunda versión de gobierno vuelve a reiterar el orden fronterizo, el rescate de la cultura uruguaya, la búsqueda de los vínculos sociales y económicos con el gobierno nacional, con el solo fon de lograr mayores recursos para una población que esta entre las más débiles del país.
La presencia en la asunción del intendente Richard Sander, del director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto del gobierno de Yamandú Orsi, ha sido un mensaje claro equívoco de que lo reclamos fronterizos han sido escuchados por la centralidad montevideana.
Al decir del intendente, la búsqueda será la de mantener una Rivera cada vez más equitativa.