Con la vacuna, para recuperar la libertad
M. J. Llantada
Las cifras de contagio se han disparado.
Era inevitable que así ocurriera, terminaron las vacaciones, hubo gran movimiento interdepartamental de personas, con el comienzo de la vacunación se generó una sensación de “ya está”, y con la demora de 15, 20, 25 días de los contagios, se disparó ahora el número de casos.
El Presidente y su equipo de gobierno, han tomado las medidas necesarias para contener la situación, mientras aceleran las tareas para llevar adelante la vacunación.
No es bueno que haya ocurrido así; pero ¿estamos ante una catástrofe sanitaria, de “sálvese quien pueda”? como ha pretendido un legislador de la coalición de las izquierdas, que son ahora “la oposición”. Definitivamente no.
Sostener por un par de meses más las medidas de prevención, seguir usando el tapabocas, lavarse las manos y/o desinfectarlas con alcohol en gel, evitar las aglomeraciones; ponerse firmes y disolver las manifestaciones tumultuosas de la militancia radical, y fundamentalmente SEGUIR VACUANADO, son el camino a transitar.
El gobierno ha tenido una conducta ejemplar en la administración contenida de sus potestades ejecutivas de coerción, y ha sido acompañado con convicción por la inmensa mayoría de la población; los desbordes, la irresponsabilidad, el síndrome narcisista de “a mí no me va a pasar”, la búsqueda del “cuanto peor, mejor”, son la triste expresión del grave decaimiento de la ética de la responsabilidad republicana que produce en algunos la intoxicación ideológica.
El daño que ahora se manifiesta en la estadística de la pandemia, ya ocurrió en un pasado cercano y no tiene solución, y falta el “pico” del 8M. El camino a recorrer es corregir las conductas, aguantar un poco más el distanciamiento, las restricciones, la incomodidad del tapaboca, y VACUNARSE.
La saturación de los servidores destinados registrarse para la vacunación, son la expresión más clara y contundente de la voluntad -y el apuro- de la mayoría de la ciudadanía de ser inmunizados.
Lejos del pánico inducido por la permanente ofensiva de noticias catastróficas sobre tal o cual vacuna, el buen criterio del uruguayo “de a pie”, sabe que la derrota de la pandemia está en la inmunización; que es no solo la derrota del virus, sino también la vuelta a la normalidad, la recuperación del funcionamiento de la economía, la vuelta de los puestos de trabajo perdidos; y lo más importante, RECUPERAR LA LIBERTAD, que, aunque no nos damos cuenta, es la esencia de nuestra condición de uruguayos.
M. J. Llantada Fabini
(Con el brazo pronto para vacunarse)