Política Internacional

“AUKUS”; ¡dejemos Afganistán!…

¡vayamos al Indo – Pacífico!

Lorenzo Aguirre

El título del acrónimo en inglés, de Australia, Reino Unido, y Estados Unidos, se refiere al acuerdo para compartir tecnología avanzada, defender intereses mutuos en el Indo – Pacífico, marcar límites, como asimismo frenar avances de Pekín, aunque dicho “contrato” – establecido y oficializado entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el canciller de Reino Unido, Boris Johnson, y el jefe del gobierno australiano, Scott Morrison – no menciona explícitamente a China. De todas formas, Pekín reaccionó enérgicamente, y Relaciones Exteriores señaló lo ocurrido, como amenaza, la cual daña la paz regional e intensifica una carrera armamentista. Para China, el pacto es ejemplo de “mentalidad obsoleta”, volviendo de alguna forma a la trasnochada “Guerra Fría”, mientras, por otro lado, la Unión Europea respalda a Francia, quien se encuentra ofendida porque, Joe Biden, ocultó la “epístola”. Debemos puntualizar que, más allá de buscar “equilibro” en el Indo – Pacífico, y “defender intereses compartidos”, Australia rompió con Francia el contrato de compra por una docena de submarinos, compromiso en el cual, París, perdiera la “módica” suma de cincuenta y seis mil millones de euros.

Para China, el convenio de referencia significa socavar la estabilidad, mientras en Francia, el Ministro de Europa y Asuntos Exteriores, Jean – Yves Le Drian señalara que, “Aukus”, ha sido un duro golpe a la diplomacia francesa, y la definió como “una puñalada trapera”.

Parece que todo, termina en el vil metal, pues, la entrega de submarinos en el año 2030 – por parte de Francia, a Australia – quedó mutilada, y el negocio se lo lleva Estados Unidos, quien proporcionará un “producto” más rápido, difícil de detectar, y puede estar sumergidos varios meses, además de una “garantía USA” (marca que tiene en stock la friolera de 68 unidades – Rusia, 29, China, 12, Reino Unido 11, Francia 8, e India 1 -), otorgándole a Australia la “Tarjeta Oro – Buen Comprador – Puntos Dobles”, como integrante de la elite de países operando esa clase de “chiche”, más allá que, si bien el “acontecimiento evangelizador” no concede mayor poder que China, en alguna medida existirá movimiento en la balanza potencial de la zona.

Indudablemente, “AUKUS”, impondrá modificaciones en la estrategia y proyección política de la región, centro neurálgico mundial en cuanto a economía, porque no es únicamente China, sino también Japón, quienes regulan y desestabilizan las corporaciones financieras del Viejo Continente.

China, está en plena acción de gastos militares, multiplicando su fuerza aérea, y es oportuno destacar que, Pekín, manifestó: “el Mar de China Meridional, nos pertenece en un noventa por ciento”. También, no debemos olvidar el reclamo de Filipinas, y Vietnam, hecho que motivara choques desde hace varios años, y vale recordar que, en 1947, China, hizo pública una carta marítima en la cual el delineamiento del mapa señala los límites territoriales en la zona, pero, en 2016, un Tribunal Arbitral de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, desestimó el reclamo de Pekín.

A partir de allí, no solamente China ha ignorado el fallo de referencia, sino que duplicó su potencial militar en la zona, y como si fuera poco, desde la llegada al poder por pate de Xi Jinping, se construyeron islas artificiales – las cuales son contrarias a la Ley Internacional -, con bases militares.

Asimismo, digamos que, Estados Unidos no habla de soberanía, pero tiene presencia en un territorio donde se afirma la existencia de yacimientos de petróleo, y gas, y transita por supuestas aguas internacionales – para China, son de ellas – mientras en forma paralela, sin perder tiempo, manifiesta a los cuatro vientos su apoyo, su compromiso, a Japón, Australia, e India.

La verdad, es, que, tanto Estados Unidos, como China, militarizaron el Mar de China Meridional, marcando un acentuado autoritarismo. En ese estado de nerviosismo, los países de “mala muerte, vulgares”, llamados también “disminuidos”, tratan de defender su chacrita y embarcadero entre las dos potencias a las cuales poco les importa los niños pobres. A su vez, la “Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático”, teniendo la responsabilidad de llevar adelante las negociaciones para un “Código de Conducta Regional” – compromisos aéreos y marítimos -, que sería decisivo para detener, o aminorar las confrontaciones, duerme plácidamente.

Washington, lucha contra Pekín, por la hegemonía global… Londres, quiere poder colonialista en otras regiones… y Canberra desea terminar con los incidentes, pero, quizá, a costa de perder cierta soberanía y tener dependencia de Estados Unidos.

Para la Unión Europea la alianza militar “Aukus” (Estados Unidos, Reino Unido, y Australia) es tomada como una alerta, y para muchos, clara traición hacia el bloque, más allá que dicho acuerdo tenga como finalidad, contrarrestar, o por lo menos desmotivar a China.

El hecho, deja en suspenso las posibles negociaciones entre la Unión Europea, y Australia, referentes a compromisos de Libre Comercio – por más que se diga “aquí no ocurrió nada”, “no tendrá impacto en la política exterior, ni comercial” – , porque lo sucedido, y la forma llevada a cabo – la hilvanada alianza militar entre Estados Unidos y Australia se descubrió veinticuatro horas antes que, el bloque europeo, presentara su posición y estrategia para la región Indo – Pacífico -, fue decepcionante.

La Unión Europea ha sido totalmente ignorada en esta maniobra de Estados Unidos, Reino Unido, y Australia, y lo peor, fue, que, los representantes de dicha transacción, manifestaran estar “estudiando” la situación.

Está claro que, la Unión Europea, de ahora en adelante deberá manejar con mucha cautela los asuntos, en cierta forma sobrevivir sola, y continuar buscando potenciarse, como también es patente el comportamiento, el atropello, por parte de Estados Unidos, y la falta de ética y valores, de Australia.

La Unión Europea buscaba poner en movimiento un acuerdo de Libre Comercio, llevando adelante una interrelación en política industrial, y tecnológica, hecho que, en buena medida, desplazaría a China en el control de productos de telecomunicaciones, e informática.

Rusia, observa irónica, y por un instante profesa la Ley Kármica al recordar que, hace seis años, París canceló la venta de dos buques de proyección estratégica, como sanción por la anexión rusa, de la península de Crimea

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