Política nacional

Pronósticos económicos prevén más de lo mismo

Jorge Bonino

Se fue el primer mes de gestión del nuevo gobierno y, salvo por algunos titulares en la prensa y la permanente guerra de las redes “antisociales”, solo el estado del tiempo ha tenido en dicho período variaciones significativas. El ejercicio 2024 cerró con un crecimiento del producto de 3,1% impulsado más que nada por el sector “agropecuario, pesca y minería” (+11,3%) que explica casi la cuarta parte de esa variación positiva (0,7), aunque también “energía eléctrica, gas y agua” (+19,6% con una incidencia de 0,5), “comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas” (+3,2% y 0,4), e “industria manufacturera” (+3,2% y 0,3), tuvieron buenos desempeños. El único sector que tuvo performance negativa fue la “construcción” que cayó 1,6% e incidió en -0,1 en el resultado global.

La muy buena cosecha de soja que se anuncia, así como el aumento de los precios del ganado, permiten prever que el sector agropecuario seguirá siendo la locomotora que tire de una alineación de vagones heterogénea y con diversas interrogantes sobre el escenario económico de corto y mediano plazo. Ante un panorama que comenzará a esclarecerse en los próximos meses, sobre todo luego de la elaboración de la Rendición de Cuentas 2024 y especialmente del Presupuesto Quinquenal, las expectativas de analistas independientes y del sistema financiero, marcan un menor ritmo de crecimiento para este año (2,55%) y el próximo (2,32%).

Hasta ahora las escasas señales dadas por el gobierno respecto a su programa económico han sugerido una cierta continuidad de las políticas macro, aunque las diferentes visiones que se tienen dentro del gabinete ministerial, sobre todo en relación a las políticas que inciden en el mercado laboral, generan algo de incertidumbre en el sector empresarial.

El retorno de la discusión sobre el alcance del derecho de huelga, en especial lo relativo a la legalidad de las ocupaciones, así como el “ajuste” a realizarse a las normas establecidas por la reforma a la seguridad social, constituyen elementos significativos a la hora de planificar inversiones, contratar personal y encarar nuevos emprendimientos.

Las expectativas de inflación y de variación del tipo de cambio no muestran en principio que se esperen cambios sustanciales en la conducción de la economía. En febrero el promedio de los pronósticos de inflación interanual de analistas económicos y mercado financiero para el período 2025-2026 se ubicó en 6,17% y a dos años se situó en torno a 6%, o sea, sobre el límite superior del rango meta fijado a esa fecha por el BCU, en tanto los empresarios que participaron de la encuesta se pronunciaron por una inflación de 6,5%. En 2024 la inflación fue de 5,49% y a febrero la inflación  interanual se ubicó en 5,1%.

Si bien los empresarios pronostican una inflación mayor a la que prevén analistas y el mercado financiero, la diferencia en ese caso no es sustancial, aunque con ello se reitera la situación de que los empresarios proyecten sistemáticamente un crecimiento de precios mayor al esperado por especialistas y operadores financieros, no habiendo una explicación racional para eso, ya que de acuerdo con lo que se ha anunciado, el Banco Central mantendrá una política monetaria similar a la aplicada en el anterior período de gobierno.

En materia de tipo de cambio el promedio de los pronósticos para el cierre de 2025 establece la cotización del dólar en $ 45,30 (+2.8% entre fin de cada año), para el de 2026 en $ 47,19 (+4.17%) y para el de 2027 en $ 49,32 (+2.96%). En el año 2024 la cotización del dólar entre puntas aumentó 12,93% (cerro a $ 44,066), empujado primero por la inestabilidad propia de un año electoral y luego por el cambio de gobierno ya decidido por la ciudadanía.

En cuanto a las previsiones de desempleo, las expectativas relevadas por el BCU alcanzan niveles similares al registrado en el pasado mes de febrero (7,9%), ya que anticipan en promedio un 8,03% para este año y 8,08% para el 2026. La tasa de empleo tampoco presenta cambios significativos en las previsiones, ya que frente al 59,4% observado en febrero último, los pronósticos realizados el mes pasado fueron de 59,06% para el 2025 y de 58,93% para el 2026.

En síntesis y a cuenta de mayor y mejor información, las previsiones de los agentes económicos apuntan a una inflación levemente superior a la del pasado año, a un crecimiento menor del producto, a tasas de empleo y desempleo similares a las actuales y a una variación del tipo de cambio del orden de la mitad de la que se pronostica para el índice general de precios al consumo.

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