José Batlle y Ordóñez 1915. Feliciano Viera y el alto a las reformas.
El batllismo sin Batlle.
Miguel Lagrotta
La Administración de Batlle fue trascendente. El programa de expansión y crecimiento mediante la diversificación en el tratamiento económico logró verdaderas mejoras en la vida de la población. Si empezamos con la creación del Banco de Seguros del Estado, liceos en todos los departamentos del país, estaciones agronómicas, la ley de divorcio por la sola voluntad de la mujer. Su mensaje final debería haber sido largo y extenso con la cantidad de realizaciones que se habían concretado. Por el contrario su mensaje solo tenía dos páginas en el que mostraba su preocupación por la evolución económica en el informe que realizó a la Asamblea General. La guerra europea había generado un período de profundas perturbaciones económicas, antes de 1914 la moneda nacional estaba avaluada por su peso en oro, un uruguayo podía comprar un dólar con 96 centésimos uruguayos. Durante la Primera Guerra Mundial Uruguay prohibió la exportación de oro y la relación peso-dólar, fijada por los bancos comienza a fluctuar. En 1915 ya se necesitaba un peso para comprar un dólar. Desde el punto de vida de la teoría económica clásica Uruguay estaba en un buen momento, la exportaciones aumentaban, las importaciones caían y el oro fluía hacia el país. Entre 1913 y 1915 hubo balanza comercial favorable. La verdad era que nos enfrentábamos a la situación de guerra con una duplicación de las reservas de metal. Los franceses y británicos habían prohibido las exportaciones de oro, en nuestro país había reservas incluso fuera del sistema bancario, o sea no declarados. Pero nuestra economía dependía de las importaciones de uso industrial y de consumo. La importaciones entre 1915 y 1916 se reducen un 15,5% anual. Esto muestra un declive rápido y profundo de nuestra economía. La consecuencia inmediata fue que el Banco República, que hacía las veces de un Banco Central, monopolizaba la emisión de moneda, tuvo que restringir los créditos para proteger las reservas de oro. Esa operativa tuvo como consecuencia inmediata una caída del 25% en los créditos otorgados lo que derivó en la detención casi absoluta de emprendimientos económicos. El problema fue el cierre de las importaciones, lo que sumado al cierre, además, de los créditos detuvo la evolución económica. Por poner un ejemplo la Bolsa de Valores había realizado transacciones en 1910 por 210 millones de pesos y en 1915 solo 15 millones. En esa época, como ahora, la construcción era el mayor generador de empleos y su operativa se reduce 85% desde 1913. Montevideo fue la zona más golpeada con un desempleo que llegaba al 20%. Los salarios bajaron un 30% y los que tenían trabajo, lo realizaban en jornadas de 14 horas o más. No es de extrañar que los mayoristas importadores, en criollo los dueños del capital, crean y fundan la Liga de Defensa Comercial en 1915 con el solo objetivo de protegerse de la quiebra de los vendedores minoristas. Había un sector que funcionaba bien, pero lo negaban, que era el que integraban los hacendados. Pero en 1915 hubo lluvias e inundaciones que mataron a unos 8 millones de ovejas. Como consecuencia la zafra de lana baja un 50%, pero las necesidades de la Guerra aumentaron al doble los precios. El precio del ganado vacuno fue excepcional, un 16 centavos el kilo de ganado en pie. Estas exportaciones no mejoran los índices económicos. Los Impuestos aduaneros, la principal entrada económica del país, cayeron un 40% lo que obligó a detener muchas obras previstas como ramales del ferrocarril estatal y de barcos a vapor refrigerados a utilizar por el Estado se cancelan.
El primero de marzo de 1915, asume Feliciano Viera como presidente de la República, era un momento feliz para el Partido Colorado y no fue austero en enaltecer la figura de Batlle y Ordóñez, que en realidad lo había elegido para ser candidato a la presidencia y dijo: » Partidario y admirador desde la adolescencia de la política del señor Batlle y Ordóñez, con veinte años de solidaridad política con él, es lógico pensar y piensa acertadamente, los que creen que mi actuación gubernativa se desarrollará dentro de esa orientación política, sin vacilaciones ni timideces que puedan amenazar mi energía ciudadana» La realidad fue la continuidad del modelo batllista hasta las elecciones del 30 de julio de 1916 para elegir los constitucionalistas que reformarían la constitución. En esa elección triunfan los anticolegialistas que es lo mismo que decir antibatllistas, integrados por riveristas, blancos y cívicos. Acá Viera dice su famoso «alto»: «Bien señores, no avancemos más en materias de legislación económica y social, conciliemos el capital con el obrero, hemos marchado bastante aprisa, hagamos un alto en la jornada» Posteriormente Viera forma su propio sector que va a desaparecer completamente en 1927 cuando fallece el Dr. Feliciano Viera. La mayoría de sus dirigentes posteriormente apoyarían el golpe herrero-terrista de marzo de 1933.
Ver: Vanger, M. Jose Batlle y Ordóñez 1915-1917. Montevideo 2009 EBO.