Política nacional

Legislativas para una “Guerra Fría”

Lorenzo Aguirre

Sobre una habilitación a 36.477.000 personas, y pálida participación de votantes – 68% -, tuvieron lugar en Argentina las “Legislativas de medio término” para renovar 127 de 257 bancas de diputados –  período 2025, 2029 -, y 24 curules de 72 senadores – período 2025, 2031 -, elección en la cual, “La Libertad Avanza” – coalición conservadora, libertaria en economía, posición derecha -, del presidente Javier Milei, arrasara con el 40.84%, dejando atrás a “Fuerza Patria” – coalición peronista, kirchnerismo, progresismo, movimiento radical de la “CGT, de posición izquierda, cuyos líderes son Cristina Kirchner, Sergio Massa, y Alex Kicillof -, que apenas logró un 31.67%. Gracias al repechaje de “La Libertad Avanza” en la provincia de Buenos Aires, los triunfos en Santa Fe, Córdoba, Mendoza, y la demoledora votación en Ciudad de Buenos Aires – Patricia Bullrich, candidata al Senado, se llevó más del 50% de papeletas –, el oficialismo recibirá un nuevo crédito político para propuestas y cambios económicos, a través del abanico parlamentario del próximo 10 de diciembre. Más allá de lo acontecido, guste, o no el resultado, estamos en el comienzo de una guerra geopolítica en nuestro continente. Estados Unidos, por intermedio del presidente Donald Trump, con su “modesto” préstamo de 40 mil millones de dólares – por línea “swap” – al gobierno de Javier Milei, busca implantar una sólida hegemonía, mientras China comunista no pierde tiempo en potenciar su “Estación de Espacio Lejano”, en la “Bajada del Agrio”. ¡La “Guerra Fría” ha comenzado!

El presidente Donald Trump prometió al mandatario argentino el préstamo de referencia si ganaba las “Parlamentarias de medio término”, pero si ocurría un resbalón, las cosas cambiarían.

Trump, no ofrecía un carry – on con billetes verdes porque le gustara el peinado de “Javi”, sino, que, si este vencía la contienda electoral, se iniciaría la posibilidad para Estados Unidos de desplazar a un segundo lugar a China comunista respecto al control en Latinoamérica, al tener a Argentina como plataforma de lanzamiento.

China, desde hace 20 años es la mejor clienta en el continente, invirtiendo 100 mil millones de dólares en Brasil, y asociándose a Chile para la producción de “litio” (conformación de baterías para autos eléctricos), más allá de pasar a gobernar los puertos de Perú.

Por supuesto, nada es gratis, y para Donald Trump lo realmente importante es la “Bajada del Agrio”, en Neuquén, donde una “humilde toldería” china funciona como “Estación Espacial de Investigación Científica”, “acuerdo” con Argentina cuyo prólogo pauta hasta el año 2067.

El “parque de vacaciones” “Estación de Espacio Lejano” – ¡si, lejos del mundanal ruido! – es una base de seguimiento y dominio de misiones espaciales, gracias al “pacto de hermandad” en el cual, Argentina, cede a China el territorio de 200 hectáreas – ¡algo así como dos kilómetros cuadrados! -, durante 50 años, y solo la molestará el 10% de tiempo operativo, para proyectos de investigación científica. ¡Toda una “sostenible” bifurcación de conducta!

El contrato, estipula por parte de China cláusulas de “Confidencialidad”, como asimismo “Total Reserva” en cuanto a actividades, programas y datos, ni obligación de informar a Argentina respecto a un futuro “uso dual”.

La incomodidad, es, que, esa “Estación Científica” monitorea satélites de Estados Unidos, y, por tanto, Trump, necesitaba un “socio” para poder manejar una situación que, hace tiempo, se fue de lado.

Por lo narrado, 40 mil millones de dólares sirve a cualquier “afiliado” de renovada aglutinación ideológica con ambición de restaurar soberanías, entonces aparece el postulante rockero Javier Milei, un chaval pro Estados Unidos, obviamente anti comunista, anti China, más allá que, igualmente, se bajara del caballo y continuara manteniendo pactos con el gigante asiático, pues, de lo contrario, Argentina, se ahogaría en poco tiempo.

En estas elecciones “Parlamentarias de medio término”, al ganar Milei, el mandatario Donald Trump percibe más beneficios, coquetea, fastidia a la plataforma espacial china – incluso provocando un conflicto -, y puede quizá proyectar similares estrategias en Brasil.

China, no se queda de brazos cruzados, porque le compra a Argentina por 1.000 millones de dólares en soja, y cerca de 1.700 millones en carnes, además de colocar una “menguada” cantidad de billetes verdes para financiarle el 90% de la estación nuclear.

Volviendo a Donald Trump; con el aporte estadounidense, los inversionistas en Argentina en cierta forma podrían recuperar tranquilidad, y retornar, hecho que llevaría a aumentar los bonos de mercado. Trump, no solo recibiría más “centavos” que los prestados, estabilizaría además en buena medida su poderoso imperio colonialista en América del Sur.

Javier Milei necesitaba realmente una victoria contundente, pues, de lo contrario, quedaba maniatado, sin poder llevar adelante sus reformas, especialmente tributaria, laboral, y previsional.

Por lo expresado, poco tiempo antes de los comicios el pibe Javier empezó a dar aumentos de salario, edulcorar jubilaciones, estimular aportes al rubro salud, y en particular aguantar todo lo posible los gastos de canasta familiar, al menos hasta después de la votación… así, qué, el radical Milei, por un tiempo se convirtió en clásico demagogo y charlatán peronista.

Al ganar ampliamente, el presidente argentino gozará de ahora en más de un congreso favorable, contando asimismo con el respaldo de su “manager” Donald Trump para arribar al final de su mandato, aunque por supuesto recibiendo las facturas correspondientes, pues en este juego de ajedrez las cosas no son gratis, y la monarquía, se come los peones.

Si Milei hubiera perdido la contienda electoral, quedaba enquistado, y Argentina continuaría en una mayor oscuridad, no existiendo números para poder evitar el hundimiento, mientras, China, reactivaría sus “aportes” y desplazamientos en el continente.

De todas formas, más allá del triunfo arrasador de Milei, China seguirá influenciando, sosteniendo inversiones, y por supuesto Estados Unidos volcando considerable dinero para “reacomodar territorios”, e implantar una sólida hegemonía.

¡La Guerra Fría, ha comenzado!

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