Números relativos, mentiras absolutas

Ricardo J. Lombardo

No se necesita ser Albert Einstein para ser consciente de la relatividad de los números.

Cuando uno se maneja con porcentajes, es frecuente que se pierda en confusiones de cálculo que llevan a conclusiones equivocadas.

Si por ejemplo uno se refiere a los niveles de pobreza y dice que  esta aumentó 10% en algún lado, las conclusiones pueden ser muy diferentes dependiendo del país de que se trate.

En Argentina, la pobreza alcanza hoy al 36,5% de la población. Si la misma aumentara 10%, significaría que se llegaría a un 40,15%.

En Uruguay, en cambio, la pobreza registra un 7,6% de los hogares, por lo que un incremento de 10% determinaría que hubiera 8,36% de hogares uruguayos por debajo de la línea de pobreza.

Distinto es si se habla de puntos porcentuales. En ese caso, el aumento de 10 puntos porcentuales, llevaría a la cifra de Argentina a 46,5% y en Uruguay a 17,6%

También pueden provocar confusión los números absolutos sin ninguna referencia. En Argentina se dice que hay 3 millones de personas indigentes. Si eso se dijera en Uruguay, representaría prácticamente la totalidad de la población.

Trabajar con los promedios también tiene sus problemas. Un viejo profesor decía: tengan cuidado con los promedios; si hacemos el cálculo solo automáticamente, podemos llegar a la conclusión de que los seres humanos, en promedio, tienen una teta y un testículo.

“Los números no mienten, los que mienten  son los que hacen los números” decía José Pedro Damiani, lo que agrega otro elemento a tener cuidado.

Por ejemplo, estos días, Fernando Pereira dijo que en Uruguay el 20% de la población no tiene para comer. Eso es, a todas luces, una mentira.  Que haya gente con dificultades alimentarias que es necesario atender es cierto, pero que 1 de cada 5 uruguayos no tenga para comer,  sería una inocultable catástrofe humanitaria, más allá de lo que dijeran las estadísticas.

Los números pueden ser relativos, pero las mentiras absolutas.