Sr. Presidente: necesitamos que gire una perilla
Martín Marzano
Hemos estado casi un todo de acuerdo con como ha gestionado el gobierno la pandemia. Así lo hemos hecho saber públicamente, cosechando elogios y críticas, lógicamente que y valoramos especialmente.
En esta situación, haciendo un seguimiento de los acontecimientos de los últimos días, debenos realizar una crítica y un pedido.
La crítica va por el lado de que, a pesar de la aprobación de una ley que prohibe las aglomeraciones, el trabajo enorme de la policia y el ejército disolviendo más de 1600 eventos mayores a 200 personas en 2 meses, es claro que quienes han incumplido esta ley no han recibido sanciones que puedan inhibirlos a ellos mismos (la mayoria paga la multa; si es un organizador de eventos y vuelve a incumplir) y también inhibir a otros que todavia no se hubieran animados a incumplir en este sentido.
Esto indica una cifra de más de 300.000 personas que han hecho casi omiso a las recomendaciones y hasta los ruegos del gobierno, y a la sencilla constatacion del agravio que están haciendo a los derechos de quienes nos cuidamos.
Si sumamos todas las reuniones menores a 200 personas, posiblemente lleguemos al medio millón de personas, que es mas o menos que decir que a 8.000 personas por día, solo les preocupan sus intereses económicos (los que cobran a los participantes) o sus deseos hedonista de disfrutar y gozar de la vida, sin importarles un pepino, lo que están viviendo muchísimos uruguayos, los que se han enfermado con graves consecuencias y todos los demás que hemos sufrido las graves perjuicios sanitarios, económicos y emocionales, por causa de lo que vivimos hace un año.
Me parece que esto es especialmente grave si los organizadores además son extranjeros, como ha sucedido (anoche se disolvió una reunión de más de 500 personas, organizada en Maldonado por una conocida artista de la farándula argentina).
El pedido: creo que a esta gente hay que sancionarlas con severidad; a los que las organizan y a los que asisten.
Podrá decirse que no deseamos instalar un modelo policíaco y estoy de acuerdo. Pero sin necesidad de tocarle un pelo a nadie creo que deberían denunciarse en las fiscalia que corresponda, para que los señores fiscales procedan a considerar si no corresponde realizar formalizaciones, y eventualmente reclamar sanciones penales para estos infractores.
Paralelamente debemos recordar que al Poder Ejecutivo le asiste el derecho de promover la suspensión o interrupciones de beneficios o derechos adquiridos (redisencia, nacionalidad, habilitaciones de higiene o sanitarias o hasta el derecho a permanecer en el país).
Soy un profesional de la educación y estoy convencido que estas medidas no tendrán efectos pedagógicos. En concreto pienso que ninguno de los sancionados aprenderá nada, pero por lo pronto impediremos que sigan infringiendo la ley, y a los demás se les demostrará que en Uruguay respetamos las normas y las hacemos cumplir, en serio en beneficio de las grandes mayorias, que si las respetan.
Es seguro que estas 500.000 personas, no estarán de acuerdo conmigo y saldrán de apuro a decir que se atenta contra el derecho a ejercer su libertad.
Allá ellos. Respetaremos su molestia.
Lo que si quedará claro es que el resto (2.900.000 personas) si estaremos de acuerdo y se lo agradeceremos.
Si no lo hiciera, sr. presidente, pensamos que perderemos la posibilidad de interrumpir el crecimiento casi exponencial de contagiados, internados y fallecidos (en 2 semanas se multiplicaron por 5), en el que sin dudas han pesado mucho estos desprolijos eventos.
No olvidemos que dentro de una semana termina el año: tenemos la semana de turismo donde las hormonas de muchos uruguayos los llevan a ser más inquietos y afectuosos que de costumbre, y que con la licencian es casi seguro que el número de encuentros subirá de manera importante.
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