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Medicina humanística

Alvaro Vero

La medicina es una actividad al servicio del hombre y por lo tanto está regida consciente o inconscientemente por normas, costumbres, leyes y principios éticos y morales. Mucho se habla de la ética médica, sin embargo en la relación sociedad-médico-estado no siempre tienen el mismo  peso relativo. El único objetivo de la salud es el hombre que vive, piensa y siente, que tiene alegrías y tristezas, ilusiones y temores, ambiciones y frustraciones, y que juntos reciben con alegría a sus nietos y lloran a sus muertos, de la misma forma del hombre que odia, destruye y asesina. La medicina es un compromiso social generado en un derecho genuino de la sociedad, a través del estado  y el triunfo de la salud sobre la enfermedad depende de que las partes cumplan adecuadamente sus funciones.

La actitud del enfermo ha sido siempre pasiva frente a las decisiones de los demás, la sociedad poco y mal informada, escasamente interesada, sin recursos operativos, ceden ante los expertos en salud con intereses propios y gremiales en el desarrollo de la medicina.

Indudablemente el problema crucial de la salud implica ver que enfoque se le da, es decir si es un servicio de caridad, una mercancía o un derecho humano esencial.

Una vez establecida la relación médico-paciente se pasa por distintos planos : uno científico que determina la enfermedad y el tratamiento, otra de alivio o recuperación, y otra afectiva como consecuencia natural de toda interacción humana donde aparece la angustia, la solicitud de ayuda, la entrega, la confianza y la fe.-

La salud es invadida por intereses económicos y políticos que entran en juego en una mega industria, para el caso del Uruguay el 10% del PBI, y difícilmente pueda verse a la brevedad soluciones o mejoras. Por otro lado la actitud del médico tampoco ofrece grandes alternativas, en la investigación y la docencia el futuro no augura cambios importantes.

La labor asistencial ofrece dos alternativas ;la práctica privada mercantilista (en pleno desarrollo y con costos para clases altas) y la institucional de cobertura universal que difícilmente pueda dar un servicio adecuado, con altos costos operativos, falta de programas, ausencia de incentivos y carencia de empleados y capacitaciones entre otras cosas en la misma gestión clínica.-

Llegó el momento de integrar la medicina biologicista  o científica con la medicina espiritual o humanista.-

No ha de extrañar entonces que en los cursos de la Universidad Claeh de Maldonado el Decano Humberto Correa haya instaurado la materia en los cursos de medicina y se comienza la implantación del concepto en Salto por parte del Dr. Daniel Maquiavello esperando en parte solucionar los múltiples fracasos en la gestión clínica  tradicional burocrática.

Además de la empatía solicitada hace falta compasión (El Observador-4/11/21) y le agrego dos valores más: los vocacionales y el altruismo.

Que el profesional forme parte del dolor ajeno es una condición humana que el paciente espera en soledad, aspecto que recogen varias religiones y culturas ante la enfermedad e incluso ante la muerte.

Podremos actuar sobresalientes en lo biologicista pero si no agregamos la compasión no se obtendrá la fe y la esperanza del paciente y sus temores a la soledad y abandono.-

La burocracia de las organizaciones ha llevado a que el médico deje de sentir al paciente como parte de su responsabilidad y lo visualiza como una obligación salarial, se aparta de la profesión y se arrima a una obligación de dependiente de la organización.

El tema de la humanización de la medicina no es actual, en congresos médicos en la década del 70 y 80 era un tema permanente sobre todo por delegaciones brasileñas,,, pero saludamos que vuelva a integrar un instrumento de apoyo indiscutible en la profesión médica y de la salud.

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