Política nacional

Mis cartas al partido colorado

Ronald Pais

Con el propósito de traducir las inquietudes de muchos colorados (votantes y otros que han dejado de serlo) y aprovechando la generosidad del Semanario Búsqueda le dirigí al secretario general dos cartas abiertas que fueron publicadas el 14 y 21 del corriente mes.

Los temas allí abarcados no son nuevos y el lector que me ha distinguido con su atención a mis artículos de OPINAR encontrará que ya han sido desarrollados extensamente en ellos.

No obstante, han sido tantas las repercusiones y comentarios que he recibido a raíz de estas, que he creído oportuno hacer un repaso de lo principal, a modo de resumen.

I) Coordinación partidaria – El Partido Colorado presenta actualmente un panorama singular. El Dr. Ojeda y su Sector vencieron en las elecciones internas por lo que les corresponde la responsabilidad de la organización partidaria. A su vez, el posterior desembarco electoral del Dr. Bordaberry generó que él y su sector cuenten con mayor número de legisladores colorados. Esta dualidad incide en un predominio del accionar personal o sectorial sobre el de todo el partido. El “marcar perfil” pero sin la coordinación imprescindible y sin la mayor incidencia política que podría lograrse con una acción conjunta.

Las iniciativas de ambos sectores por separado pueden ser o no compartibles, pero de lo que no parece haber dudas es que no son aquellas definiciones esenciales que pueden devolverle al Partido Colorado al histórico primer lugar que le corresponde.

II) Coalición democrática sin fusión ni sumisión – El primer cometido de quienes aspiran a liderar el Partido Colorado debe hacerle comprender a los colorados de a pie la necesidad de enfrentar a la coalición frenteamplista con una coalición democrática de los otros partidos. Sin fusiones, sin perder identidad y sin que la misma funcione en base a la “influencia directriz” de la coyuntural mayoría dentro de ella, sino en base a acuerdos y la consideración y respecto de quienes la integren o puedan llegar a integrarla.

III) La Justicia perdida – El Poder Judicial y la Fiscalía están en crisis y todo tiende a empeorar. La postura predominante en el Partido ha sido de silencio y omisión respecto a la politización de la Fiscalía de Corte (Díaz y Gómez), a la práctica de un lawfare descarado donde se digitan, aceleran o enlentecen causas según el color partidario del involucrado y a la prisión a perpetuidad de exmilitares, policías y civiles en juicios sin garantías y por presuntos delitos cometidos hace más de medio siglo. Lo mismo le cabe al Poder Judicial. Muchos ciudadanos ya no le tenemos confianza ni a los fiscales ni a un gran número de jueces.  

¿Qué pasó en realidad con el caso del arsenal y la muerte de Gelman? ¿Y con el caso Morabito? ¿Y el del narco Germán González Valencia? ¿Y con la pérdida de pendrives con importante prueba? ¿Y con las filtraciones de información? ¿Hasta dónde llegó la investigación del caso pasaportes?

¿No hay nada que mueva al Partido Colorado a reclamar que se arroje luz sobre tanta oscuridad?

No se trata aquí de intervenir en la independencia de otro Poder, se trata de verificar si se está violando la Constitución y la Ley y, si así fuera, abandonar la tibieza y el hacerse el distraído, adoptando las medidas políticas que correspondan.

IV) Regulación de sindicatos. No solo han desnaturalizado su esencia, sino que se han convertido en agentes políticos desembozados muy alejados de representar y defender los derechos de los trabajadores. El conflicto de la Pesca y el que está escalando de CONAPROLE se comentan solos. Los escándalos del Fondo Social de Vivienda del SUNCA y la Federación de la Salud también se comentan solos.

 Ya se perdió la oportunidad cuando contaba con las mayorías para regularlos legislativamente, pero al menos se debería lograr que la opinión pública sepa quien desea arrojar luz sobre el funcionamiento de estas organizaciones y quienes no.

V) Transparencia: El Programa de Gobierno presentado en las últimas elecciones (“Contrato con Uruguay”) incluyó un Capítulo denominado “Transparencia” donde se expresa. “El acceso a la información, la transparencia y la rendición de cuentas son elementos sustanciales para construir una democracia sustantiva”.

Si este concepto es el que nos guía:

a) ¿Por qué no puede conocerse sin juegos de mosqueta cuánto y a quienes se ha pagado por concepto de “reparaciones” a tupamaros y miembros del Partido Comunista o del PVP? ¿Por qué nadie parece querer saber verificar si existen cobros dobles (aquí y en Argentina) o simplemente fraguados? ¿Por qué los pedidos de información pública chocan con una muralla de silencio y oscuridad? Y lo más grave, no sólo en gobiernos del Frente Amplio, también en el período de gobierno pasado. ¿No se despierta ninguna inquietud sobre este asunto?

b) ¿Por qué no se aplica de una vez por todas la Ley 20.280 y el Decreto 353/024 y se hacen públicos los llamados “Archivos de la Memoria”? Ha habido un notorio énfasis y temor de la izquierda radical para que se conozca el contenido de esos archivos que pueden destruir el relato mentiroso que han construido durante años.

Y, de paso, hablando de mentiras. Pasaron 5 años en que se pudo derogar la ley en que – con otras palabras – se afirma que la dictadura empezó en 1968 y no en 1973 como realmente sucedió. ¿Se seguirá impasible respecto a ese disparate?

¿Transparencia, dijo? ¿Qué se piensa hacer sobre todas estas cosas?

VI. Ideología de Género – El Partido Colorado ha sido históricamente defensor de la familia y de las condiciones de igualdad para la mujer. ¿Esto se ha cambiado por la ideología de género? ¿Esto es lo que justifica la proliferación de reparticiones públicas absolutamente prescindentes y que engordan el Estado inútilmente? ¿Se aprueba el material educativo que desarrolla la sexualidad precoz en los niños? ¿Se adhiera a la Agenda 2030 en estos temas?

Los colorados como yo priorizamos a la familia como base de la sociedad. Creemos que puede haber familias monoparentales y también del mismo sexo, pero el desarrollo y crecimiento familiar se produce fundamentalmente en base a la unión de un hombre y una mujer, que pueden procrear hijos y éstos, a su vez nietos, etc. Otra cosa son las preferencias sexuales o cómo se auto perciba una persona. Allí cada ser tiene la libertad de elegir si se cuenta con la madurez para ello. Lo que no puede permitirse es el adoctrinamiento de niños o su sexualización temprana. Lo que no puede permitirse es la aprobación de leyes que invierten la carga de la prueba, destruyen familias y priven al hombre hasta de poder ver a sus hijos sólo por sospechas o por la sola versión de la mujer.

¿Hay una postura partidaria sobre estos asuntos o también se elude?

VII. Defensa de la Soberanía

La intolerable inmiscuencia de organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la soberanía de los países incluso tratando de incidir hasta en la aprobación de leyes o revisando pronunciamientos del Poder Judicial producidos en períodos democráticos ¿no merecería una postura partidaria firme y clara? Lo ocurrido en Perú recientemente con respecto a una ley de amnistía está muy cerca de llegar al colmo. ¿Cuánto tardará en intentar hacerlo otra vez con Uruguay, como ya lo hizo con el caso de las tres tupamaras muertas en un enfrentamiento? ¿Se está dispuesto a trazar los límites y una interpretación coherente de las normas internacionales con la soberanía nacional?

Mientras no existan definiciones del Partido Colorado sobre estos y otros temas seguirá sumergido en la crisis de identidad que lo ha empequeñecido.

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