Historia

Batllismo: el avancismo, las ideas y el apoyo electoral

» Nunca me sentí muy colorado sino muy batllista(…) El batllismo tiene ideas y el coloradismo sentimientos(…) Zelmar Michelini.

«Y con el voto por arma, los más fuertes, los que tienen la victoria en sus manos, los seguros vencedores son los desheredados, porque son los más» José Batlle y Ordóñez.

Miguel Lagrotta

Este pensamiento es, en definitiva, el que llevó a muchos batllistas a buscarlo en otras tiendas. Y se resume en otra cita utilizada regularmente al estudiar la lista 99 y la fundación del Frente Amplio: «Pertenecemos a un partido que por tradición, por realizaciones y por tendencia fue y es progresista, popular y democrático (…) sentimos la necesidad de luchar por hacer realidades los principios de justicia social» Zelmar Michelini.

El debate siempre gira en torno a la impronta batllista en nuestra sociedad. Si se puede definir batllismo a las distintas interpretaciones y acciones que bajo esa denominación se actuó y se actúa hoy. El tema del viraje del electorado batllista de a pie hacia posturas de centro izquierda anidada en el conglomerado de izquierdas Frente Amplio es un dato objetivo de la realidad pero no el determinante. Hay causas muy lejanas y profundas y hay realidades duras. La generación del 900, hijos de su tiempo, hijos de la cultura occidental que encarnan la cultura griega, con el elitismo francés, el pragmatismo inglés y el apasionado pensamiento mediterráneo socialista y anarquista que confluyen en Carlos Vaz Ferreira, José Enrique Rodó, Pedro Figari, Emilio Frugoni, Batlle y sus seguidores revolucionarios, entre ellos Arena. En la filosofía de Hegel y la ideología materialista que se desarrolló a partir de su método en la cual la historia se convierte en centro de todas las cosas, surge la idea de Krause, tomada por el primer batllismo, de captar al individuo, al sujeto, valorándolo como tal, de acuerdo a la tradición ibérica, o mediterránea, de cuyo torrente ideológico se nutrió el Uruguay de comienzos del Siglo XX.

 “El Partido Colorado tiene una magnífica tradición, pero eso no basta. El Partido que se fía demasiado en su tradición puede correr la suerte de esos nobles que fían demasiado en sus pergaminos. El escenario de la democracia se ensancha día a día. Día a día entran en juego fuerzas nuevas, aspiraciones nuevas. Satisfechas las ansias de libertad e igualdad empiezan a dar su nota dominante las ansias de mejoramiento (…) De ahí nuevos horizontes que es necesario escudriñar si no queremos extraviarnos; de ahí nuevas etapas que es necesario correr y correr de prisa si no quedarnos rezagados. ¡ La política como la ciencia, debe de estar en perpetuo movimiento si quiere responder a las necesidades de todos los momentos, y el Partido Colorado que no debe dejarse vencer(…) tiene que estar constantemente alerta, en perpetua vibración(…) Su programa tiene que ser vivo(…) Y si quieren no crean que a su costa el partido liberal y el partido socialista, debe ser tan liberal como el partido liberal y asimilarse todo lo humano, todo lo práctico, todo lo realizable, todo lo que no sea una utopía del partido socialista.»

Al morir don Pepe, luego de la debacle de 1916, cambia el perfil del batllismo y el terrismo marcará las futuras relaciones dentro del Partido Colorado. En las elecciones de 1930 habían triunfado los batllistas, logrando la mayoría en el Consejo Nacional de Administración, al que correspondía la dirección de la política económica. El presidente Terra pronto marcó distancia del batllismo y discrepo con las medidas tomadas por C.N.A. En esto fue respaldado por los conservadores colorados, el herrerismo y el Comité de Vigilancia Económica. Como respuesta, el batllismo hizo acuerdos con el nacionalismo independiente, rama disidente de la mayoría herrerista, para impulsar el plan anti-crisis.

La gran abstención en las elecciones de 1932, que debían renovar parcialmente los integrantes del Consejo de Administración, fue interpretada por Terra como un juicio negativo a la política del Consejo Nacional de Administración. Convencido de que el presidente debía intervenir en la conducción económica y de que no podía esperarse hasta que hubiera una reforma constitucional, el 31 de marzo de 1933 disolvió el Consejo y las cámaras. Sin darse cuenta y sin participar la sociedad uruguaya estaba viene el inicio del fin del batllismo como mayoría electoral y opción progresista en nuestro país.

El golpe contó con la adhesión expresa del herrerismo, el riverismo y otros colorados conservadores; sus apoyos sociales fueron el Comité de Vigilancia Económica, el alto comercio y los sectores agroexportadores y las clases conservadoras en su conjunto. En su contra, se contaron batllistas, nacionalistas independientes, socialistas y comunistas. La población, en general, no mostró mayor signo de resistencia.

Siguiendo esta línea el rol de la lista 15 fue trascendente para llevar adelante esa idea de avancismo permanente que sostenía Domingo Arena y llevaba adelante Don Pepe, sin abandonar las claves batllistas: Luis Batlle Berres fue responsable del aggiornamiento del batllismo partiendo de la base de su comprensión de la realidad que se vivía en el mundo de posguerra con sus imponentes cambios en todos los órdenes. El 14 de agosto de 1947, Luisito sostenía en su famoso discurso: «Nosotros, los que fuimos formados en los últimos aleteos de la filosofía liberal del siglo pasado y dimos los primeros pasos hacia la socialización de ciertas actividades del organismo social, comprendemos que tenemos que continuar ese ritmo para encauzarlo por las vías normales. Apresurarse a ser justo, es asegurar la tranquilidad; es bridarle al ciudadano los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de vivir y hasta él lleguen los beneficios del progreso y de la riqueza. Apresurarse a ser justos es luchar por el orden y es asegurarse el orden». Buceando en el pensamiento de Luis Batlle, años antes en una exposición de congresistas americanos realizada en Chile con la Segunda Guerra Mundial en desarrollo sostenía en abril de 1944: «La Democracia no es solo libertad. Los pueblos reclaman algo más. La Democracia no tiene porqué suponer necesariamente una evolución lenta en su marcha y discusión prolongada para atreverse a dar un paso por el progreso y por la justicia social»

Dos importantes aportes sobre este debate los encontramos de dos publicaciones recientes: «No les perdonaremos nada» Batllismo y el Golpe de Estado de 1933: el principio del fin» de Carlos Fedele y «La Fuerza de las ideas. La impronta del Estado batllista en la identidad nacional»  del Dr. Julio María Sanguinetti. El primero sostiene que el fin del batllismo se remonta a 1933 y las soluciones propuestas para salir del problema entre colorados y batllistas, que las resume en «borrar de un plumazo las diferencias», aspecto que no ocurrió y los problemas siguen hasta hoy. El problema se agudizó con el proceso de salida de la dictadura en 1985 cuando a partir de ese momento resultaron casi inconciliables las visiones entre los colorados conservadores y los batllistas.

El Dr. Sanguinetti lo plantea desde una visión filosófico-ética marcando que el batllismo es una fuente permanente de ideas.  Y que tienen plena vigencia en el Partido Colorado desde la visión pragmática y liberal de Don Frutos Rivera  hasta la actualidad. La clave es el respeto permanente a la laicidad republicana, el feminismo, la libertad de expresión y la educación como herramienta de desarrollo.

El tema de fondo siempre es el votante. La realidad es que una gran cantidad de votantes batllistas no perciben estas realidades y buscan «su» batllismo en otras propuestas que colman sus expectativas de desarrollar un país con justicia social, redistribución de la riqueza y posibilidades de desarrollo sostenible y que sea en definitiva el «Escudo de los débiles»

Ver: Caetano, G. Michelini. Razones de una conducta. Planeta. 2017. Fedele, C. !No les perdonaremos nada! Batllismo y el golpe de 1933: el principio del fin, Debate 2019. Lagrotta, M. Domingo Arena. Realidades y Utopías. Arca. 2010. Sanguinetti. J.M. La Fuerza de las Ideas. La impronta del Estado batllista…Taurus. 2022

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