Editorial

El desafío colorado

Debe evitar el divisionismo

César García Acosta

En el partido Colorado todos se sienten cómodos. Los liderados por Andrés Ojeda aunque insistan en reivindicar la institucionalidad del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), igual tendrán como “piedra en el zapato” a su oponente, Pedro Bordaberry, no sólo por cogestionar a su Vamos Uruguay con el 38% de los votos del partido, sino por tener además de dos de los cinco senadores colorados, a 13 de los 17 diputados del partido.

Esto pone a los colorados al borde de una “sana competencia”, logrando, que el microclima de su interna, ofrezca la invaluable condición de la bipolaridad colorada como garantía no sólo para la vida interna del partido, sino también por la certeza que deja en evidencia poder entablar de futuro la competencia como factor necesario haciendo de este partido político un espacio atractivo.

De ahí que los roces organizacionales hasta ahora observados, más que un espacio para la elaboración de las necesarias visiones que se requieren en toda futura competencia, su sola existencia ya representa un cambio en sí mismo.

Pero quizá lo que subyace al mirar con detenimiento el posible futuro colorado, no sea sólo la conformación de dos sectores nítidos, sino la posibilidad de reflotar los valores propios del coloradismo como la fuerza política que más tiempo gobernó al país en su historia.

Pensar hoy en el republicanismo de Fructuoso Rivera, o en el legado socialdemócrata de José Batlle y Ordónez, es como retomar los estandartes tradicionales e inspiradores de valores, como el `sobretodo´ de don Pepe, o el artiguismo de Rivera.

No es fácil tomar una decisión sobre por dónde se debe caminar; en lo personal, el escritor Hugo Burel con su reciente libro “LA CALLE DEL SACRIFICIO” dejó en evidencia que la sola idea de mostrar a BALTASAR BRUM y sus valores republicanos, enfrentando el suicidio para que una dictadura durase menos de lo esperado, es una de las claves que los colorados no deberían seguir limitando.

El partido ya tiene sus valores. Hoy sólo necesita una conducción coherente rumbo al futuro. Plantearse la confrontación temprana del revisionismo coalicionista, puede resultar como un “tiro en el pie”. Para caminar hay que hacerlo a base de verdades inclaudicables: Baltasar Brum vuelve a insistir en su existencia más allá de su muerte.

Los blancos ya mostraron todo lo que se debe hacer: despojaron en forma temprana a muchos sus principales dirigentes locales, eligieron una candidata a vicepresidencia cuestionada por su ajenidad partidaria, y se mostraron más blancos que coalicionistas arengando haber ganado a lo que solos jamás habrían accedido, a formar un gobierno.

Los colorados somos idea, tenemos otros valores y podemos aportar viejos ejemplos en un envase nuevo. Recordémoslo.

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