Política nacional

Carolina Cosse: la sacerdotisa del Oráculo de Delfos

Daniel Manduré

Montevideo tapado por el agua, como nunca se vio. Una hora de lluvia intensa alcanza para transformar a la ciudad en un gran caos. Es histórico que la zona de la terminal de AFE se inunde, pero ahora eso mismo ocurre en casi toda la ciudad. La prensa registra fotos y filmaciones sorprendentes de los más diversos barrios. Goes, Parque Batlle, Aguada, Malvin, Parque Rodò, Cerro Norte, Villa Dolores, Centro, Pocitos o Casavalle entre tantos otros. Calles cortadas, autos flotando a la deriva por las fuertes corrientes de agua, contenedores recién colocados que navegaban por las sucias calles montevideanas, ciudadanos que veìan impotentes como las aguas se colaban a sus viviendas y comercios. Lo que deja al desnudo la ausencia total de trabajos de mantenimiento en desagües, bocas de tormenta y desobstrucción de cañadas o de la búsqueda de nuevas formas de canalización.

Cosse tuvo tiempo de suspender su acto de lanzamiento de campaña política de este sábado por el pronóstico de intensas lluvias, pero no para limpiar las pluviales.  

Esto resume su gestión. Así de despide Cosse, sin pena y sin gloria. Montevideo sucio y sin obras. Una despilfarradora serial.

35 años gobernando la ciudad, para esto.

Se dedica, como pitonisa, a predecir los supuestos males de la gestión de otros, pero es incapaz de advertir y menos solucionar los graves problemas de la ciudad a la que se supone debía gobernar.

Carolina Cosse parece ser la Pitia del Oráculo de Apolo en Delfos.

Donde reyes, soberanos, gobernantes, ciudadanos comunes concurrían esperando que el oráculo les brinde las respuestas deseadas. Delfos ese lugar considerado por los griegos el ombligo de la tierra.

Oráculos famosos por leer el futuro donde Pitia era la sacerdotisa que presidía el oráculo. Se dice que Pitia utilizaba vapores alucinógenos para comunicarse con los dioses. Algunas de sus predicciones eran muy ambiguas, confusas o contradictorias, por lo que sus respuestas eran a veces interpretadas de forma antojadiza buscando que el oráculo no pierda prestigio.

Cosse en mucho se parece a la pitonisa de Delfos, la que todo lo sabe, todo lo puede y todo lo hace.

Y lo que no sabe, amparada en el oráculo, lo adivina.

Ella es la enviada, la elegida, la que marca el camino, la que día a día nos ilumina. La que nos enseña el rumbo. Su poder obnubila. Todos deben rendirse a sus pies…y allí quedarse. No se necesita más que la santidad de sus palabras. Porque ella es la única verdad. Ella hace el pan para el hambriento y el agua para el sediento.

Sería un sacrilegio contrariarla. Tampoco lo permite. Todos la persiguen, nadie la entiende. La que puede criticar acciones clientelìsiticas de otros, pero la que puede meter por la ventana contratando a los choferes y guardaespaldas de Tabaré Vázquez o donar camisetas y mochilas para su fuerza política (si no la descubren)

Todo lo tiene permitido. También, si es necesario, puede adoptar posturas actorales con falsas emociones.

Ella pertenece a la fuerza política que con la ayuda de oráculo frenteamplista predijo que el Uruguay tenía hidrocarburos, la que alertaba al país que, con la LUC, venían los desalojos exprés, el gatillo fácil y que se iba a privatizar la enseñanza pública. La que predijo que con los trihalometanos en el suministro de agua de Ose podía traer consigo malformaciones en fetos.

Porque ese fue siempre el aporte de su fuerza política en tiempos difíciles. Cacerolear y pedir cuarentena total en pandemia o reclamar el default en la crisis del 2002.

La que con la ayuda del oráculo firmó  para contribuir en confiscar los ahorros de todos los uruguayos al intentar tirar abajo la ley sobre seguridad social.

La que habla de respeto a las instituciones, pero no concurre a la junta departamental cuando es convocada, la misma que despreció el Congreso de Intendentes pero que se desesperó cuando tuvo la oportunidad de presidirlo, a tal punto de preferir perder la presidencia que le correspondía a su fuerza política, por no dejar a Orsi, tal vez más merecedor de ese cargo.

Seguro que fue el oráculo los que en el pasado alertaron al Frente Amplio sobre todos los supuestos males de la ley forestal, pero de la que luego supieron disfrutar de sus mieles.

Casi 35 años gobernando Montevideo, 15 de los cuales tuvieron también al gobierno nacional de su mismo signo político. Pasaron entre 7 u 8 diferentes intendentes. Todo sigue igual.

En los 5 últimos años Carolina Cosse no realizó ni dejó planteada una sola obra de infraestructura importante para el departamento.

La antiestética ciclovía cortando a la mitad nuestra principal avenida fue su “iluminado” aporte.

Los últimos estudios especializados hablan de que 6 de cada 10 kilómetros del pavimento de la ciudad de Montevideo está en malas condiciones.

Los problemas de movilidad son cada vez mayores.

No ilumina las calles y el barrido es discontinuo o en otros barrios inexistente.  Multiplicaron los cargos de confianza. Decenas de Ong amigas engrosan las clientelìsiticas filas municipales.

No hay un plan concreto de limpieza urbana, no pueden decir que en todo este tiempo la culpa la tiene el montevideano. ¿Cuántas campañas publicitarias crearon en esos 35 años para educar a la población?

Reparten gorritos y camisetas verdes, pintan semáforos o ciclovías de ese color y ya creen que con eso alcanza para decir que les preocupa el medio ambiente.

El único plan de limpieza fue cambiar contenedores viejos por nuevos, aunque en menor cantidad  y sacar, a contramano de las principales ciudades del mundo, las papeleras de la mayor parte de plazas y espacios públicos.

Dos millones de dólares ingresan por dia a la comuna, casi cien mil en multas y no les alcanza.

Nada de lo que la pitonisa Cosse y su fuerza política predijo se cumplió. No hay petróleo, no hubo gatillo fácil, ni se privatizó la enseñanza, tampoco existieron desalojos exprés, menos aún su deplorable salida de alertar a la población sobre supuestas deformaciones en fetos para quienes consumieran agua en tiempos de la grave situación hídrica

Montevideo fue un simple escalón para sus ambiciones personales.

Todas las predicciones de Carolina Cosse y su Frente Amplio fracasaron, ni el oráculo la puede ayudar. Ni los vapores alucinógenos de la sacerdotisa podrán impedir esta vez que la ciudadanía pueda ver la triste realidad de esta magra gestión. 

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