Politica Nacional

Por la puerta de Atrás

Nicolás Martínez

“Con su salida, comenzamos a dar vuelta la página más oscura que ha tenido el Frente Amplio con la presidencia de Miranda. Entiendo que fue un presidente que realmente estuvo por fuera de todos los temas centrales y que dividió al Frente Amplio. Hasta el último momento estuvo maniobrando para que aquellos compañeros o compañeros que tuvieran una postura diferente sobre algunos de los temas pudieran hacer uso de la palabra. Miranda tendría que haberse ido varios meses atrás”.

Las palabras citadas corresponden al diputado frenteamplista Felipe Carballo de la lista 711, declaraciones aportadas a diario El País en el marco del último Plenario Nacional del Frente Amplio, donde Javier Miranda, el hasta entonces presidente de la colectividad política, diera un paso al costado en la conducción. Dicho plenario se celebró el pasado 24 de julio del corriente, en el que tras haberse aprobado previamente el 23 de julio en la mesa política del Frente Amplio, se presentó y trató la moción para que Ricardo Ehrlich – otrora integrante del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros – fuera designado en el rol de coordinador hasta que se realicen las elecciones pautadas para diciembre de este año. Ehrlich, de 72 años, ocupó el cargo de Intendente de Montevideo en el periodo 2005-2010, y fue designado Ministro de Educación y Cultura en el período 2010-2015. Biólogo de profesión, fue nombrado Director del Instituto de Biología en el año 1990, y Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República en 1997.

Una vez votado y elegido presidente interino del Frente Amplio, en rueda de prensa celebrada en la Huella Seregni, Ehrlich señaló que: “Venimos de un proceso complejo. Hemos sufrido como cualquier fuerza política todo un proceso, años de gobiernos, años fecundos, años creativos que han transformado el país. También ha impactado en nuestra fuerza política y hemos estado hasta ahora atravesando ese proceso de asumir, digerir y mirar más lejos de todo ese proceso de desgaste y derrota. En medio de todo eso aparece algo formidable, que cambia la mirada, que es ese mensaje de nuestra población con la recolección de firmas. Puede marcar un punto de inflexión. Es una enorme responsabilidad para el FA estar a la altura de este momento”. Y agregó: «El tiempo que compartiremos será breve, pero creo que podemos ayudar para echar los cimientos para esa nueva etapa que se está forjando». «Me comprometo a acompañar con todos ustedes ese proceso. Redoblar los esfuerzos, redoblar los sueños y seguir adelante con fuerza y entusiasmo. ¡Viva el Frente Amplio!».

Por su parte Miranda señaló que: «Hemos cumplido un ciclo, una etapa en el proceso de la construcción política del FA. Hoy culminó la presidencia de esta formidable fuerza política. Dejo la presidencia tras cinco años en los que intente contribuir junto a otras, junto a otros muchos al fortalecimiento de esta fuerza política. Nos tocó transitar este período complejo en la historia de este país y de nuestro querido Frente Amplio. Quisimos darle un fuerte impulso al desarrollo del FA, en ese sentido hicimos un gran esfuerzo por integrar al interior del país». Y agregó: “Este espacio de militancia que me tocó desempeñar en estos años ha significado mucho para mí, como ciudadano, como parte de la comunidad política. He dado lo mejor de mí para el desarrollo de esta etapa del Frente Amplio”.

Javier Miranda de 57 años, es abogado por la Facultad de Derecho de la Universidad de la República. Hijo del escribano Fernando Miranda Pérez, desaparecido durante la dictadura cívico-militar que azotó nuestro país. Tuvo una presencia importante en la militancia de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos entre los años 1986 y 2010. Fue Coordinador del Proyecto de Fortalecimiento Institucional del Ministerio del Interior entre 2006 y 2008. Ocupó el cargo de Director de la División Asesoría Jurídica de la Intendencia de Montevideo entre 2008 y 2010. Se desempeñó como Director Nacional de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura entre 2010 y 2013. Fue Secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de la República entre 2014 y 2016. Y es Director del Programa de Derechos Humanos del Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH) desde el 2007.

Miranda asumió la presidencia del Frente Amplio el 17 de septiembre de 2016, tras ganar las elecciones internas de la colectividad política, celebradas el 24 de julio de ese mismo año.  Unos días atrás, dejaba la presidencia en medio de un clima hostil en la interna frenteamplista señalando que: “Hace poco más de dos semanas tras una memorable gesta presentamos ante la Corte Electoral 800 mil firmas. Es el resultado del compromiso militante de decenas de miles de frenteamplistas que junto al movimiento social recorrieron cada rincón del país, dando un ejemplo de rebeldía democrática. Ese acto cierra ejemplarmente una etapa y de la mejor manera. Queda una nueva fuerza política templada, que junto al movimiento social desafía una vez más al poder de la restauración neoliberal conservadora y reaccionaria. Una fuerza política de pie, fortalecida, que reivindica su vocación de alternativa de proyecto político solidario, transformador y progresista”.

La moción votada ese día, la componían tres puntos; el primero constaba de la asunción de Ehrlich como presidente interino, el segundo proponía la integración de una mujer en la coordinación frenteamplista, y el tercero, el reconocimiento al “Grupo de Acompañamiento” que estará trabajando junto al nuevo presidente. A propósito del Grupo de Acompañamiento, su integración consta con la presencia de seis sectores: Movimiento de Participación Popular (MPP), Partido Comunista del Uruguay (PCU), Partido Socialista (PS), Asamblea Uruguay y Fuerza Renovadora, todos con presencia parlamentaria en el actual gobierno.

Durante la jornada, se filtraron varios momentos de tensión en el plenario. Miranda fue duramente criticado por sus compañeros, entre los ataques estuvieron expresiones como la del diputado Carballo: “¡Sos un bandido, Miranda! ¡Un bandido sos!”. Carballo, quien participó vía zoom, propuso sin éxito, desglosar la moción y pasar a votar cada punto de manera independiente. Una vez que se había votado, este pidió la palabra para justificar su voto negativo, acción que le fue negada por considerar que el tema estaba resuelto y votado. El diputado de la lista 711 insistió que: “Es un derecho que tengo, quiero fundamentar el voto”. Y agregó: “¡Compañeros no hagan trampa!”.

Según fuentes del diario El País, otro de los dirigentes frenteamplistas presentes en el plenario gritó: “¡Qué suerte que te vas Miranda!”. Otro de los presentes reclamó que: “Tendrías que haber dejado fundamentar”. Entre quienes estaban participando mediante la plataforma de videoconferencias, señalaron que: “El chat está trabado y no pudimos escribir”, mientras que otro gritaba luego que: “¡Has violado los estatutos desde que asumiste!”. Cabe destacar, que Miranda por presiones internas, iba a renunciar el 1° de junio de este año, decisión que debió postergar a pedido de los sectores mayoritarios, los que además conforman el “Grupo de Acompañamiento”, quienes hicieron hincapié en aplazar la decisión hasta una vez culminada la campaña de recolección de firmas contra la Ley de Urgente Consideración (LUC).

Se fue Miranda, se fue por la puerta de atrás. Partió con muchísimos y fuertes cuestionamientos desde la interna. Se fue perdiendo apoyos políticos en el transcurso de su gestión. Tuvo que hacer frente a las graves dificultades económicas que debió afrontar el Frente Amplio tras haber perdido el gobierno. Se fue Miranda con una valija de sinsabores y de derrotas. Voló alto y gritó mucho más, a veces más de lo necesario, otras veces sin ser necesario, se dinamitaron puentes, se apagó el diálogo y se sembró vestigios de odio en la llamada grieta capitalizando y politizando las supuestas muertes evitables. Presidió una oposición sin rumbo, una fuerza política en la actualidad sin liderazgos claros y definidos en un escenario complejo. Se fue Miranda sin un rumbo, evitando y postergando la autocrítica de su fuerza política, entre otras cosas según él, porque: “El embate desde el gobierno, que parece seguir en campaña electoral, ha sido por denostar 15 años de transformaciones buenas para el país”. Se fue Miranda con una fuerza política con más de 30 grupos queriendo disputar el poder y dando la espalda, según sus propios militantes, a las bases constituidas en los comités. Se fue Miranda, en silencio, habiendo fracasado. Se fue Miranda, por la puerta de atrás.

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