Política nacional

El valor de ser diferentes

Daniel Mandur´pe

El Partido Colorado tuvo la muy acertada iniciativa de invitar a su casa, como forma de conmemorar los 40 años de democracia ininterrumpida a los presidentes que por voluntad popular condujeron los destinos de la república desde el retorno a la democracia en 1985 a la actualidad. Nadie falto a la cita. El secretario general del Partido Colorado, Andrés Ojeda, dando la bienvenida y valorando especialmente la presencia y el gesto de quienes no perteneciendo a nuestra colectividad política dijeron presente. Sanguinetti artífice de la convocatoria, Lacalle Herrera, Mujica, Lacalle Pou que por encontrarse en el exterior envió un mensaje y el presidente en ejercicio Yamandù Orsi. No faltaron los sentidos recuerdos hacia dos presidentes que ya no están físicamente entre nosotros, como Jorge Batlle y Tabaré Vázquez, acompañándonos integrantes de sus familias. Era de absoluta justicia también la mención a figuras relevantes que desde diferentes tiendas políticas contribuyeron con su accionar a que todos podamos hoy gozar de nuestras libertades, Tarigo, Ferreira Aldunate, Seregni.

Una señal inequívoca de cuál debe ser el camino. Una jornada con nuestra acostumbrada sencillez republicana, pero inmensa. Una jornada histórica. A la que hay que hacer honor todos los días.

Colorados batllistas, herreristas, frenteamplistas y entre ellos exguerrilleros, independientes, todos, que más allá de diferencias ideológicas, en algunos casos insalvables, entendiendo que hay principios superiores a los que hay que defender: la democracia y la libertad. Algunos lo entendieron antes que otros. Hoy, todos, bajo esa misma bandera.

Mañana continuarán las diferencias, los debates, las críticas, muchas veces duras, cada uno en su rol y con sus responsabilidades, unos desde el gobierno otros desde la oposición, defendiendo sus ideas y sus valores y està bien que así sea. Esa diversidad es la que enriquece y potencia la vida en democracia.

Esa diversidad que debe entender la importancia del respeto a las diferencias, a la opinión del otro, con amplitud y tolerancia. Donde hay adversarios a los que vamos a querer derrotar siempre en el terreno de las ideas, pero al que no podemos convertir en enemigos.

El mundo nos mira hasta con asombro, se preguntan cómo lo logramos, en una región convulsionada y bajo el azote del populismo y gobiernos autoritarios. Es verdad, no somos perfectos, mucho queda por hacer, injusticias por corregir, debilidades por fortalecer, pero somos diferentes.

Gozamos de una democracia plena, la más plena de la región y dentro de las 15 en el mundo. Una república pequeña desde lo territorial pero inmensa en cuanto a reafirmar sus valores democráticos. No es casualidad, fue el trabajo denodado de muchos que contribuyeron en todos estos años al fortalecimiento institucional. Al rol comprometido y decidido de los partidos políticos y de una sociedad toda que sabe que solo en un estado democrático y de libertad está el camino hacia el bienestar común.

No fue fácil lograrlo, hubo que pasar momentos muy duros y tristes. Poco a poco y de esa fragilidad inicial, con el “Cambio en Paz” comenzó el proceso de consolidación y que continua hasta el día de hoy.

Con la libertad como su principal bandera, pluralismo, garantías electorales absolutas, con una transparencia y cristalinidad inalterable a pesar de los cambios de gobierno, respeto a los derechos, separación de poderes y con partidos políticos fuertes.

El país creció en libertades, avanzó, creció, afianzó su estabilidad política e institucional. Sin dudas que nada terminó, mucho queda por hacer, desafíos por alcanzar, barreras por vencer.

Teniendo claro que el camino es el de la tolerancia y el respeto y que la democracia es una construcción constante.

Compartir

Deja una respuesta