Política nacional

Algo nuevo y Algo viejo

Pablo Caffarelli

Días pasados se llevaron a cabo en el Parlamento nacional unos ciclos de diálogos -de los nóveles legisladores- en el marco de la transición legislativa. En esos diálogos se les habla a los parlamentarios sobre distintos aspectos básicos de lo que será el ejercicio de su -fundamental- tarea en los próximos cinco años.

Uno de los módulos más importantes tiene que ver con la redacción legislativa en donde se detalla los aspectos fundamentales de la construcción de una ley y se entrega a los asistentes un manual con todos los aspectos clave para la labor.

En el trascurso de esos módulos se pudo ver más de cerca lo que son las nuevas “camadas” de legisladores. Algunos parecidos a los de antes: vestidos formalmente, instruidos y con asesores calificados para intentar moldear nuevas normas que ayuden a avanzar al país. Y, por otro lado, lo que en los últimos años viene llegando como “lo nuevo”: muchachos vestidos de remeras -mayormente negras- con frases en colores, sin instrucción ni asesoría alguna, pero si con muchos termos y mates para acompañar cebada a cebada lo que se les viene por delante en los cinco años de gestión legislativa.

Interesante fue un pasaje del curso en que uno de los “nuevos” legisladores -que nuestro pueblo cada vez elige en mayor número- preguntó confundido por qué si las leyes son “generales y de interés público” hace pocos días se había votado la ampliación de unos subsidios por desempleo de una empresa puntual. Llamativa fue la explicación que hubo que darle de como el Estado de hace un siglo se manejaba con pocas normas y que luego la sociedad se encargaba de hacer el resto, pero que, desde las revoluciones comunistas y socialistas los Estados son cada vez más intervinientes en asuntos de las personas y eso hace que a veces, hoy por hoy, se tengan que resolver asuntos de este estilo más “individuales” que generales. No significa que esté mal ciertamente. A veces atender esas problemáticas apaña el no caer en un mal genérico mayor como aumentar el desempleo y las cargas sociales de organismos como el B.P.S. pero para darnos cuenta de esos detalles hay que entender los andamiajes estatales en su conjunto.

 Un poco mareado quedó el nuevo parlamentario, tomando algunos mates y meditando -bajo su remera negra de inscripciones rojas de líderes de otros países- mientras intentaba entender la teoría que le venían explicando en el curso que chocaba con la práctica, que los propios ideólogos de la fracción política que representa han ido trayendo al Uruguay y al mundo, y él estaba empezando a conocer….

Qué bueno sería que cuando tenemos la oportunidad de elegir, que, en primer lugar, los partidos ubiquen en sus listas a personas idóneas para las tareas a las que pueden resultar electas y, segundo, que los que los ponemos con el voto en esos lugares de privilegio nos tomemos el tiempo de averiguar un poco sus antecedentes para poder tomar una decisión más acertada… Todavía estamos a tiempo.

Compartir

Deja una respuesta