Los cartones para Carolina
En la vida, a veces hay que saber adaptarse a las circunstancias, sin importar cuán resbaladizas estas puedan ser
Chico La Raya
El viejo helicóptero de la Fuerza Aérea aterrizó –tal cual estaba previsto- sobre las 11 de la mañana a unos pocos metros de la carpa que la Asociación Cultivadores de Arroz había dispuesto en el establecimiento de los productores Juan Varalla y Álvaro Ribas, ubicado en la séptima sección del departamento de Treinta y Tres.
Las puertas del helicóptero se abrieron, cual cortinado de los premios Oscar, pero en vez de Rambo o Chuck Norris pusieron pie a tierra el popular “Pata” Sánchez y la siempre magnífica vice presidenta de la república CaroLa escena se tornó casi cómica a medida que la comitiva avanzaba. Carolina Cosse, con su porte elegante y su determinación, desafiaba las inclemencias del terreno como si estuviera desfilando por una pasarela en lugar de un campo de arroz. El modelo de calzado, que en un contexto urbano habrían sido la envidia de muchas mujeres, se transformó en un obstáculo en medio del barro, y cada paso parecía un pequeño acto de valentía.
Mientras tanto, Yamandú Orsi, con su enfoque más práctico y campechano, avanzaba con confianza con un par de botas de goma que un productor le había prestado, disfrutando de la libertad de movimiento que le otorgaban.
A medida que la vicepresidenta avanzaba, la situación se tornaba más caótica: los asistentes corrían, algunos resbalaban en el barro, colocándole cartones a cada pisada de Cosse, mientras otros intentaban mantener el semblante serio ante la inusual situación.
El evento, se transformó por unos minutos en un espectáculo digno de un reality show, mientras que a pesar de las dificultades, Cosse mantenía una sonrisa, saludando a los agricultores y mostrando su apoyo incondicional a la producción nacional.
Finalmente, después de un recorrido que parecía eterno, llegaron al centro de la carpa, donde los productores esperaban ansiosos. Con una mezcla de risas y aplausos, el evento comenzó, y aunque el barro había sido un desafío inesperado, la determinación de Cosse y la sencillez de Orsi demostraron que, a veces, la humildad y el sentido del humor pueden ser tan importantes como la elegancia en el contexto de la política.
Así, entre discursos y promesas de apoyo al sector agropecuario, la jornada se convirtió en un recordatorio de que, en la vida, a veces hay que saber adaptarse a las circunstancias, sin importar cuán resbaladizas puedan ser.