Política nacional

Rompe los ojos

Ronald Pais

Aunque la expresión “Romper los ojos” no aparece reconocida por la Real Academia Española, sin embargo, resulta ser muy del idioma español, tanto que es muy difícil su traducción a otros idiomas. Como todos saben, cuando se dice que una cosa “rompe los ojos” es que resulta tan evidente que es imposible ignorarla. Puede ser percibida por cualquier persona aún por el más despistado. Por eso, me llama la atención que los precandidatos de los distintos partidos de la coalición gobernante aparentemente no hayan percibido algo que para mí rompe los ojos: es que necesario ganar la Batalla cultural antes que cualquier otra competencia electoral.

Agustín Laje dice que las corrientes de derecha o de centro se han creído que la Política es Economía y así se han pasado años haciendo cuentas mientras que la izquierda se ha pasado años haciendo cuentos.

Así, con cara de palo, los voceros del Frente Amplio afirman que Venezuela y Cuba son “democracias diferentes” y que la culpa del fracaso estrepitoso de esas dictaduras es culpa del imperialismo de Estados unidos, sin pestañear vociferan que el Gobierno uruguayo “no tiene rumbo”, a pesar de que todos los indicadores nos dan en una posición destacada en el plano internacional; enfatizan en que la Educación debe volver al estado anterior de la última reforma, a pesar de que el modelo que sostuvieron durante los 15 años en que fueron gobierno nos llevó a un nivel paupérrimo con sindicatos defendiendo sus privilegios.. Por su parte, su brazo sindical, el PIT CNT, la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU) y la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM) impulsan la destrucción del sistema previsional actual y la eliminación de las AFAP´s con el propósito de adueñarse del ahorro de los trabajadores uruguayos.

Con el mismo rostro pétreo con que nos han mentido durante décadas acerca de que “los Tupamaros lucharon contra la dictadura”, flecharon la cancha proclamando “derechos humanos” que sólo se hacían valer para los de su misma ideología, continuaron contaminando expresiones populares como el Carnaval que se ha transformado en un panfleto frenteamplista que ha alejado a una enorme cantidad de público que antes disfrutaba esa fiesta popular. Lejos de retroceder en el uso espurio del TV Ciudad, cuya nutrida plantilla pagamos todos los montevideanos, siguen asignándole un generoso presupuesto mientras la basura endémica continúa sin erradicarse, la ciudad se inunda ante una lluvia fuerte, el transito está cada vez más colapsado, los cementerios públicos languidecen y sigue sin haber una obra trascendente en el Departamento, después de casi 35 años en que han gobernado la capital del país. Bicisendas, toboganes, placitas recitales faraónicos para celebrar una fecha falsa, son los “logros” de una señora que tiene dudosos antecedentes en la construcción del Antel Arena, a un costo mucho mayor de que sus homólogos en otros países y también mucho más de lo que vale hoy, totalmente prescindible, y que impidió que se hiciera a tiempo otra obra – esa sí necesaria – que evitara la crisis de agua potable que soportó la zona metropolitana hace muy poco. A pesar de ello, es precandidata a la Presidencia de la República y, como es de estilo, todos los días debemos soportarla en los noticieros centrales de la televisión nacional sin que se le caiga una idea interesante que al menos despierte en nosotros un tímido gesto de aprobación.

No soy de los que salen a buscar una soga para linchar a alguien sólo porque ha sido acusado pero aún no ha tenido la oportunidad de defenderse. Por ello no me voy a sumar al coro que ha vilipendiado a Yamandú Orsi por un hecho de violencia que se le atribuye. Al igual que en el caso Penadés para mí la presunción de inocencia y el derecho de defensa deben respetarse hasta que se pruebe lo contrario,

Diré no obstante que, tal como cualquiera puede ver en videos de amplia circulación, el Intendente de Canelones no ha mostrado detentar condiciones para la aspiración que sostiene y sus declaraciones cuando le preguntaron sobre la Ley de Urgente Consideración y dijo que con algunas cosas no estaba de acuerdo, al ser urgido por el periodista, confesó que ni siqujera la había leído.

Sin embargo, siendo éstos los precandidatos del Frente Amplio con más chance, las encuestas le dan a este conglomerado político más del 40% de intención de voto.

Entonces ¿cuál es la explicación? ¿hay más de un 40% del electorado guiado por un fanatismo que no retrocede ni ante la prueba más irrefutable? ¿O será que el votante del Frente Amplio en cualquier caso vota a esa coalición, incluso cuando el candidato sea “una heladera”?

A la luz de lo que viene ocurriendo elección tras elección en el Departamento de Montevideo, podría decirse que algo de esto hay, pero también creo que deberíamos autoexaminarnos y preguntarnos qué le está faltando a la Coalición Multicolor para ser ella la principal captadora de votos y no depender tanto de los candidatos.

Creo que lo primero es comprender que el país está dividido en dos grandes bloques de opinión y que, a pesar de que uno de ellos le merezca reservas a sus adherentes, la decisión de oponerse al bloque contrario es más fuerte y termina definiendo la decisión del voto.

Partiendo de ese reconocimiento, el primer desafío es avanzar en el fortalecimiento de la coalición actualmente gobernante. Creo que la buena imagen del Presidente, tanto nacional como internacional, es innegable y beneficiosa, pero, al no poder ser candidato, debería ser acompañada por un fortalecimiento del relacionamiento de los partidos políticos que lo han acompañado. No es suficiente la jerarquización individual, es preciso fortalecer el Proyecto.

Nadie enfatiza sobre este punto que me parece central y existe una tendencia porfiada a mirarse el ombligo y a actuar con miras limitadas al entorno partidario, sin ampliar el panorama.

Predomina el criterio de que esto se hará en oportunidad de una segunda vuelta que parece más que probable. Sin embargo y siempre reconociendo que el país ha retomado una senda de racionalidad y responsabilidad gubernamental, quedan muchos temas que sólo pueden ser abordados, propuestos y ejecutados si se cuenta con una amplia base de acuerdo que debe construirse desde ya, con un diálogo permanente intra y extra partidario.

A mi juicio, una de las cosas que puede aumentar la preferencia del electorado es lo que ya hemos reclamado desde estas páginas: más y mejor Coalición.

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