Política nacional

Como conformar a los votantes que aún esperan los cambios prometidos

Zósimo Nogueira

Como generar confianza y vencer miedos para obtener la colaboración de la comunidad, si cuando hay problemas y recurren a la comisaria la respuesta demora o nunca viene.

Continúan con mucha carencia de medios y personal. Son absolutamente dependientes de las zonas operacionales con sus equipos móviles y otras unidades como la Guardia Republicana.

Si hasta los policías “se han convertido en presa” de los delincuentes. Para robarles, para humillarlos quitándoles el arma, chalecos y hasta el uniforme.

Como ser exitosos en una investigación si las unidades especializadas disueltas, no fueron reinstauradas ni operan de manera al menos similar. Lo que se ha creado actúa dispersa, con varios  mandos.

No se atienden los delitos leves y se descuidan las tareas de contralor de actividades proclives al encubrimiento del delito como el desarme de vehículos y las casas de compra venta.

No basta con atender los hechos graves.

Hay mucho camino para andar y mucho para modificar si se quiere bajar los índices delictivos y en particular los homicidios.

El método poco ha variado. Las Comisarias reciben las denuncias, expiden constancias, las averiguaciones son mínimas, no tienen capacidad de respuesta.  

Toman testimonio en el lugar del hecho y lo trasmiten a la zona operacional que lo deriva a sus investigadores.

El patrullaje propio de su jurisdicción es mínimo.

Lo realizan los móviles y equipos como el Pado que dependen de la Jefatura Operacional y deben cubrir la jurisdicción de todas las seccionales subordinadas. También lo hace la Republicana.

No están bien delimitadas las áreas de responsabilidad.

No es posible responsabilizar de lo que ocurre en la jurisdicción  al Comisario Seccional si no cuenta con medios, ni al equipo de la Jefatura Operacional con una jurisdicción tan amplia, ni al de la Republicana sin misión ni jurisdicción especifica.

Montevideo cuenta con cuatro jurisdicciones operacionales, cada una con su grupo de investigadores.
Esa nueva organización le ha restado capacidad. Se superponen tareas administrativas que restan recursos humanos.

Las comisarias con pocos recursos humanos y logísticos no pueden controlar y estar cerca de los problemas de los vecinos de la jurisdicción.

 Los investigadores dependientes de las zonas operacionales han ampliado su campo de actuación con pérdida de especialización.

La iniciativa la policía la tiene en cuenta gotas.

Su participación en el proceso penal no se centra en la búsqueda de la verdad absoluta, basta con medias verdades para lograr un acuerdo aceptando culpas por confección no probada.

Se continúa creando especializaciones de fiscales, direccionando competencias, generando capacidad de digitar fiscales. 

Las cárceles están abarrotadas sin un trato digno a los reclusos y poca capacidad de educar y enseñar habilidades para trabajos independientes. Las auspiciosas políticas para minorías no se corresponden con la realidad de las grandes mayorías.  Aumentan inequidades, aumenta la violencia interna. 

Muchos delitos menores no son denunciados.

Hay tal descreimiento en la población que se reiteran hechos de justicia por mano propia.

Muchas funciones de contralor como es el caso de la población flotante con su movilidad, y actividades comerciales que han sido descuidas, favoreciendo actos de encubrimiento y receptación.

Con ésta operativa por zonas operacionales no existe un plan de patrullaje integral, ni la asignación habitual del mismo personal a  una jurisdicción que genere conocimientos de comportamientos, de movilidad y de las actividades de una jurisdicción.

Si se sigue flaqueando en todos esos ítems la  policía, la justicia y el Estado en general están en desventaja con el trasgresor, con el delincuente y su actividad no puede ser neutralizada.

Para cumplir las metas prometidas hay que hincarle el diente al código de proceso, es necesario modificar, adecuar o derogarlo.  

Procurar por sobre todo, la verdad en la investigación de hechos delictivos.

Ningún acuerdo aceptando culpas, responsabilidades y castigos debiera ser homologado sin certezas de verdad.

Es necesario reorganizar investigaciones, reorganizar sistemas de patrullajes, delimitar responsabilidades para exigir resultados.

Ese Decreto 6/21 de compromiso de gestión con incentivos pecuniarios debe ser revisado y modificado.

La función policial y el policía en particular no es un empleado común, no genera ingresos y dividendos para ser premiado con recursos económicos.

El incentivo y la motivación deben ir por otro lado.

Por la honorabilidad, honestidad, sacrificio y el compromiso con la función.

Cada Jefatura, Unidad o Dirección, debe contar con los recursos necesarios para cumplir sus fines y no estar condicionada a los recursos de otras unidades, salvo casos muy excepcionales.

Se brego por la aprobación de la LUC, hay que utilizar los mecanismos en ella establecidos y liberar las calles y espacios públicos de marginales e inadaptados que trastocan la seguridad y generan alarma y temor a los transeúntes en especial luego de la puesta del sol.

Se distraen recursos de las fuerzas armadas  que poseen un fin específico en tareas de orden público para las que no están ni preparados ni motivados.

Si les sobran recursos humanos pásenlos al Ministerio del Interior. Gastos exagerados e inapropiados. Movilizar tanques y tremendos camiones para tareas de patrullaje.

Cuanto gasto desmedido de combustible, viáticos y partidas para alimentación. No se dice toda la verdad.

La ecuación costo resultado no es la adecuada.

Si faltan recursos humanos, aumenten los ingresos. Si no es posible por carencia de rubro presupuestal para ese ítem, se requiere de más vehículos de patrullaje.

Los vehículos acortan distancias, permiten mayor movilidad y respuesta rápida.

Es necesario retocar el sistema de calificaciones y ascensos para que a los puestos de mando accedan los mejores calificados, los más idóneos.    

Ya va medio periodo de esta legislatura, los cambios no pueden seguir esperando, los avances requieren acelerarse.

Se voto por un cambio que no se produce.

Con el tremendo revuelo en torno a la Custodia Presidencial, no ha habido ningún anuncio designando a un policía profesional como Jefe de Custodia.

En cosas esenciales continuamos en cámara lenta.

Algunos aliados de la coalición se retuercen nerviosos, intranquilos, insatisfechos y si no hay una nueva impronta en el tema seguridad van a aflorar nuevas disidencias.

Esto ha sido de exclusiva responsabilidad del partido nacional, con el acompañamiento y apoyo, pero sin la participación en gestión de los demás partidos. ¿Hasta cuándo? 

Buenos diagnósticos, muchas propuestas y poca ejecución.

La habitualidad de las muertes violentas debe desaparecer. Lo malo debe ser lo ocasional, lo bueno lo cotidiano. Esa es la meta. 

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