Politica Nacional

Imperioso regreso a clases

Marcelo Gioscia

Las conclusiones a las que arribaron los integrantes del INEED (Instituto Nacional de Evaluación Educativa) en base a los resultados obtenidos de la evaluación de desempeños en el año 2020 no pueden dejarnos conformes, ni podemos ser indiferentes frente a los mismos. En efecto, esa suerte de “inmovilidad” o “congelamiento” que se señala con respecto a la medición del año 2017 si bien no empeora, muestra signos de inequidades, que son en el presente un dato a tener en cuenta para encarar el desafío de corregirlas, pero en el futuro cercano -sin duda alguna- pueden llegar a ser otro problema para nuestro país. Se ha profundizado la brecha entre los estudiantes que conforman los distintos grupos socio económico evaluados. Ellos hacen a los diversos contextos de nuestra realidad social. La decisión de las autoridades de volver a la “presencialidad” educativa, tiene que  ver con ese desafío y el grado de aprovechamiento de las enseñanzas que se brindan, tanto en Lenguaje como en Matemáticas, para lograr mejores desempeños. Y probado está que, éstos mejoran con la asiduidad en las aulas, con la escolarización que permite la contención y el crecimiento psico cognitivo de los educandos, incluso en el desarrollo afectivo de los más pequeños, ciertamente afectados por la interrupción de la asistencia y de los programas escolares. Se dispuso que inicialmente volvieran a clases los alumnos de las Escuelas rurales, en el entendido que por su número y por su ubicación geográfica no impactaban negativamente en la movilidad, luego el nivel inicial de las escuelas urbanas. Poco a poco y según se advierta cómo evoluciona la pandemia. Felizmente las autoridades de la enseñanza y del gobierno apuestan a esa concurrencia personal. Porque no puede dejar de preocuparnos la brecha que mencionamos y entre otras cosas advertimos -de acuerdo a nuestro leal entender- que la comprensión lectora es el elemento que marcará la diferencia en nuestra realidad social. Nos venimos cuestionando ¿qué clase de ciudadanos estamos formando? Y entendemos que no es menor nuestra preocupación, que no será suficiente con la lectura lineal, es preciso adquirir las herramientas para poder efectuar una lectura crítica o inferencial. Pero evaluados los niveles cinco y seis, se concluye que, ocho de cada diez estudiantes tiene dificultades para hacer esas inferencias. Este rezago socio educativo de no superarse, supondrá además deserción escolar en los grados medios y superiores, y lo que resulta más grave aún, la obtención de una posición laboral medianamente decorosa, será casi un imposible. La decepción, el resentimiento y la desesperanza anidarán rápidamente en estos individuos que, en su mayoría culparán a otros de su situación, y para hacer frente a sus necesidades, pretenderán servirse de planes de emergencia alejados de su dignidad como personas. Las evaluaciones y los diagnósticos han sido efectuados, es hora de encarar las causas de estas inequidades, para que entre otros, a nivel educativo los efectos negativos de esta pandemia, sean tan menores como sea posible.    

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