Política nacional

El Partido Colorado a través del tiempo

Jorge Nleson Chagas

El 14 de mayo de 1966 el Frente Colorado de Unidad (FCU) realizó un acto en la Plaza Cagancha donde reunieron –según la publicidad– cerca de cien mil personas. Fue una demostración de poderío electoral de los antiguos “barones” de la 15 que no pasó desapercibida.

El FCU era un sector muy fuerte en votos y no está del todo claro – al menos a mí me faltan datos – las razones por las cuales Jorge Batlle desechó una alianza electoral con este sector.  Hay quienes sostienen que actuó con “soberbia” haciendo oídos sordos al consejo de Alberto Abdala y creyendo que la 15 por sí solo podía ser victoriosa. Una probabilidad es que Jorge Batlle no tuviera confianza política en este grupo ya que algunos de sus integrantes habían tenido posiciones ambiguas con respecto a la reforma constitucional. 

Al margen de esto, el entonces diputado por Canelones Eugenio Capeche estaba convencido que Gestido era un buen candidato pero le faltaba organización, es decir ese entramado de clubes y seccionales políticas que son la base de apoyo a un líder. Por eso le aconsejó a Gestido que concretara una alianza entre la UCB y el FCU. Aparentemente Gestido también tenía sus desconfianzas con el FCU, pero aceptó la sugerencia.  El 23 de setiembre Marcha entrevistó a Jorge Pacheco Areco. Cuando se le preguntó sobre el acuerdo con el FCU respondió que una de las preocupaciones fundamentales que tenían desde siempre era la unidad del Partido Colorado y en ese sentido “queremos llevar a la consideración pública hombres que inspiren confianza eso es fundamental. Hay un lamentable descreimiento popular en los políticos. Por eso apoyamos la candidatura de Gestido a la Presidencia, porque aglutina las virtudes esenciales de un hombre público, y tratamos de buscar el apoyo de base más amplio. Con ese propósito mantuvimos conversaciones con la lista 99, que fracasaron lamentablemente, y con el FCU”

A la hora 10.15 de aquel mismo día 23, Gestido visitó en su domicilio al “hombre fuerte” del FCU, Glauco Segovia y mantuvieron una extensa conversación. Al cabo de la misma, Segovia aceptó su postulación a la Intendencia Municipal de Montevideo. En la medianoche, los delegados del FCU aceptaron la candidatura de Pacheco a la vicepresidencia. De esta forma, a  poco más de un mes de las elecciones, la fórmula Gestido-Pacheco-Segovia y la reforma “naranja” avanzaron hacia el último domingo de noviembre.

El Partido Colorado logró 607.633 votos contra 496.910 votos del Partido Nacional y la reforma naranja recogió 702.043 adhesiones. La alianza con el FCU le permitió a Gestido superar internamente a la lista 15 de Jorge Batlle y convertirse en Presidente de la República. El Partido Colorado, tras ocho años, retornaba al poder y antes de las fiestas navideñas en un enfrentamiento armado murieron el comisario jefe del servicio de Radio Patrulla, Antonio Silveira Regalado e integrantes de una “organización clandestina”, aún desconocida para la mayoría de la población: Carlos Flores y Alfredo Robaina. Este episodio derivaría, a comienzos de 1967, en una operación combinada de fuerzas policiales y la Guardia Metropolitana.

Sin embargo, el desafío tupamaro no estaba en la agenda política del Partido Colorado. El editorial de Acción del 3 de diciembre de 1966, titulado “La incontenible inflación del 67” encendía la luz amarilla al advertir que “la decidida acción anti-inflacionaria que el país necesita para pensar seriamente en los hechos económicos tiene a veces una fuerza superior a la del Estado; en 1967 ocurrirá eso. Esperamos, eso sí, que el gobierno no se resigne ante el hecho e inicie sus posibilidades de desarrollo, que no podrán prosperar sin la tasa inflacionaria mantiene su ritmo enloquecido”. El 28 de febrero de 1967 desde las columnas de La Mañana, bajo el título “¿Quién le pone el cascabel al gato?”, el antiguo militante del riverismo Enrique Buero comparó a Uruguay con un barco que tenía “graves averías debajo de la línea de flotación” por eso debía procederse inmediatamente a un “taponamiento de urgencia que permita a la embarcación permanecer a flote y llegar a puerto”. Explicaba que si no se quería desembocar en un “estado socialista y policíaco, con la abolición de todas las libertades individuales, en un ambiente de creciente pobreza general” era imprescindible la “congelación de precios y salarios”. Esta medida sería como “la construcción de un muro de contención cuando las aguas invadan inopinadamente un predio que es necesario reconstruir”.

Gestido, debió atender los intereses de las heterogéneas fracciones que le habían dado el triunfo. Por otra parte, no podía prescindir de la segunda fuerza del partido, Unidad y Reforma, de sólida cohesión ideológica. Tampoco de Vasconcellos y la 99. A esta cuestión política se le agregó su deseo de lograr el concurso de reconocidos técnicos para modernizar la función pública. La pluralidad del gabinete designado el 9 de enero, obedeció a la necesidad de satisfacer sin exclusiones a todo el coloradismo. El equipo económico quedó integrado por el contador Luis Faroppa (desarrollista), Carlos Vegh Garzón (liberal) y Enrique Iglesias (hombre de la CIDE), en la presidencia del Banco Central. Obviamente eran predecibles enormes dificultades para lograr un rumbo fijo por las diferencias ideológicas existentes. 

Por otro lado, Gestido no descuidó el relacionamiento con la CNT. Esta, entre el 28 de setiembre y el 1 de octubre del año anterior, había completado su proceso de unificación. Con el propósito de lograr la pacificación, llamó por teléfono a la sede de la calle Buenos Aires y se ofreció a ir hasta ahí. La CNT agradeció el gesto pero entendió que por su investidura ellos los visitarían en su domicilio. El 18 de enero del 67, Gestido recibió a una amplia delegación integrada por José D‘Elía, Ricardo Vilaró, Geza Stary, Wladimir Turiansky, Enrique Pastorino, Ignacio Huguet y Roberto Urruty. Los sindicalistas quedaron impresionados por la sencillez de su hogar. “Creo que ni televisor tenía”, relató el Pepe D´Élia

 Y en los primeros días de febrero, el país corrió el riesgo de una paralización total. No eran buenos augurios…

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