Golpes de efecto publicitario
Marcelo Gioscia
A pocos días de la realización del balotaje que definirá quién será el próximo Presidente de la República, todo indica una disputa muy ajustada entre los presidenciables. Felizmente nuestra legislación exige -a los candidatos que llegan a esta etapa- la obligación de participar de un debate donde habrán de expresarse públicamente y donde podrán brindar su mensaje al Cuerpo Electoral, bajo pena de no recibir de la Corte Electoral, el auxilio económico que por cada voto que obtengan, nuestro sistema les brinda.
En una campaña huérfana de debates, antes de las elecciones nacionales y de los plebiscitos sometidos a la voluntad ciudadana, no existe tal obligación. La experiencia de esta particular contienda electoral, nos indica que si algo debiera revisarse es esta norma, atento a que, la ciudadanía no alineada políticamente, no ha tenido la oportunidad de aquilatar en profundidad a los contendientes. Todas y cada una de las inseguridades e inconsistencias del candidato frentista, han tratado de ser ocultadas, impidiendo comparecencias incómodas que, frente a analistas profesionales no hubieran pasado inadvertidas. Eso explica la mezquina y calculada decisión de su entorno, de que no debatiera, para que no se expusiera públicamente, ya que eso podía hacerle perder votos. Quien logre la mayoría el próximo 24 de Noviembre, habrá de llegar al sillón presidencial por muy pocos votos. Eso explica la desesperación por mostrar “adhesiones” recientemente adquiridas, de quienes hasta el pasado 27 de Octubre se mostraban afines a los partidos de la Coalición Republicana; algunos más “sonados” que otros (por las responsabilidades que ocupaban), otros casi desconocidos, que inadmisiblemente arrían sus banderas…son “adherentes” que, con todo respeto, descubrimos como oportunistas o desmemoriados; aprovechan la circunstancia para mostrarse “afines” al candidato frentista y son hábilmente utilizados -como “golpes de efecto publicitario”- para captar indecisos, a quienes falazmente, pretenden presentar lo “amplio” de su propuesta. Todo vale a la hora de “pescar” voluntades, incluso “conversar” con el cuarenta por ciento de aquellos ciudadanos que apoyaron con el SI el fallido plebiscito contra la ley de reforma de la seguridad social, sin tener en cuenta al sesenta por ciento que impuso su voluntad en las urnas, apostando a la estabilidad y cordura de un sistema previsional sustentable. Al parecer, les cuesta aceptar ese pronunciamiento adverso. Una vez más, queda de manifiesto que, lo que les importa es recuperar el poder –del que fueran desplazados por el Cuerpo Electoral en el 2019- a como dé lugar. Si pueden mostrar estas “adquisiciones” de quienes militaban en los partidos tradicionales (cual trofeos de caza) y ahora no los acompañan, tanto mejor. Bueno será tener memoria. La presentación y desempeño de cada candidato en el debate obligatorio, será trascendente. Debiera quedar de manifiesto la gran diferencia política que existe entre las opciones que cada uno representa. La cuestión será entre libertad o populismo. Ni más, ni menos.