Política nacional

LAS BARBAS DEL VECINO

“Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas a remojar”

Ronald Pais

Según el Censo 2023, los uruguayos somos 3.444.263. De esa población, el 18% es menor de 15 años, el 28% se ubica entre los 15 y los 34 años, el 38% está entre 35 y 64 años y el 16% es de 65 años o más.

Recordemos ahora la época en que la Democracia en Uruguay estuvo en peligro. Se considera que la primera acción delictiva de los Tupamaros fue el asalto al Tiro Suizo en 1963. Aunque según Eleuterio Fernández Huidobro – el surgimiento formal fue en 1965.

Para 1968, Uruguay era algo parecido a Rosario (Argentina) hoy. Asesinatos, secuestros, asaltos, manifestaciones callejeras violentas con incendios de autos, destrozos de propiedad pública y privada, etc.

Aun así, el gobierno del Jorge Pacheco Areco mantenía la institucionalidad y sus medidas, mal que le pese a muchos, se adoptaron dentro del marco constitucional y legal. Funcionaban el Parlamento y el Poder Judicial, las libertades fundamentales se mantenían, aunque algunos medios de comunicación, que fogoneaban a favor de la insurrección armada, fueron clausurados.

Quienes ya estamos más veteranos, vivimos aquella época y estamos inmunizados contra los cuentos y las mentiras que la gigantesca máquina de la izquierda ha fabricado año tras año. Recordamos perfectamente el temor de la población que, en cualquier momento y en cualquier avenida podía estar en medio de una batalla campal promovida por los grupos radicales de izquierda o directamente en un tiroteo ocasionado por alguna acción tupamara.

Tomando como referencia aquel año 1968, el problema es que aproximadamente el 74% de la población actual no había nacido o lo hacía ese año. Son más de 2,5 millones de uruguayos

Supongamos ahora que, en 1968, un joven de 15 años tenía la madurez política y ciudadana suficiente para poder evaluar por sí mismo la realidad. Si así fuera, ese joven tendría hoy 70 o más años, lo que constituiría un 10% aproximado de la población.

O sea que, 1 de cada 10 uruguayos vivos puede considerar que tenía suficiente conciencia política de lo que vivió en 1968.

Tomemos ahora 1973, que fue el año del Golpe de Estado.

Allí los no nacidos serían casi el 70% de la población actual, unos 2.4 millones de uruguayos. Con la misma suposición de tomar que un joven de 15 años podía evaluar la realidad, ese joven debería tener hoy 66 o más años de edad.

Fijando en 65 años la referencia, eso nos da un 14% aproximado de la población.

 O sea que 3 de cada 20 uruguayos puede considerarse que tenían suficiente conciencia política de lo que vivió en 1973.

Finalmente, tomemos al año 1985, en que se produjo al readvenimiento de la Democracia.

Los que no habían nacido en ese momento serían casi el 41% de la población actual, o sea aproximadamente 1.5 millones de uruguayos.

Suponiendo también que un joven de 15 años en aquel entonces podía tener una comprensión razonable de la realidad política, ese joven tendría ahora unos 54 años de edad.

¿Qué quiero significar con todo este periplo estadístico por cifras aproximadas? Lo siguiente: la tercera parte de la población uruguaya actual no era nacida en el momento álgido de la subversión.

70% de los uruguayos de hoy tampoco había nacido al momento del golpe de estado en 1973.

Casi la mitad de la población uruguaya (41%) tampoco había nacido al momento de recobrarse la democracia, en 1985.

Una minoría de gente adulta mayor a los 54 años es la que tuvo una experiencia directa y personal con nuestro pasado reciente.

¿Y cómo toda esa gente que no vivió ese proceso terrible en el que el Uruguay estuvo a punto de transformarse en otra dictadura cubana ha tomado conocimiento de lo ocurrido?

Básicamente por un relato tan machacón como mentiroso de la izquierda, que les ha contado lo que han querido. Allí ni siquiera ha habido una batalla cultural, porque quienes debieron desarmar y desnudar las falsedades instaladas en la Educación, no hicieron casi nada e incluso llegaron a aceptar la versión que se les daba.

Se dejó avanzar y al igual que los europeos hoy con los musulmanes, en que por temor a ofenderlos se han dejado copar los barrios, la religión, la enseñanza y hasta la Justicia, aquí, para no soliviantar a la izquierda, se los dejó hacer, Y así, tomaron los centros educativos, el material de estudio, el teatro, el carnaval, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales, muchos medios de comunicación y aún más periodistas y cuanta organización se les cruzó. En todos esos lugares instalaron su versión de la historia.

Muchos jóvenes “compraron” y se adhirieron a la “verdad” que hábilmente les vendieron porque tampoco en sus hogares encontraron padres dispuestos a contarles la otra versión. Les ganó la comodidad, mientras que en los hogares militantes de izquierda el adoctrinamiento comenzaba a temprana edad.

Muchos de los jóvenes de hoy creen que la Libertad y la Democracia son dones gratuitos de los que gozarán sin hacer esfuerzos para mantenerlos y que nada cambiará cualquiera que sea el partido político que gobierne.

Cuando se les advierte que, si la precandidata a la presidencia Carolina Cosse dice que las dictadoras de Cuba y de Venezuela son “democracias diferentes” o que, si el otro precandidato del mismo partido, Yamandú Orsi, se rehúsa a condenar como dictadura a la Venezuela de Maduro y califica de “trampitas”, la persecución y encarcelamiento de opositores, una luz fuertemente amarilla debería encenderse porque estos dos políticos no son demócratas. Como tampoco lo es el PIT CNT, dominado por los comunistas y firme apoyador de las dictaduras mencionadas.

Hoy el Frente Amplio no es el mismo que ganó en las elecciones de 2004, 2009, 2014. Hoy está totalmente dominado por los sectores radicales: tupamaros y comunistas. Es gente que no cree en la Democracia, y no es agitar cucos decir que con ellos la Libertad peligra.

Enseguida, replicarán que fueron gobierno 15 años y no pasó nada. ¿No pasó nada? Nada más que desconocer dos plebiscitos del pueblo soberano. Nada más que aprobar una ley mentirosa que fija la “acción ilegítima del Estado” en 1968. Nada más que varios intentos de implantar el voto consular también rechazado expresamente por la ciudadanía. Nada más que aprobar un record de leyes que fueron declaradas inconstitucionales, o el intento de regular los medios a su antojo, o de aprobar una ley de financiamiento de los partidos políticos a su conveniencia, o de bloquear todas las comisiones investigadoras parlamentarias que los involucraban en irregularidades, o penetrar la Fiscalía y coparla, o lo mismo con el Instituto de Derechos Humanos, como ha quedado de manifiesto ¿Qué no pasó nada?

Hay que escuchar a los cubanos y venezolanos que están acá. Hay que saber mirar lo que ha ocurrido en Argentina, lo que ocurre en Chile, en Colombia, etc.

Son barbas que están ardiendo. Asegúrense de tener agua cerca para remojar las nuestras.

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