Lo importante es la verdad…
Adrián Báez
Los dichos de la exvicepresidenta Lucía Topolansky sobre posibles falsos testimonios en juicios contra los represores de la dictadura, causan repudio generalizado entre los principales colectivos sociales de Uruguay, donde solo fue defendida por su esposo, el expresidente José Mujica.
Plasmadas en el libro “Los indomables” del periodista Pablo Cohen, que recopila diálogos con Topolansky y Mujica, las declaraciones de Topolansky sobre que “hay gente que miente” en los juicios contra los militares acusados de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura cívico-militar (1973-1985), causaron polémica y rechazo.
En concreto, la asociación Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos expresó su “máximo repudio” ante afirmaciones que, entiende, “ponen en tela de juicio un proceso de muchos años de búsqueda y construcción de justicia”.
“Al decir que “hay gente que miente en las declaraciones” sobre crímenes de lesa humanidad vinculados al accionar de la última dictadura cívico militar, se socava la legitimidad de los procesamientos y condenas realizadas”, consigna el comunicado de los familiares de los 197 desaparecidos del país.
En la misma línea se expresó la central sindical del país, PIT-CNT, cuyo secretariado ejecutivo emitió un comunicado con varias “reflexiones” que señaló que “tender un manto de duda” sin “enfrentar las responsabilidades” de los dichos “socava” la “solidez republicana” y el “sistema democrático” de Uruguay.
En tanto, también los rechazaron el presidente de la agrupación de expresos políticos Crysol, Gastón Grisoni, con una carta titulada “las y los denunciantes no mintieron”, y la Fundación Mario Benedetti, que expresó su “sólido apoyo” a Madres y Familiares, la fuerza política de Topolansky y Mujica, Frente Amplio (FA), sin alusiones a Topolansky, reafirmó su condena a los crímenes de la dictadura.
“El Frente Amplio reafirma su compromiso inquebrantable con la defensa de los derechos humanos y su condena absoluta a los crímenes de lesa humanidad. Apoyamos plenamente la lucha de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y de las organizaciones sociales», indicó en una declaración su mesa política que cerró con un «siempre del lado de los derechos humanos”.
También se han sumados otras voces del ala izquierdista, como la de Fernando Pereira, Presidente del FA, quien sostuvo que Topolansky “tendrá que explicar” su “conocimiento de los hechos”, pero sus dichos “no son coincidentes con las posiciones históricas del Frente Amplio”; y otras, como es el caso de la Intendente en funciones de Salto, Ingrid Urróz, la que estaría promoviendo el envío al Tribunal de Conducta del Frente Amplio a los ex gobernantes para solicitar su expulsión, de acuerdo a lo expresado por la misma en entrevista brindada a EL PUEBLO de Salto..
Ahora bien; es indiscutible a estas alturas que, importa más el quién tiene la razón, que la verdad en sí misma; el relato fomentado durante 40 años, al fidedigno resultado. Y ojo, esta apreciación va dirigida a ambos lados: desaparecidos y sus responsables; porque del otro lado, han venido ocultando una verdad que por honor deberían revelar, y que la saben.
Pero volviendo a los hechos que impulsan este artículo, también, es sorprendente la hipocresía de muchos que hasta hace apenas unos días endiosaban a dichas figuras como héroes y líderes indiscutibles y, hoy, que expresan un relato diferente, muy diferente al que desean sea inmutable, buscan expulsarlos y los señalan poco más que como traidores.
Debemos reconocer la valentía y sinceridad de Lucía Topolansky y la del Presidente Mujica para manifestar lo manifestado.
Como corresponde, no esperábamos un accionar diferente, la Fiscalía citó a declarar al respecto a la responsable de los dichos, pues, de ser verdad lo sostenido, la Justicia, debería de rever determinadas condenas que, de haber sido tomadas en base a declaraciones y/o testimonios que adolecen de presunta falsedad, estaríamos ante una injusticia para los condenados, y de delitos por parte de los testificantes al incurrir en falso testimonio.
Topolansky, quien advirtió que no eran “botones”, dando a entender que no revelarían los nombres de los que habrían brindado un testimonio falso, podría ser quien diera un puntapié inicial a una nueva etapa en este mar de idas y vueltas en que se ha transformado esta pulseada por el esclarecimiento de la verdad sobre los desaparecidos y los horrores cometidos por la violencia ejercida por el Estado durante el régimen.
Recordemos el libro del periodista Leonardo Haberkorn sobre la muerte de Roberto Gomensoro, caso por el cual el coronel Juan Carlos Gómez estuvo tres años preso y luego fue absuelto por el asesinato del militante tupamaro. Ahí, hubo un tupamaro que mintió deliberadamente y mandó tres años a la cárcel a un militar inocente, por lo tanto, no es raro que sucedan este tipo de hechos mencionados ahora, por Topolansky.
Sucede que, este tipo de temas, tienen que estar por encima de enconos y rencores, legítimos, eso sí, pero que en la mayoría de las veces enturbian lo que tiene que ser ajeno a intereses, para constituirse en garantía para todos: Justicia.
Respaldamos toda investigación que llegue al esclarecimiento de los delitos contra compatriotas por temas ideológicos, y repudiamos con la misma convicción el silencio cómplice de quienes deberían hablar; pero, al mismo tiempo, nos negamos a que se manipule vilmente a esa Justicia, que puede ser más o menos mala, pero que es la Justicia que nos mantiene amalgamados como sociedad.
Dejemos al asunto en manos de la ley, y que sea dentro de su jurisdicción donde se resuelva. No importando quién habla, quién denuncia, o quienes son los denunciados, acusados, o desenmascarados, pues, si realmente queremos saber, dilucidar y conocer la verdad, lo importante es ella, y todo ayuda para su revelación.