Urgen decisiones ante violencia homicida
Marcelo Gioscia
La seguidilla de homicidios ocurridos en los últimos días, tanto en nuestra capital como en el interior, e incluso dentro de un establecimiento penitenciario, han colocado sobre la mesa un tema no resuelto y que debe encararse en forma urgente. Si bien es cierto que es uno de los delitos de más difícil prevención, por su complejidad, requieren de una necesaria infraestructura de efectivos y de inteligencia policial para lograr su esclarecimiento. Mal que le pueda resultar al Sr. ministro del Interior, como principal responsable de las políticas que se aplican en materia de seguridad pública, sus decisiones y los resultados de su gestión, serán necesariamente escrutadas, y no solo por la oposición.
Pues cada quien tiene que asumir sus respectivas competencias legales y constitucionales en el desempeño de las funciones públicas que les han sido confiadas, y si bien podría argumentarse que frente a lo doloroso de los hechos constatados no se debiera hacer caudal político, no puede soslayarse que lo que está quedando en evidencia, es la necesaria revisión de políticas de seguridad que nuestra sociedad reclama. Como se reclama una mayor presencia en los barrios donde han ocurrido y ocurren hechos de violencia para brindar una mayor protección a los vecinos, así como un mayor y más efectivo control de las actividades de grupos criminales (que en un medio de las dimensiones de nuestro país, debieran estar más que identificados y vigilados) para evitar pérdidas de vida. Existen tecnologías disponibles, entre ellas las de detección acústica de disparos, como para localizar inmediatamente el lugar donde se han producido. Resulta imperioso contar con más efectivos policiales operativos, así como el necesario intercambio de información entre las distintas unidades encargadas de prevenir y de perseguir a los delincuentes. Sabido es que el narcotráfico ha empeorado las cosas en nuestra sociedad, y que lamentablemente, la violencia se ha instalado sin límite alguno. A diario se constatan situaciones violentas en todos los barrios de nuestra ciudad y es muy triste comprobar que muchos homicidios quedan sin resolverse, según ha trascendido cuatro de cada diez de ellos, no llegan a aclararse. El sistema carcelario tampoco funciona como debiera y está muy lejos de servir como rehabilitación de quienes allí ingresan, por el contrario es un sitio donde la violación de los derechos humanos resulta más que flagrante. El anunciado incremento de efectivos, prometido en la campaña electoral, así como el “plan de seguridad” que no se ha concretado aún, y que se anuncia recién para el año próximo, delata que no se advierte un rumbo claro en esta materia tan sensible. Materia que merece ser atendida con efectividad, eficiencia y prontitud en bien de la población en su conjunto, más allá de discursos y posturas a la defensiva de quienes deben responder por sus decisiones políticas. De eso se trata, ni más ni menos.