cronicas parlamentarias

Crónica de una agresión anunciada

El 11 de julio de 2024, hace exactamente un año, la Comisión Especial de Deporte del Senado se reunía con la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (AUDAF), para analizar –al igual que hoy- la violencia en los escenarios deportivos. Con el cambio de roles de los partidos políticos por el resultado electoral, gobierno y oposición, vuelven a enfrentar la misma problemática apenas variando sus roles políticos. Mientras tanto, ni las cámaras de reconocimiento facial que fueron la en un momento la panacea para todos los males, ni las medidas preventivas de control de los “barras bravas”, evitan el ingreso de armas de alto poder a los estadios de fútbol. Esta vez desafiando a todas las estructuras y con un ministro, que fue fiscal penal, se calificada de exitoso un espectáculo donde un policía cayó lesionado de gravedad por una bengala lanzada de las tribuna Colombes. A más de una semana aún no se conoce al autor del delito y la complicidad de muchos empieza a atentar contra la integridad de todos. El siguiente es apenas un pasaje de la comisión del Senado que trato hace un año lo mismo que acaba de acontecer.

El siguiente es un resumen de aquella sesión donde por el el Senado estuvieron presentes José Nunes; Liliam Kechichian; Irene Moreira; Sergio Botana, Germán Coutinho y Amín Niffouri, y por la AUDAF Héctor Bergaló. Por la Mutual de Futbolistas Profesionales (MUFP) compareció Sergio Pérez, y por el Ministerio del Interior el Comisario Mayor Kerman Da Rosa) y el Comisario Mayor Álvaro García, en aquél momento Encargado de la Dirección General de Seguridad en el Deporte.

SEÑOR PRESIDENTE NUNES.- Me gustaría saber, de acuerdo con el reglamento, qué condiciones de violencia tienen que darse para que el árbitro decida suspender el partido. Por ejemplo, si se constatan incidentes en las tribunas o hay cánticos agraviantes, ¿el árbitro está en condiciones de detener el partido?

SEÑOR BERGALÓ.- Quiero aclarar que, a veces, con la concentración propia del partido y en nuestra función –en primera y en segunda división, además, usamos intercomunicadores–, no escuchamos mucho el ruido ambiente. Cuando se escucha, lo primero que se hace es detener el partido, hablar con el encargado o inspector de seguridad, con el delegado del partido y ver la posibilidad de calmar la situación o de avanzar, siempre y cuando ellos nos den la garantía de que eso va a dejar de suceder. El árbitro siempre trata de hacer un trabajo conjunto con el encargado de la AUF y el encargado de la parte de seguridad del espectáculo, sea privado o público. Nosotros siempre contamos con una guardia policial, que es nuestro respaldo, conversamos con el encargado de seguridad del lugar, pero el árbitro no es el que define si el partido puede suspenderse ni resuelve qué consecuencias pueda llegar a tener.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿El árbitro puede suspender el partido?

SEÑOR BERGALÓ.- En caso de que escuchemos, lo detenemos. Se habla con el encargado de seguridad de turno y se comenta la situación. Desde el punto de vista administrativo, luego de que termina el partido nosotros lo informamos, pero en la práctica nunca se llegó a suspender un partido. Esa potestad nunca nos fue comunicada.

SEÑORA KECHICHIAN.- Una cosa es suspender y otra, detener. A veces lo detienen hasta que se solucione el problema.

SEÑOR BERGALÓ.- Así es, y no solo por un cántico, sino, también, por alguna persona que se sube a un alambrado o prende una bengala o por el tema de las banderas. Muchas veces el inspector de seguridad se percata antes, nos dice que tienen un problema de seguridad y nos pide que detengamos el partido. Cuando se logra la normalidad, se reanuda.

SEÑOR BOTANA.- Respecto a la participación de grupos de seguridad privados o de la policía,

¿los árbitros tienen alguna preferencia?

SEÑOR BERGALÓ.- Siempre policial.

Creo que el tema es más complejo por la imagen que genera uno y otro. No quiero desacreditar la labor de la guardia privada porque está ahí, y yo no digo que no la cumpla ni que lo haga de manera incorrecta, pero, en mi opinión –y lo hemos conversado con varios compañeros a raíz de situaciones anteriores–, la figura del policía es la figura del policía. La gente es mucho más precavida en su proceder, piensa más de una vez antes de actuar mal si hay un policía delante. Con la guardia privada hoy se está dando cada vez más –lamentablemente– que no pasa nada por más prudentes que sean, por más precaución que pongan. Incluso, a veces la violencia se da para con ellos; ha pasado en varios partidos.

SEÑOR PRESIDENTE.- En la Ley n.° 17951 se estableció la creación de una Comisión Honoraria para la Prevención, Control y Erradicación de la Violencia en el Deporte. En realidad,

no está integrada por Audaf, sino por el Ministerio del Interior, el Ministerio de Turismo y Deporte, el Congreso de Intendentes, el INAU y tres personalidades del deporte, seleccionadas por el Poder Ejecutivo a propuesta de la Asociación Uruguaya de Fútbol, la Organización de Fútbol del Interior, la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, la Federación Uruguaya de Básquetbol, Basquetbolistas Uruguayos Asociados, el Comité Olímpico Uruguayo y la Confederación Uruguaya de Deportes.

Me gustaría saber qué comentario o evaluación puede hacer Audaf sobre el funcionamiento de esta comisión y su integración. Últimamente no ha funcionado mucho –así lo ha reconocido la Secretaría Nacional del Deporte–, pero en otro momento lo hacía habitualmente. ¿Qué valoración pueden hacer sobre esto?

SEÑOR BERGALÓ.- Desde mi labor en el arbitraje –hace seis años que estoy en primera división y tengo cinco años más de arbitraje– nunca tuve el gusto de participar ni de escuchar de alguna incidencia directa que haya tenido esa comisión –lamentablemente–, ni en el fútbol juvenil ni tampoco en primera división.

SEÑOR BOTANA.- ¿Se siente la diferencia cuando hay elementos de identificación, como cámaras y demás, o cuando hay algún tipo de procedimiento de inspección de la gente que entra al recinto?

SEÑOR BERGALÓ.- Sí.

SEÑOR BOTANA.- ¿Eso los hace sentirse más seguros?

SEÑOR BERGALÓ.- Yo no sé si hace que me sienta más seguro, y me explico, porque tampoco quiero ser hipócrita con ustedes. No es que hoy día voy a cumplir con mi labor de manera insegura, aunque hubo determinadas situaciones en las cuales sí se dio, pero no es lo habitual. Simplemente voy a trabajar y a veces capaz que las condiciones de seguridad de fondo no están dadas.

Volviendo al comienzo de la conversación, señalo que nos hemos malacostumbrado a lo que está pasando y vivimos y sobrevivimos con eso. Nuestra tarea la desarrollamos de manera normal, lamentablemente en una normalidad a la que nos hemos adaptado. De todos modos, para nosotros es importante todo lo que son los chequeos y los controles previos a los efectos de que podamos, cuando se genera una situación de disturbio o de violencia dentro de las tribunas –que es lo más difícil de controlar– saber quiénes son los que la provocan, identificar a esas personas. Una de las solicitudes que hicimos a la AUF, cuando se dieron estas negociaciones por las situaciones de violencia que vivimos fue, justamente, que hubiera cámaras que identifiquen a las personas que ingresan, más aún en nuestro fútbol cuyo público no es cuantioso; salvo dos o tres partidos, no es multitudinario, por lo cual las personas que van a las canchas son fácilmente identificables. Creo que ese tipo de mecanismos pueden ser de gran utilidad para ayudar a erradicar a los violentos que van a ver los partidos.

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