A 18 años de Opinar:
entre la consolidación democrática
y los desafíos del porvenir
Tabaré Viera
En 2007 nacía el semanario Opinar, en un momento político decisivo para el Uruguay. El país transitaba el segundo tramo del primer gobierno del Frente Amplio, con Tabaré Vázquez en la presidencia y una coalición de izquierda que por primera vez había accedido al gobierno nacional. En ese contexto, el surgimiento de OPINAR significó abrir un espacio editorial comprometido con la pluralidad de pensamiento, la crítica constructiva y la vigilancia democrática.
Corría ese año cuando ya se perfilaba con claridad una figura que sería central en los años siguientes: José Mujica. Desde su banca en el Senado, con un lenguaje llano y una actitud populista, comenzaba a recoger el apoyo de sectores diversos del Frente Amplio y a consolidar especialmente el Movimiento de Participación Popular (MPP), la corriente que terminaría por imponerse con claridad en la interna frenteamplista. Fue también OPINAR uno de los espacios que no eludió el debate sobre la idoneidad de una figura como Mujica para asumir la más alta magistratura del país.
Su candidatura fue oficializada poco después y su elección como presidente en 2009 abrió una etapa singular: la consolidación de un relato construido en torno a su figura. Mujica fue hábil en transformarse en un símbolo. El viejo guerrillero devenido en abuelo sabio, el político austero que hablaba como la gente común, fue esculpido en el imaginario colectivo como un héroe contemporáneo. Sin embargo, a la hora del balance, el legado de su gobierno se revela más simbólico que transformador. Pocas reformas de calado estructural pueden adjudicársele. Ninguna gran transformación. Si grandes fracasos como el puerto de aguas profundas, la regasificadora, el proyecto Aratirí, la gestión en ANCAP, etc. La despedida popular que tuvo tras su reciente fallecimiento fue la despedida de un caudillo, no de un estadista.
Desde aquel 2007 hasta hoy han transcurrido 17 años de intensa vida democrática. Tuvimos tres gobiernos del Frente Amplio, un gobierno del Partido Colorado y uno de la Coalición Republicana encabezada por el Partido Nacional. La alternancia pacífica en el poder ha sido una muestra de la madurez de nuestra democracia, que se fortalece en el respeto a las reglas, en la libertad de prensa, en la institucionalidad.
Uruguay es hoy observado con respeto desde el exterior. Somos una isla de estabilidad en medio de una región convulsionada. Tenemos una economía que ha mantenido la estabilidad, aunque el desafío sigue siendo el crecimiento sostenido que permita mejorar empleo, salarios y distribución de la riqueza.
Los retos por delante no son menores: el combate frontal al narcotráfico y a la creciente violencia delictiva, la profundización de la reforma educativa iniciada por nuestros gobiernos, una política de salud con foco en la salud mental, un acceso más justo a la vivienda, el cuidado ambiental y, sobre todo, una estrategia seria y comprometida de desarrollo territorial que combata las desigualdades del interior profundo.
Desde la oposición, el Partido Colorado y en particular Vamos Uruguay, asumimos con responsabilidad el deber de una fiscalización seria del Poder Ejecutivo. Nuestro compromiso no es sólo con la crítica, sino también con la propuesta. Ya hemos presentado proyectos en el Parlamento y seguiremos contribuyendo con ideas que fortalezcan la institucionalidad y mejoren la vida de la gente.
Pero el Gobierno no ha empezado bien. A más de cien días de su asunción, el silencio ha sido el protagonista. Sin grandes anuncios, sin un rumbo claro, aguardamos la presentación del presupuesto que marcará el tono de su administración. Mientras tanto, los escándalos no han demorado: la caída de una ministra y de una alta jerarca de la ANP por hechos inusitados en nuestra historia reciente son un llamado de atención sobre la ética pública y la transparencia institucional.
En este contexto, OPINAR sigue siendo un espacio imprescindible. Como su nombre lo indica, es una trinchera de ideas, de análisis, de crítica serena y reflexiva. A lo largo de estos 17 años ha demostrado que se puede hacer periodismo político con seriedad, con compromiso y con vocación de servicio público.
Felicitaciones a César García Acosta y a todo el equipo que hace posible cada edición. Su tarea silenciosa pero constante ha contribuido a enriquecer el debate nacional. Gracias por estar, por resistir, por seguir creyendo que OPINAR es un acto democrático fundamental.
Que este aniversario no sea sólo una celebración, sino también un recordatorio de que la libertad de expresión y el pensamiento crítico son pilares irrenunciables de la República. Que sigamos opinando, construyendo, proponiendo. Por un Uruguay más justo, más libre y próspero.