Cuando la coalición
ya no es blanco ni colorado
César García Acosta
La fusión de los partidos políticos nacional y colorado pone a la dirigencia en el “ojo de una tormenta” peligrosa. Entre opiniones y dichos agraviantes, la Coalición Republicana asume el costo de la crítica. Al paso de los días se hacen cada vez más evidente la censura dese voces altisonantes. En este contexto hay enseñanzas como las que profesa el senador Tabaré Viera, que revelan que, antes que dinamitar un puente, hay que construir las alternativas de paso por donde poder transitar. Si hay un hecho incontrovertible es que la política uruguaya fue y será bipolar: eso supone que estar de un lado implica necesariamente no estar en el otro. Esto supone integrar uno de los dos formatos coaligados en que de hecho se organizó el país. La forma de hacerlo, de integrarse a algo cuantitativamente más grande, es precisamente el formato de la coalición. Para el senador batllista integrar el coloradismo ya es un desafío constante: “El Partido Colorado siempre tuvo más de un líder. Y cuando votó mejor fue porque tenía justamente líderes fuertes que además competían.” La misma receta, con retoques y reglas de juego claramente definidas, habilita seguir siendo uno mismo; coexistir y hacer prevalecer al batllismo como ideología.
En esta edición de OPINAR reeditamos dos artículos publicados hace años por el politólogo Oscar Botinelli que dan el marco adecuado para entender “texto y contexto” del desafío colorado de la actualidad. Lejos de las diferencias de las ideas en la interna colorada, el tema pasa por asumir como el “fair play” o reglas del juego son la base para poder cohabitar.
En el programa radial “QUIEN ES QUIEN” Tabaré Viera marcó esas diferencias estratégicas en el coloradismo, sin perder de vista que las diferencias -en las ideas-, son la base para la voluntad por hacerlas prevalecer, son el verdadero sentido de la política, porque según punto de vista “… no se trata de mayorías ni minorías, sino de hacer más eficiente el trabajo, que eso es lo que quiere la gente…”
Sobre esto agregó: “El Partido Colorado siempre tuvo más de un líder. Y cuando votó mejor fue porque tenía justamente líderes fuertes que además competían. Las coordinaciones necesarias se dan a través de las bancadas y del trabajo parlamentario; y allí es donde terminamos acordando. A través del Comité Ejecutivo Nacional también se puede trabajar, y hasta coordinar proyectos, pero las diferencias y los matices”, deben administrarse entre quienes tienen la calidad de representantes.
“Hay formas de trabajo que no terminan de gustarnos, pero eso es parte de la tarea: pulir las ideas: es parte de la vida misma del partido. Por ejemplo, que en una conferencia de prensa se diga que el partido va a votar o apoyar un proyecto de ley -como el de la muerte digna-, donde fue ese el titular que quedo a nivel de la gente es un tema que eufemísticamente se lo plantea laudado, cuando no es así. Esas cosas son las que no nos gustan, y son las que creo que hay que pulirlas, pero no tienen nada que ver con una unidad básica que debe tener el partido en su forma de pensar y en sus propuestas. Y ni que hablar de las cosas de gobierno.”
Para Tabaré Viera “el partido ha vivido siempre a través de sus sectores. Los sectores enriquecen al partido. Es evidente que actualmente hay más de un líder. Y es evidente que hay dos sectores fuertes, pero también hay otros sectores. En UNIR el líder es Andrés Ojeda y en VAMOS URUGUAY es Pedro Bordaberry.”
Esta es la fórmula política concreta: sumar voluntades desde la identidad de cada uno para poder construir un partido fuerte capaz de formar gobiernos. La contextualización de Botinelli aporta las realidades que Viera transforma en la actual estrategia política colorada.