Hablemos de la derecha uruguaya
La JUP y el rock and roll
Jorge Nelson Chagas
A fines de 1956 llega a Uruguay la película “Semilla de la maldad” con la banda sonora de Bill Haley y los Cometas. “Rock around the clock” Este hecho, la música del film, movilizó a los jóvenes de la de la época, que bailaron en los cines ante la mirada sorpresiva y censora de los adultos.
Fue tan intensa la repercusión que se organizó un concurso de baile que fue ganado por la pareja integrada por Zulú (si, Raúl Ciccocioppo Silva, el bailarín de candombe) y su hermana. La revista Mundo Uruguayo, una publicación que marcó toda una época de la vida de los uruguayos, censuró esta competencia considerándola poco menos que inmoral. (Esto está muy bien documentado en el libro “De las cuevas al Solís 1960-1975. Cronología del rock en el Uruguay” de Fernando Peláez).
Sé que esto puede resultar, hoy, bastante gracioso. Ah… pero hoy es hoy y ayer, fue ayer. Y es aquí donde comienza la tarea del historiador. ¿Por qué una parte importante de la sociedad uruguaya reaccionó mal ante esa forma nueva forma de baile?, ¿qué tenía de inmoral a sus ojos? No se trataba solamente de los movimientos de los cuerpos y las contorsiones. De hecho, rock and roll en inglés significa “columpiar” y “voltear”. Había algo más profundo. De alguna forma se intuyó que comenzaban a producirse cambios que afectaban a la cultura existente en aquel Uruguay de mediados de la década del cincuenta.
¿Qué tiene que ver la JUP en todo esto? Mucho más de lo pensado. Esta organización se fundó en el año 1970 – bastante después de la aparición del rock en Uruguay – y en las páginas de su periódico Nuevo Amanecer mostró su explícito rechazo a esta música a la que consideraba nociva para la juventud. Al igual que el movimiento hippie, los melenudos, el amor libre o el uso de las drogas.
El pensamiento de derecha tiene una notoria aversión por los cambios que alteran un modo de vivir, “un estilo de vida”, que consideran proveniente de los orígenes mismos de la nación y que debe ser resguardado de “las influencias foráneas”. Este no es juicio de valor. No digo que esta forma de pensar sea positiva o negativa. Digo sí, que existe. ¡Vaya que existe!
En la nota anterior, cuando me referí al fallecimiento de Hugo Manini Ríos, expresé textualmente que en “el transcurso de los años conversamos muchas veces y aprendí bastante sobre el pensamiento de aquellos sectores que no comulgan con la izquierda y tienen una visión ideológica basada en un fuerte patriotismo, defensa de los valores morales tradicionales y las costumbres telúricas”.
Acá podría surgir una pregunta: ¿cuál es exactamente el pensamiento de la derecha uruguaya?. Por cierto no solamente patriotismo, moralidad y amor por el folklore. Es mucho más que eso. Pero hay otro problema. ¿Hay una derecha o en realidad, hay varias derechas?. Por ejemplo: ¿por qué la JUP combatió al sector de Unidad y Reforma, y tuvo un especial encono con Julio María Sanguinetti? Coincidamos que Sanguinetti está bastante alejado del pensamiento de la izquierda.
En el plano cultural la JUP también rechazó el candombe, como manifestación cultural, pero no practicó el racismo ni la xenofobia. Como se observa, a la hora de las definiciones, nada es tan fácil.
Creo que lo más interesante en esta cuestión es ir a fondo y tratar de comprender cuáles son las raíces de este pensamiento que tiene varias bifurcaciones.