México rompe relaciones con Ecuador…
¡la otra mitad de la historia!
Lorenzo Aguirre
El pasado viernes, fuerzas policiales de Ecuador ingresaron violentamente a la Embajada de México, en Quito, deteniendo a Jorge Glas – ex vicepresidente de Rafael Correa, mandatario que, el “Tribunal de Ecuador” declarara culpable de delito de cohecho (sentenciándolo a ocho años de prisión) en el marco de “Sobornos 2012 – 2016”, y que escapara a Bélgica -, quien se encontraba desde diciembre del pasado año en calidad de “huésped”, para evadir dos pendientes procesos legales por peculado en el caso “Reconstrucción de Manabí” (luego del terremoto que dejara casi setecientos muertos), restauración inexistente pese a que el gobierno recaudara unos mil setecientos millones de dólares por concepto de descuentos obligatorios sobre los salarios de todos los empleados, como asimismo el aumento al “Impuesto al Valor Agregado” (“IVA”). De forma inmediata, el Presidente de México, Andrés López Obrador, cursó una notificación de rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador, por violación a la “Convención de Viena”, particularmente del principio de inviolabilidad del local, personal diplomático, y normas de convivencia internacional. El gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores exigió una investigación exhaustiva de la brutal irrupción perpetrada por la policía ecuatoriana, y ordenó a los funcionarios de la embajada, abandonar el país, requiriendo al presidente ecuatoriano Daniel Noboa, las garantías correspondientes durante dicho retiro.
Por favor… retrocedamos
en el tiempo
El presidente mexicano Andrés López Obrador había insinuado – elucubrando sobre datos incorrectos – que su homólogo ecuatoriano Daniel Noboa, surgió en las presidenciales de su país gracias al asesinato (once días antes de los comicios) de su contrincante Fernando Villavicencio, periodista y dirigente sindical perteneciente al “Movimiento Construye”, partido político surgido con el nombre de “Ruptura 25” (R25), y denominado “izquierda moderada, moderna y contemporánea”.
La manifestación, provocó la expulsión de la embajadora de México en Ecuador, Raquel Serur, y declarada “persona non grata”.
En su momento, Andrés López Obrador expresó también cómo había afectado dicho asesinato, y especialmente a la candidata Luisa González, de “Revolución Ciudadana” – partido de ideología nacionalismo ultraizquierda, antiimperialismo, anti neoliberalismo, feminismo -, cuyo líder es Rafael Correa, quien reestructurara la agrupación formando un entrelazamiento con gobiernos progresistas latinoamericanos.
Las relaciones entre Ecuador y México se encontraban tensas debido al apoyo de López Obrador, a Jorge Glas – ex vicepresidente de Rafael Correa -, el cual, perseguido por corrupción, para huir de la justicia se refugió en la Embajada de México en Quito.
Jorge Glas, investigado por la Fiscalía, estuvo varios años cuidándose del Sol, debido al sonado caso “Metástasis”, pero un “capo narco” dio unas “moneditas” al juez, y este, ordenó la libertad de Glas.
En 2017, el “chico ejemplar” fue sentenciado por delito de asociación ilícita en los casos de sobornos de la constructora “Odebrecht”, la cual tuviera relación con doce países – Ecuador, México, Perú, Argentina, Venezuela, Colombia, y Angola, entre otros -, moviendo intereses económicos para obtener “acuerdos” públicos.
Es oportuno tener presente que, en abril de 2020, Jorge Glas fue condenado por la “Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia”, a ocho años de cárcel por ser coautor del delito de cohecho agravado, y acusado junto al hoy fugado expresidente Rafael Correa, de liderar un bloque criminal que recibía también pagos de contratistas privados, a cambio de adjudicaciones y convenios con la administración gubernamental.
Entre otros asuntitos de Jorge Glas y Rafael Correa, figura un grueso “dossier” respecto a endeudamiento público, como asimismo “pequeños ítems” entre los que se destaca recibo de dinero de las “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (“FARC”), para financiar sus campañas electorales.
La Fiscalía de Ecuador, indagó, pues la “Secretaría Nacional de Comunicación de la Presidencia de la República de Ecuador” informó que, el Ministerio Público, tenía presentada una “actuación fiscal” para investigar un caso motivado en una prueba audiovisual, la cual ponía de relieve a un testigo protegido, confesando haber entregado dinero de las “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia”, a Rafael Correa, y su cúpula.
La secuencia de imágenes incluye la narración de un periodista de una cadena de televisión internacional, señalando a un exguerrillero integrante del mencionado grupo, que, estando a cargo de laboratorios de cocaína, y siendo además “diseñador” de rutas – para distribución de droga – entre Colombia y Ecuador, fuera emisario por la organización, la cual habría financiado por lo menos quinientos mil dólares, por cada acto de campaña electoral.
Como si fuera poco, la “muchachada progresista” integrada por Correa, Jorge Glas, el ex Secretario Jurídico de la Presidencia, Alexis Mena, y la ex Ministro de Transporte, María Duarte, entre otras “eminencias”, fueron declarados culpables por instigación, más allá que la “Contraloría de Ecuador” solicitara la acción por “Perjuicio de Fondos Públicos” – obtuvieron dinero del Banco Central, el cual debía destinarse a entidades públicas, dejando a cambio papeles estatales a plazos no permitidos por la Ley – en operaciones registradas como deudas, y declaradas secretas.
En el año 2022, el expresidente Jorge Glas fue puesto en libertad condicional bajo expediente de “habeas corpus”, pero un mes después le fue revocado, poniéndose en movimiento su recaptura.
Hace apenas cuarenta y ocho horas el gobierno de Ecuador declaró: “el asilo político otorgado por México, fue un acto ilícito”, mientras el presidente López Obrador, sostuvo: “la política exterior de mi país se caracteriza por proteger a perseguidos políticos”.
El presidente ecuatoriano Daniel Noboa había comunicado no entregar un salvoconducto al ex vicepresidente Jorge Glas para abandonar el país como exiliado, mientras la Canciller de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, afirmó no corresponder asilo político, por tratarse de una investigación penal.
El pasado 1º de marzo el gobierno de Ecuador a través del “Ministerio de Relaciones Exteriores” había solicitado a la Embajada de México el consentimiento para que, la policía, pudiera dar cumplimiento a la disposición de la “Corte Nacional de Justicia”, detener a Jorge Glas, pero la respuesta, fue: “no se puede, porque eso violaría la inmunidad diplomática de nuestra embajada”.
Jorge Glas, fue trasladado a “La Roca”, cárcel de máxima seguridad, en Guayaquil.