El “Dr. Kimble” Puigdemont
Lorenzo Aguirre
Salvador Illa – diputado por Barcelona en el Parlamento de Cataluña, primer secretario del “Partido de los Socialistas de Cataluña” (posición izquierda, ideología catalanismo, socialdemocracia) y Ministro de Sanidad –, asumió la semana pasada como Presidente de la Generalidad de Cataluña, y su investidura puso fin a casi 15 años de gobierno independentista. Illa, manifestó que aplicará “sin subterfugios” la ley de amnistía, pero “Junts per Catalunya” (ideología independentismo, populismo, conservadurismo catalán, y liderado por Carles Puigdemont) hace reproches, erigiéndose como “única alternativa”, mientras “Esquerra Republicana de Catalunya” (“Erc”, ideología nacionalismo, posición izquierda) expone sus condiciones para “rehacer el independentismo”, como asimismo un nuevo referéndum. En horas previas al acto de investidura de Salvador Illa, llegó a tierra catalana – ¡mejor dicho, a territorio español! – el expresidente del gobierno de referencia, Carles Puigdemont (llamado “el fugitivo”), que desde hace siete años está prófugo de la justicia de España, acusado de desobediencia y malversación por llevar a cabo en 2017 un referéndum ilegal, y ser parte de declaraciones unilaterales sobre la independencia. Puigdemont, escondido, ingresó a España, dio un discurso encendido, luego se esfumó por arte de magia, y no hubo policías ni militares que pudieran detenerlo. ¡La comedia … ha sido excepcional!
Entre 1963 y 1967 la cadena ABC presentó la serie policial “El Fugitivo”, interpretada por David Janssen en el papel del Dr. Richard Kimble, quien, acusado injustamente de asesinar a su esposa, escapa de la policía, siendo buscado por el sabueso teniente Philip Gerard, mientras en forma paralela es perseguido por “el manco”, el cual quiere matarlo. Ahora, sesenta años más tarde nos llega una “remake” – en formato tragicomedia grosera -, esta vez protagonizada por el chaval Carles Puigdemont, en una versión del “Dr. Richard Kimble” como verdadero culpable, que, desde Waterloo (Bélgica) – donde reside -, regresa clandestinamente a la “comarca” para luchar contra la monarquía española, y lograr la independencia, incentivando -¡mejor dicho, enardeciendo!- a los lugareños con discursillos incendiarios teniendo como escenario el “Arco de Triunfo” en Barcelona.
“El fugitivo” Puigdemont es requerido por el “Tribunal Superior de Justicia de Cataluña” por delito de prevaricación y desobediencia al “Tribunal Constitucional”, con agravamiento por malversación de caudales públicos, y el “Tribunal de Cuentas” reclama la “módica” suma de 2 millones de euros por indebidos gastos en relación a promover el “procés” en el exterior, y desprolijidades financieras por respaldar asuntos internacionales a cambio de apoyo para que, Cataluña, se separe de España. Como anécdota “graciosa”, el expresidente de la “Generalidad” amenazó al Estado, si trataba de inmiscuirse en asuntos catalanes, pero en forma paralela exigía que, el Gobierno de España, tuviera en lo económico “un gesto de humanidad”, para salvar la deuda catalana.
Lo insolente y burdo del asunto es, que, Puigdemont, no quiere separarse de la “Unión Europea”, entonces digamos las cosas con claridad; si Cataluña se transformara en la “Nueva Catalunya”, la “Unión Europea” respetaría esa decisión, pero no existiría duda respecto a que, el flamante país no sería parte del bloque comunitario, y si lo deseara, debería llevar a cabo el trámite de proceso de adhesión, de la misma forma que los demás países.
Del mismo modo, la “Nueva Catalunya” quedaría aislada de la “Organización del Tratado del Atlántico Norte” (“OTAN”), pues, para ser miembro de dicha alianza se necesita consenso de todos los integrantes.
Poniendo la frutilla sobre la torta; el fugitivo, tuvo encuentros en Barcelona con el ex diplomático ruso Nikolay Sadovnikov, en vísperas del famoso referéndum ilegal de Cataluña, en 2017. La actitud “inocentona” de separatistas aportó oscuridad durante más de treinta años, porque la filtración rusa en Cataluña, y el apoyo a terroristas y criminales, fueron detectados en la década del 90´ por servicios de inteligencia de Occidente, confirmando además la coladura de la mafia de San Petersburgo, organización que construyó una red de influencias con políticos separatistas, y a la cual, Puigdemont, estando en el gobierno, estrechó más los vínculos para “nivelar” la “Nueva Catalunya”.
Entre las cosas claras, es, que, el Kremlin, ofreció apoyo militar y económico para la estructura y desarrollo de sedición, por supuesto a cambio de “algunas bondades”, como flexibilidad para ingreso de hombres, armamento, y entrada de criptomonedas.
La “persecución” final…
Carles Puigdemont llegó a Barcelona – con motivo de la proclamación de Salvador Illa, como Presidente de la Generalidad –, ingresando clandestinamente, y pasó escondido, según manifestara Jordi Turull, Secretario de “Junts per Catalunya” – partido independentista que presidiera Puigdemont -, quien acompañara al fugitivo, durante su estadía.
Al parecer, no existen sanciones por ser cómplice de un hecho como el narrado. Por su parte, los Mossos D´Esquadra tenían total conocimiento que Puigdemont estaba allí, entonces “se organizó un operativo para detenerlo – 600 agentes, tres drones y un helicóptero – pero el fugitivo dio un esquinazo y pudo huir”, según señalaron las autoridades.
La estupidez de la policía catalana llegó al colmo cuando declararon: “tuvimos dificultad para identificarlo entre la gente porque usaba sombrero de paja similar a otras personas, y durante el discurso que pronunció se encontraba protegido por un muro humano que no dejaba pasar”.
Ahora, el “Tribunal Supremo” exige explicaciones a las autoridades autonómicas catalanas, mientras Pablo Llarena, juez que emitiera la orden de arresto, pide al “Ministerio del Interior de España”, esclarecer la situación. Por otro lado, uno de los agentes detenido – con otros tres más – por ayudar a escapar a Puigdemont, es Xavier Manso, especialista en “protección de personalidades”, adscripto a la “Unidad Especializada” de los Mossos D´Esquadra.
Xavier Manso fue identificado a través de un visionado de imágenes, el cual muestra ser parte de la división de escoltas de Puigdemont, dando apoyo, soporte, y protección.
Manso, es arrestado, pero Quim Torra – ex presidente de la “Generalidad” en 2018, pero cesado en el cargo en 2020 tras la confirmación por el “Tribunal Supremo de Justicia” de ser condenado como autor de delito de desobediencia a las penas de multa e inhabilitación especial para un cargo público -, protestó, expresando preocupación y desacuerdo con la decisión de suspender a Manso, porque “se trata de un agente que vela por la seguridad, y ha demostrado ser un profesional clave, del cual el servicio no tiene ninguna queja ni motivos para dudar de su ética. Por tanto – continúa Torra -, la medida disciplinaria es improcedente e injusta, y exijo se revise la decisión, con la máxima urgencia”.
Xavier Manso, fue puesto en libertad provisional.
El “Dr. Richard Kimble” Puigdemont, se encuentra en su residencia de Bélgica… una “humilde toldería napoleónica”.