Política Internacional

“Los Hijos de la Emanación Buena”

Lorenzo Aguirre

En Sesión Extraordinaria, el “Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos” (“OEA”), considerando la situación de Nicaragua en el contexto de ataques a la Iglesia Católica condenó la persecución religiosa, como asimismo la censura de prensa ejercida por el dictador Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo. La propuesta presentada por Antigua y Barbuda, contó con el apoyo de nuestro país, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá, Chile, y Perú, entre otros.

La Resolución fue aprobada por 27 votos de los Estados Miembros, y 4 abstenciones conformadas por Bolivia, El Salvador, Honduras, y México. Asimismo, estuvo ausente Nicaragua, que, en noviembre del año pasado manifestara su retiro de la “Organización de Estados Americanos”, pero dicha institución expresó que, legalmente, Nicaragua debía cumplir con sus obligaciones hasta noviembre de 2023, para efectuar la retirada. El otro país no presente fue Colombia, cuyo nuevo mandatario, Gustavo Petro, demuestra desde el vamos el acercamiento al régimen de Ortega y su afirmación ideológica al rechazar la decisión de mantener a Cuba en la “Lista de Patrocinadores del Terrorismo”, al mismo tiempo que reanuda relaciones con el “Ejército de Liberación Nacional” (“ELN”).

Por su parte, el voto en contra correspondió a San Vicente y las Granadinas, país con monarquía parlamentaria dentro de la “Mancomunidad de Naciones”, e integrante de la “Comunidad del Caribe”, organización para el fortalecimiento de los vínculos en la región.

La reina Isabel II, es Jefa del Estado, representada en las islas por el Gobernador General, un cargo con funciones ceremoniales. El control del gobierno es a través del Primer Ministro y su Gabinete.

Es oportuno destacar que, el Embajador de Argentina ante la Organización de Estados Americanos, Carlos Raimundi – en desacuerdo con su propia cancillería -, no quiso votar a favor, faltó a la reunión diplomática, y no avisó al Ministerio de Relaciones Exteriores que cedía su responsabilidad. La Casa Rosada tuvo que enviar a su representante alterna, María Cecilia Villagra, para sufragar por la afirmativa.

Los articulados de la Resolución

La Resolución aprobada señala condenar el cierre forzado de organizaciones no gubernamentales, así como el hostigamiento y restricciones arbitrarias hacia instituciones religiosas, y voces críticas.

En segundo término, reitera que, el Gobierno de Nicaragua libere de inmediato a todos los presos políticos – 190, y 7 opositores ex aspirantes a la presidencia -, cese la persecución e intimidación a la prensa independiente, además de garantizar la libertad de expresión.

Finalmente, un tercer punto – protocolo y “modelo de educación” que, de tibio, llega a la tontera –, señalando la “renovación del ofrecimiento por parte del “Consejo Permanente”, de trabajar con el Gobierno de Nicaragua para que adhiera a las “Cartas Rectoras de la OEA”, a efectos de restablecer la institucionalidad democrática y el respeto a los Derechos Humanos de acuerdo con el Derecho Internacional… ¡los reyes, pasan en enero!

La confrontación de Ortega – Murillo contra la Iglesia Católica tuvo su comienzo en 2018 cuando el pueblo realizó protestas, y al ser reprimido – 355 muertos, según la “Comisión Interamericana de Derechos Humanos” -, dicha asamblea religiosa le dio refugio.

Ahora, la policía notificó a esa congregación, la prohibición de procesiones, incluyendo la de cierre por el “Congreso Mariano”, como asimismo la peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima.

La negativa no solo fue en Managua, sino también para Matagalpa, sede de la diócesis del obispo Rolando Álvarez – retenido junto a 5 sacerdotes y varios laicos, en la curia arzobispal -, acusado de “organizar grupos violentos e incitar a actos de odio para desestabilizar el país”. El mencionado prelado podría partir al exilio como hiciera el auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien se encuentra en Vaticano.

Por su parte, el sacerdote Óscar Danilo Benavidez fue enviado a “El Chipote” – famoso centro de torturas -, desconociéndose el motivo de su confinamiento, mientras en forma paralela los oficios religiosos se realizan a través de vallas, las cuales separan a feligreses – no pueden ingresar a templos -, de sacerdotes, celebrándose de dicha forma, una inusual misa.

La comunidad católica en Nicaragua es casi el 60% de la población – aproximadamente unos 3.800.000 fieles -, pero está clarísimo que, desde el Poder de Justicia, y la Policía Nacional, el totalitarismo avanza a pasos agigantados devastando esa iglesia a través de expulsar sacerdotes, cerrar sus medios de comunicación, y profanar los templos.

Parafraseando a Violeta Parra: “¿qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma, que le están matando a sus palomas?

A decir verdad, con su encíclica “Fratelli Tutti”, Francisco I llega con sus reflexiones – para algunos “más allá del bien y el mal” – sobre la bondad humana, el mirar a Dios, y el comportamiento de cada uno para obtener la recompensa en los “cielos”, sentándonos a la derecha del Padre. Pero, al mismo tiempo, los mensajes se diluyen cuando el pensar pleno de luz señalando el camino para transitar la paz, se oscurece al interponer posiciones contrarias al respetado San Pedro, emergiendo un protagonismo ideológico opuesto al Buen Pastor.

Una vez más, Francisco I se desdobla en Bergoglio, y guarda silencio pese a que, en el marco de la “Iniciativa Democrática de España y las Américas”, los expresidentes uruguayos Luis Alberto Lacalle Herrera, y Julio María Sanguinetti, firmaron – junto a 26 expresidentes – un documento en el cual reclaman que, la autoridad máxima del mundo católico, condene el régimen de Daniel Ortega.

Pero, bueno, estamos inmersos en una sociedad a la cual no le interesa lo trascendente, y son tiempos con fluctuaciones financieras con un vil metal cobrando presencia, valores humanos desvirtuados, y gente dispuesta a transfigurarse en Dorian Gray.

Las “bondades” de Murillo,

 y el nibelungo Ortega

Doña Rosario, una mujer que vaya a saber por qué vírgula se convirtió recientemente al catolicismo, y entre “cuenta y cuenta”, desglosando un padrenuestro neo testamentario, avemarías adornadas con “bendiciones” y supuesta “socrática tolerancia” – ¿sabrá quién es el filósofo de referencia? -, repite, “el gobierno de Ortega, es cristiano”, a la vez que la represión y ataques brutales a un pueblo pidiendo a gritos no violencia, es moneda corriente.

Ahora, “progresistas” llevando gorras de “Che” – aunque cambiaron el “estilo” de barba, por el de Boric -, y chicas dueñas de felicidad estentórea – algunas con ropas dejando ver bondades siliconadas – se suman a “marchas compañeras” estimulando “operaciones limpieza” – ¡como ofrenda al Apocalipsis! -, a efectos que, desde los sillones presidenciales, los “cristianos” traigan “los Cielos a la Tierra” para que, el pueblo, deje de sucumbir a bacanales carnales, ambiciones, conquistas, poder, gula, y otros pecados capitales.

De esa forma, los marxistas – leninistas ateos doña Rosario, y el chaval Daniel, se transmutarán – al decir de heréticos – en “Hijos de la Emanación Buena”.

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