Política nacional

Un episodio menor para reflexionar

Jorge Nelson Chagas

Lo único que hice fue publicar en mi muro de Facebook un aviso de la presentación del libro “Los Otros Tupamaros” de Javier Suárez el 29 de abril en la Biblioteca Nacional. Tengo el honor de ser uno de los integrantes de la mesa, junto al doctor Heber Gatto, el doctor Adolfo Garcé y el autor.

Fue solamente eso. Nada más. Ni siquiera emití un juicio de valor sobre el contenido del libro, que aborda el episodio de aquellos tupamaros que renunciaron a la lucha armada en 1974 y se volcaron a la política.

Sin embargo, un ex tupamaro (Jorge Llambías Cabrera) ingresó en mi muro – sin conocerme personalmente y sin estar en la lista de mis amigos de Facebook –  insultándome a diestra y siniestra. Como no pude entablar un debate racional y respetuoso con él, me vi forzado a eliminar todos sus mensajes. No me gusta coartar la libertad de expresión de nadie, pero con su intervención cruzó los límites.

Hay una arista tragicómica. Este mozo se enfureció conmigo por un libro que yo no escribí y que él ¡no leyó! No lo leyó por la simple razón que aún no salió a la venta.

Por cierto que es un episodio intrascendente, pero me ha servido para reflexionar sobre la ceguera de los fanáticos, la intolerancia, la incapacidad de comprender los argumentos del otro, la irracionalidad de creerse  portador de la verdad absoluta. Y esto no tiene nada que ver con que sea un ex tupamaro. Este tipo de mentalidades abundan en tiendas opuestas y además, por mi oficio y cuestiones de la vida, he tenido oportunidad de conversar con muchos ex tupamaros que están  bastante lejos  de estas actitudes. 

Héctor Amodio Pérez expresó sus discrepancias con el contenido del libro, ya que pudo leer la tesis de graduación de ´Javier Suarez en que se basa el mismo. A raíz de ello, se generó un debate entre ellos en mi muro con un alto nivel de respeto y fundamentalmente, presentando cada uno sus argumentaciones. 

Esto, sinceramente, me gratificó bastante y me da esperanzas que por más delicados, sensibles o espinosos que sean los temas de historia reciente, los uruguayos podemos discutirlos en un clima civilizado.

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