JUTEP: se reformula o se elimina
Daniel Manduré
No fue la JUTEP y su análisis e independencia técnica la que se pronunció en el caso Danza, fue el Frente Amplio y su defensa político-partidaria que lo hizo a través de sus dos representantes en ese organismo. Lo de la Junta de Transparencia y Ética Pública, fue tan vergonzoso como grave. Una afrenta a la institucionalidad. Un verdadero papelón. De ética muy poco y de transparencia menos. La ciudadanía no puede darse el lujo de estar pagando salarios a quienes, en vez de estar con su solvencia e independencia técnica, garantizando elementos esenciales en el desempeño de la función pública, como la ética y la transparencia, terminen haciéndole los mandados a los partidos políticos a los que representan. O se reformula o mejor que no exista.
Equivocados están aquellos que prefieren decir, en forma retorcida, que con estas afirmaciones estamos apoyando a la JUTEP cuando sus decisiones nos convienen y la criticamos cuando sus posturas no coinciden con las nuestras.
Muy alejado de eso. En este caso rompía los ojos, aquello de las dos bibliotecas, no tiene sustento en este caso. La violación al artículo 200 de la constitución era claro y ni siquiera es necesario ser un erudito en materia jurídica para poder interpretarlo. La incompatibilidad es evidente. Sumado a eso, la violación a otras decenas de códigos y normativas del involucrado. No olvidemos además que Danza marcaba tarjeta en forma virtual como trabajando en un lugar y aparecía el mismo día y a la misma hora desempeñando funciones en el interior del país por ASSE. Hay un daño evidente al Estado. A cualquier ciudadano, en un caso similar, le hubiese costado por lo menos un sumario y hasta su posible destitución. ¿Qué autoridad moral puede llegar a tener mañana un jerarca, para señalarle a un subordinado, cuando sea este, quien cometa una irregularidad grave de este tipo?
Hace meses que estamos sumergidos en esta discusión por la soberbia y terquedad del gobierno. Sin dudas que hay otros temas que pueden importar más a la ciudadanía y que hacen a sus preocupaciones cotidianas, como trabajo, salario, educación, seguridad, salud mental. Pero créanme que este no es un tema menor y que pinta una realidad que con decisiones como esta van deteriorando la credibilidad en las propias instituciones.
¿Por qué si Danza cumple con todo, como vienen afirmando desde el propio gobierno, si no viola la constitución ni ninguna otra normativa, ahora renuncia a algunas de sus otras responsabilidades laborales? ¿Porque negándose a hacerlo durante tantos meses, dan marcha atrás y lo hacen ahora?
Porque ellos saben que están violando la constitución. No les importa. Lo político por encima de lo jurídico.
Los dos representantes frenteamplistas en la JUTEP hicieron oídos sordos al informe verdaderamente técnico del equipo jurídico de ese organismo, de abogados que ingresaron por concurso y que señalaba con meridiana claridad la incompatibilidad del Dr. Danza. Prefirieron hacer los mandados políticos partidarios, seguramente por miedo a tener el mismo fin que el representante comunista de la JUTEP del período pasado, Jorge Castro, que al votar en contra de los intereses frenteamplistas y de la ingeniera Cosse en el caso Antel Arena, le pidieron la renuncia y lo sustituyeron. ¿saben por quién lo sustituyeron? Por quien hoy es su presidenta, Ana Ferraris. Todo cierra, nada es casualidad.
A la ministra Lustemberg, a quien supe destacar en algún otro tema, es este caso se le quemaron los papeles. No estuvo a la altura. Una conferencia de prensa para el olvido. Hablando de que “ahora Danza va a poder dedicarse de lleno a su función” ¿Qué quiere decir con eso? ¿Hasta ahora no lo hizo entonces? Lamentable y triste.
Un gobierno en grave problemas, sin cumplir con las promesas ni compromisos asumidos con la ciudadanía, a pesar de que en ese mundo paralelo en el que se mueven Fernando Pereira, Pacha Sánchez y Jorge Diaz afirmen que se vienen cumpliendo con más del 60% de las promesas realizadas. Esa realidad virtual en la que viven y a lo que se le suma ese collar interminable de irregularidades de jerarcas a los que hay que remover una y otra vez. Socavando la credibilidad de la propia institucionalidad.
Danza podrá tener los pergaminos profesionales y técnicos, los que no ponemos en duda. Eso nunca estuvo en juego. En cuanto al desarrollo de su gestión y los logros alcanzados hasta el momento, tan “ensalzados” por la ministra en la conferencia de prensa, podría ser motivo de otro debate. Ese no es el tema en esta instancia. Danza ya no tiene la confianza, credibilidad ni los atributos éticos necesarios para continuar en el cargo. Veremos que sucede en la interpelación.
Pero el foco se corre también para la JUTEP, al que debe buscarse en forma urgente su reformulación. Con consideraciones estrictamente dirigidas a resoluciones técnicas, para garantizar la defensa de los valores éticos y de transparencia, motivos de su creación. Si ese no va a ser el camino, es preferible que no exista. Una JUTEP técnica y no militante.