Política Internacional

Rumbo a lo desconocido

Ricard Lombardo

Por primera vez en la historia del mundo, un presidente libertario ha sido elegido en elecciones democráticas.

Javier Milei, identificado inequívocamente con la escuela austríaca del pensamiento económico, superó por amplio margen a Sergio Massa representante del statu quo y de la peor expresión de un estado corporativo, estatista y atirrepublicano.

Hasta ahora, los ideólogos del liberalismo económico del siglo XX, Von Hayek, Von Mises, Milton Friedman y Menger, oficiaban el papel de intelectuales revoltosos destinados a desnudar el “camino de la servidumbre” que significaba el socialismo o los regímenes basados en una fuerte presencia del estado.

Permanecieron durante casi un siglo acicateando discusiones interminables, con algunas ideas dignas de admiración, pero otras llenas del repudio por no atender a los más desposeídos y denigrar lo que muchos llaman justicia social.

Ahora la República Argentina ofreció el campo fértil para que esas concepciones florecieran.

Un país convertido al corporativismo, con un Estado que todo lo abarcaba, con una corrupción galopante de  funcionarios poderosos, apoyados por empresarios prebendarios y sindicatos cómplices, cayó en el más profundo de los pozos. Con una inflación del 150%  anual, 40,1% de pobres, 56% de pobres menores de 14 años, un estancamiento productivo crónico y convertido un paria para las finanzas internacionales por los numerosos defaults en que ha caído, el oficialismo, paradójicamente, ofreció como alternativa electoral nada menos que al Ministro de Economía responsable en buena parte de tanto desaguisado.

Aunque uno no sea demasiado fanático de las ideas libertarias, parecía obvio que la Argentina necesitaba un volantazo que la sacara de esa espiral descendente de pobreza a que lo había llevado una clase política demasiado familiarizada con la corrupción y el corporativismo, a pesar de proclamar la defensa de los más pobres y alentar el pobrismo en las organizaciones sociales..

Habrá que ver qué puede hacer Milei de lo que propuso. Tiene una esmirriada representación parlamentaria, no cuenta con ningún gobernador y ni siquiera con ningún intendente.

Ahora se terminó el tiempo de las ideas y de las promesas.  Empieza el tiempo de la política.

El presidente libertario que tanto sorprendió por su rápido crecimiento en la opinión pública, deberá demostrar el pulso para lograr acuerdos, tejer alianzas y mostrar el grado de flexibilidad necesarios para sacar a la Argentina del abismo al que ha caído.

Ojalá que lo logre y que  la democracia le ofrezca el camino para hacerlo, sin tentaciones totalitarias.

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