El batllismo en acción: El cambio en Paz
Miguel Lagrotta
Es importante comenzar cualquier análisis sobre la recuperación democrática, la salida y los logros del primer gobierno batllista pos dictadura avanzar sobre el pensamiento de personas claves en el proceso.
El general Seregni, por ejemplo, juzgaba en forma crítica a los tupamaros y sostuvo en una entrevista realizada por Alfonso Lessa:” (…) las ideas y la doctrina de las Fuerzas Armadas, y particularmente del Ejército, ya estaban profundamente influenciadas por la doctrina de la seguridad nacional emergente de la política y la estrategia de los Estados Unidos. De manera que se produce un vuelco paulatino de la posición de los oficiales, sobre todo porque la acción de la guerrilla armada, la acción de los tupamaros lesionó profundamente al ejército, desde todos los acontecimientos de violencia que protagonizaron; particularmente la muerte de los cuatro soldados custodias del general Florencio Gravina, que era el Comandante en Jefe del Ejército (…)” Lessa, De las armas a las urnas, Debate, 2018 Pag. 41.
Más adelante en la misma entrevista sostiene con referencia a la postura nacionalista y en particular de su líder indiscutido Wilson Ferreira Aldunate: “(…) Wilson Ferreira hablaba y hablaba en forma virulenta, como fue siempre él, un pasional. Pero la audiencia que tenía era del Frente Amplio, ¡que vaya si eran pasionales los que estaban afuera! No se olviden que el exilio uruguayo fue de 11000 y hasta 15000 emigrados del Frente Amplio y tres, tres, del Partido Nacional. Solo tres Wilson Ferreira, el hijo Juan Raúl y Diego Achard, que era su secretario. Eso trasladado a la realidad de acá, que se vivía en ese momento, de pensar que el Partido Nacional aun siendo antidictadura podía tener un tipo de relación y de acuerdo con los comunistas y con el Frente, era imposible. Ese proyecto no prosperó ni fue posible” Lessa, obra citada pág, 47.
En una entrevista realizada para el libro Estado de Guerra por Alfonso Lessa, se le pregunta al Dr. Julio María Sanguinetti sobre el costo de la salida de la dictadura con Wilson Ferreira preso: “ Nosotros tuvimos una diferencia de estrategia en cuanto a la salida, con una gran identidad de propósitos. Nosotros eso lo hablamos y lo discutimos con Wilson. Él creía que había que seguir confrontando y que el Gobierno estaba al caerse. Y nosotros sentíamos que no, que no era así. Y que debía buscarse una salida negociada que nos abriera el camino. Eso sí, sin aceptar condicionamientos que establecieran un poder cojitranco o un poder muy limitado. En definitiva el acuerdo o pacto del Club Naval fue un éxito. El país se pacificó y eso es lo que importa, y hemos vivido una vida democrática plena que el país debe cuidar mucho. En teoría podemos hablar siempre de la perfección, pero los paraísos existen en la Biblia, no en la Tierra.”
El balance de los dos primeros años del gobierno batllista liderado por los Drs. Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo fueron muy complejos pero fecundos. Fue la consolidación de un tiempo nuevo y el desarrollo de una Democracia real de verdadero perfil socialdemócrata.
Se reactivó la industria manufacturera la cual registró un crecimiento del 11.2%. Y se dirigía fundamentalmente al consumo interno. Se produce una reactivación muy alta, cercana al 90% en la producción de aceites, maltas, electrodomésticos y cervezas. En otros rubros como sustancias químicas, plaguicidas, confituras, pinturas minerales los guarismos oscilaron entre un 20% y un 50%.
Se controló la inflación, la contención lograda en el año 1985 permitió que la inflación se mantuviese por debajo del 100% anual alcanzando un 83% en 1985. En tanto en 1986 se logró alcanzar el 70%.
Se recuperó la confianza del inversionista, las fugas de capitales bajaron prácticamente a cero en 1986 y en 1985 se había logrado un ingreso de capitales de 227 millones de U$S. En tanto que en 1986 se logró la cifra de 250 millones de U$S.
Las exportaciones en 1986 aumentaron un 23 % en relación a 1985 llegando a sobrepasar al final del período la cifra de mil millones de U$S. Esto se debió, en parte, al crecimiento de un 140% de aumento de la cantidad de carne exportada. Los precios promedio mejoran un 15% siendo los principales destinos el Brasil y la C.E.E. hoy Unión Europea.
En lo referente al endeudamiento interno- créditos impagos por empresas nacionales- se aprobó una serie de regímenes de consolidación y facilidades de pago de deudas fiscales y de la seguridad social. Se aprobó además una refinanciación para empresas que trabajan en el sector agropecuario, industrial, comercial, o de servicios, con el sistema bancario.
En lo referente a la deuda externa en 1985 el Uruguay debía hacer frente a obligaciones muy importantes con vencimientos que se concentraban entre ese año y 1989, lo cual asfixiaba la economía nacional por el peso de los pagos al exterior. Se refinanció la deuda externa y se estableció un programa económico-financiero para evitar que el crecimiento del producto del país se viera afectado. Se obtuvo un plazo de pago de 12 años con tres años iniciales de gracia- es decir sin pago de obligaciones-lo que alivió la presión sobre la economía.
Se recuperó el prestigio internacional utilizando la diplomacia directa y al más alto nivel como instrumento para la apertura de mercados. El Dr. Sanguinetti visitó 10 países entre 1985 y 1986, buscan afirmar la relaciones políticas y económicas, culturales y científicas siempre acompañado por representantes de todos los Partido Políticos, dando carácter de política de Estado a la que se desarrollaba en el plano internacional. La política llevada adelante por el Gobierno batllista fue netamente integracionista. Con Brasil el comercio aumentó un 40% y con Argentina se duplicó.
Todos los delitos subversivos fueron agraciados por una ley de amnistía enviada al Parlamento, pero esto inició un debate que todavía padecemos. Los destituidos durante el régimen de facto también fueron amparados por una iniciativa enviada por el gobierno mediante la cual se reparaban todos los actos administrativos. Se reconoció el derecho a la reposición, a la reconstrucción de la carrera administrativa interrumpida o un trámite jubilatorio que computara los años perdidos.
En marzo de 1985 el presupuesto destinado a la educación alcanzaba solo el 25.1% del gasto nacional llegando al 35,5% al año siguiente. En las inversiones para infraestructura educativa se crece un 20%, Se reducen los gastos en Interior y en Defensa, ambos presupuestas incluían un 46% del gatos público, al año siguiente se bajó al 35% y al final del periodo alcanzó el 29%.
Se recuperó el salario lentamente un 8% y un 22% en relación a 1983. Las retribuciones de retiro empezaron una lenta recuperación por ejemplo las pensiones a la vejez pasaron de $ 860 en 1984 a $2.600 en 1985. El Instituto Nacional de Alimentación atendió a 25.000. Se dio asistencia alimentaria a 130 mil escolares.
El nuevo gobierno democrático liderado por los doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo, electos por el voto popular y un Parlamento también totalmente libre, tenía por delante muchos problemas y una asignatura pendiente compleja y difícil: restablecimiento de la paz, vigencia total y absoluta de los Derechos Humanos y reparar todas las situaciones injustas llevadas adelante por la administración militar con más de una década de avasallamiento del estado de derecho.
El discurso electoral, devenido en un aspecto cuasi filosófico de salida de la dictadura: «El cambio en paz» se materializa en el informe enviado a la Asamblea General el 15 de febrero de 1990 a modo de balance del gobierno realizado:
«A lo largo de este periodo la paz ha sido para el gobierno su más constante proyecto, como sustento imprescindible de la reconstrucción democrática. Esta no era posible en el enfrentamiento: hubiera naufragado si en la sociedad hubiera comenzado el empleo de la violencia o bien la confrontación hubiera amenazado los márgenes imprescindibles de la gobernabilidad. Naturalmente, en este propósito el gobierno ha estado acompañado por el propio pueblo. Solo un consenso muy generalizado ha permitido esta convivencia. En el Uruguay vivimos estos años (1985-1990) todos quienes participamos en las confrontaciones del pasado, sea del medio político, sindical, militar o subversivo, a título personal, salió a ejercer la venganza o a satisfacer violentamente un ánimo revanchista»
La primera presidencia del Dr. Sanguinetti tiene algunos aspectos destacables:
1) Plena restauración de las libertades democráticas.
2) Libertad a los presos políticos.
3) Política de favorecer el retorno de exiliados.
4) Recomposición de las carreras laborales de los Funcionarios Públicos.
5) La compleja ley denominada » Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado»
6) La plena vigencia de la Constitución de 1967.
7) La opción del MLN-Tupamaros en la acción política integrada al Frente Amplio.
El 28 de febrero de 1990 el Dr. Sanguinetti a modo de despedida sostenía en Cadena de radio y televisión; » Hemos hecho todo el bien que pudimos. Nunca procuramos el mal de nadie, aunque podamos habernos equivocado muchas veces; pero sobretodo hemos evitado muchos males (…) Les digo especialmente a los jóvenes que vivan la emoción de este cambio en paz, tan distinto a la sangre que han tenido que regar los jóvenes de Europa del Este para salir de las dictaduras marxistas-leninistas (…) Me despido, sin nostalgia ni cansancio, me despido, pero no me voy» (Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150) . Ver: Reflexiones del Batllismo. Número 4, páginas 3-5- Montevideo, marzo de 1987. Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150 Lessa, Al. De las armas, las urnas y las letras. Montevideo, Debate, 201