Camino al 9 de febrero de 1973
Miguel Lagrotta
En una amable y fecunda reunión en la casa del Dr. Julio María Sanguinetti con un grupo de trabajo de jóvenes batllistas que integran en el grupo “Nuevo Impulso” hablamos de los hechos más cercanos al denominado “Golpe de Febrero”. La realidad era, pero manejada como un secreto a voces, que el presidente Juan María Bordaberry debería dar un paso al costado. Paralelamente jugaban el partido los militares y el expresidente Jorge Pacheco Areco. El senador Amílcar Vasconcellos, maestro y abogado se va a convertir en un factor clave en la etapa que nos lleva al 9 de febrero. En el libro de los autores Yuri Gramajo y Sergio Israel” El Golpe de Febrero” describen la tensión que se vivía con una anécdota sobre el senador Vasconcellos. “…conservaba aun los fueros parlamentarios, tenía el apoyo de correligionarios y amigos dentro del Partido Colorado, así como vínculos militares sobre todo gente oriunda del departamento de Artigas. Pero por la dudas, ese verano de 1973 había mandado poner a punto en la armería de la Marina una subametralladora que años atrás había recibido de regalo de Luis Batlle” (Planeta, 2013). La actividad política de Vasconcellos está definida por una gran oposición a Pacheco y a Bordaberry dentro del Partido Colorado. Además, fue un ácido y permanente crítico sobre los excesos policiales y militares llegando a interpelar al ministro Armando Malet. Surge el término en un programa radial “La internacional de las espadas” y comienzan rumores de detención de los líderes políticos. La situación política del Partido Colorado mostraba dos sectores muy fuertes por un lado la poderosa UNR (Unión Nacional Reeleccionista) que había logrado llevar al gobierno a Juan María Bordaberry y por otro la Lista 15. El Dr. Jorge Batlle y sus colaboradores cercanos, incluido Francisco Forteza, inician conversaciones con algunos militares amigos y correligionarios con el objetivo de frenar el proceso hacia el golpe que se veía ya como inevitable. Sabemos que la primera fase del golpe se había iniciado el 25 de octubre de 1972 episodio conocido como “el cumpleaños del Dr. Batlle” fecha en la cual denunció la posibilidad de un golpe entre el MLN y los militares con la excusa de los definidos agriamente como los “ilícitos económicos”. Sobre este hecho, que determinó la prisión del Dr. Batlle, el Dr. Sanguinetti le acercó el libreo de Julio César La Guerra de las Galias, a su liberación fue recibido con honores en la redacción del diario Acción. Los contactos que llevaron adelante con los militares se enfocaron en el general César Martínez y el coronel Venancio Caballero, ambos de destacada gestión frente a los tupamaros. La realidad era armar un puzzle para detener el proceso al golpe, sin embargo, tener el respaldo del almirante Zorrilla de la Armada Nacional y del brigadier Pérez de la Fuerza Aérea, era claro que la jugada se debía llevar adelante en el Ejército. Pérez, dubitativo y poco claro mostro rápidamente que no se contaría con él. Extraño porque había sido muy honorable para que Batlle no fuera recluido en el Batallón Florida y lo hiciera en la sede del Prado con mejores garantías personales. La prisión del Dr. Batlle trajo consecuencias inmediatas, retiro de los tres ministros quincistas, se produce la interpelación del ministro Malet por parte del Dr. Julio María Sanguinetti que responsabiliza al general Esteban Cristi de todo el episodio que culminó en la detención de Batlle. La realidad era que la tensión aumentaba y en la Fuerza A´pera había órdenes de que los cazas F80 estuvieran alistados en orden de combate como forma de presionar al ejército. En febrero todo cambia y el brigadier Pérez Caldas se pliega al golpe sosteniendo que prefería preservar el futuro de la Fuerza Aérea antes que a la Constitución. El Dr. Sanguinetti negoció hasta último momento para hacerlo cambiar de postura, pero al no lograrlo le informa al Dr. Batlle de la situación. Nos comenta Sanguinetti que el núcleo duro de la 15 o sea Batlle, Forteza, Grauert, Marchesano, Paz Aguirre y él mismo se instalan en una casa en Carrasco al lado de la Embajada de Venezuela, esto se debió a escapar del cerco de la Marina a la Ciudad Vieja, armar allí la redacción del diario Acción y muy cerca de la inmunidad diplomática. Paralelamente se le pide al presidente Juan María Bordaberry que no vuelva a ceder con los militares. Era tarde. Ante la opinión pública las fuerzas armadas habías generado una corriente de opinión positiva y por otro lado se habían iniciado conversaciones reservadas entre los militares y los tupamaros sobre la base de culminar lo que para ambos era el eje del mal, la corrupción política y los ilícitos económicos. En una entrevista que le realiza Samuel Blixen al general Seregni este sostuvo: “Los tupamaros creían que les estaban dando línea a los militares. En realidad, los militares estaban sacando información estratégica sobre episodios como el de la Financiera Monty, a los militares les importaba un pepino mejorar el país, lo que buscaban era tener argumentos para encastrar a los políticos corruptos” Bordaberry al lado del nuevo ministro Francese convoca a la ciudadanía para que se exprese a favor de las instituciones democráticas, pero esta convocatoria fue un fallo estrepitoso, fueron algunos centenares de personas solamente. Ese mismo día le es informado al presidente a través de Francese que el Ejército y la Fuerza Aérea están acuartelados, en donde toman la Región Militar n°1 y posteriormente canal 5 para poder transmitir su comunicado, en donde ellos ¨han decidido desconocer las órdenes¨ del nuevo ministro y que no van a retrotraerse a ¨la superada época de ser el brazo armado de intereses económicos y políticos¨
Ver: Gramajo,Y; Israel,S. El Golpe de Febrero. Planeta 2013.