El gran menjunje

Daniel Manduré

Menjunje o mejunje ambas palabras aceptadas para describir lo mismo. Una mescolanza de ingredientes.

Una sustancia que mezcla cosas diferentes, que ofrece un color, sabor extraño o desagradable.

Es la palabra que tal vez refleje de mejor manera la decisión del PIT CNT de desarrollar un paro general el próximo 8 de marzo. Mezclando todo. Esa motivación oportunista de utilizar la masiva participación de esa fecha para teñirla de política partidaria.

La central sindical decidió que el 8 de marzo hay que parar por el SI a la derogación de los 135 artículos de la LUC además de hacerlo por el Día Internacional de la mujer.

Nunca mejor aplica la frase que se le atribuye a Maquiavelo: “el fin justifica los medios”. Ya no importa si en el camino se miente, engaña, se crea confusión, se menosprecia una causa general y superior o se embarra la cancha, porque el fin último lo justificaría.

Quedó atrás hace mucho tiempo, para el PIT CNT, aquello de: el camino es la recompensa.

Tienen los valores cambiados. No es la primera vez, solo basta recordar como en los momentos de mayor angustia, desconcierto y miedo, apenas iniciada la pandemia, vimos a una central sindical, haciendo gala del más grosero oportunismo e insensibilidad saliendo a decretar paros, cacerolear y a reclamar cuarentena total.

Los argumentos de la secretaria general, Elbia Pereira, intentando fundamentar esa decisión fueron lamentables, tan desgraciados como la decisión misma. Con apreciaciones muy generales, confusas, vagas y hasta mentirosas procuró explicar, como la ley de urgente consideración perjudica a la mujer. Metiendo todo en el mismo paquete, hablando hasta del sistema de cuidados que nada tienen que ver.

Cuando tal vez voluntariamente el fin último de esa medida lo que trata de hacer es excluir a todas esas mujeres que piensen diferente.

Una postura motivada por una clara inclinación partidaria, que termina por aplastar y sacar de foco de lo que debería ser el centro: las legítimas reivindicaciones de la mujer.

El escritor francés Albert Camus, decía: “en política son los medios los que deberían justificar el fin”. En su obra teatral “Los justos” de 1949 el abre el debate sobre este tema. Una obra que se desarrolla en la Rusia zarista en donde un grupo revolucionario prepara un atentado con bomba al carruaje de un duque. Todo cambia y se crea una gran discusión interna dentro de los propios revolucionarios cuando uno de ellos desiste realizar el atentado y tirar la bomba cuando se entera que en el lugar hay niños. ¿el fin vale la muerte de inocentes? ¿el fin justifica los medios?

Ningún fin debería justificar medios que dañen o perjudiquen a otros.

Esa lucha sin cuartel entre el radicalismo ideológico oportunista del “todo vale” frente a posturas éticas que defienden lo contrario.

A veces parece que tendemos a normalizar lo anormal y a intentar justificar lo injustificable.

En la próxima semana, por fuertes presiones públicas de diversos sectores, el Pit Cnt, se reuniría nuevamente para rever dicha decisión.

Nada cambiará el mal paso dado.

Todos los años ante un nuevo 8 de marzo, aparecen nuevos indicios de quienes quieren politizar esa fecha. Una lucha por reivindicaciones de la mujer, pero que debería ser la lucha de todos, sin distinción de sexo, edad, concepciones ideológicas, filosóficas, religiosas o condición social. Sin fanatismos, inclinaciones extremistas o exclusiones

Como cualquier otra justa reivindicación que la sociedad demande, como la defensa de la infancia o de los adultos mayores.

Hay quienes no lo ven así, creo que se equivocan.

Una lamentable decisión de la central obrera, que tiene a su presidente, Marcelo Abdala, con la ñata contra el vidrio, en uso de su licencia, tal vez abrazado a una foto de Maduro o a una botella de procedencia escocesa de un producto destilado de la malta y realizando unas muy convenientes y premiadas tareas comunitarias.

Algo anda muy mal, todo mezclado, todo en la misma bolsa, un gran menjunje, con aroma desagradable.