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Blindaje de fronteras y segunda línea de contención

Zósimo Nogueira

No bastan los controles en pasos de fronteras, ni Puertos o Aeropuertos de embarque.  El criminal si no tiene arreglado, concertado o conoce las vulnerabilidades de los controles busca otras alternativas y lugares de ingreso. Quienes somos o conocemos la realidad de las fronteras sabemos de las habilidades para eludirlos, utilizar rutas alternativas, y manejar horarios de relevos, tiempos y  modalidad de controles.

Los contrabandistas se han especializado en ello desde épocas de la conquista, sorteando e inventando caminos, ocultándose, aguardando el momento oportuno y si fuere necesario abriéndose camino como les fuere posible, comprando voluntades, tranzando o usando violencia.

La tecnología, el uso de scaners, drones, cámaras, chips, sensores, radares, inhibidores de señal y cuanto se les pueda ocurrir son sumamente necesarios, pero sin descartar la presencia y responsabilidad del individuo humano.

Tecnología al servicio del fin perseguido. Con espacios de responsabilidad bien definidos.

 Hay que tener claro que toda la tecnología que hoy es de avanzada mañana es superada, neutralizada, vulnerada por otra más avanzada.

La dinámica y competencia en esto es permanente e impredecible.

Todo aquel que eluda los controles preestablecidos ha de ser interceptado y fiscalizado en las rutas conexas a la frontera.

No pasa por una mera fiscalización de vehículos y personas. Es necesario comprobar identidades y requerir información sobre itinerarios. Motivos de ingreso para no nacionales o residentes.

La seguridad pública y de un Estado va mucho más allá que los problemas de contrabando y tráfico, el terrorismo, los delitos ambientales están al acecho en forma constante, ahí tenemos otro dilema.

El Estado tiene obligaciones para con sus pobladores, velar por su seguridad y bienestar y para ello debe adoptar medidas de salvaguarda que implican conocer la movilidad de las personas como una fuente de información necesaria para preservar esos derechos.

Pero como fijar límites y no ingresar en la intimidad de las personas, vulnerando su libre determinación.

Que difícil, tan real y vigente problema. Cuál es el límite de lo público y lo privado.

Como impedir que esa información que está al alcance de quien  posea la tecnología adecuada no sea aprovechada para fines insanos, promiscuos, ventajas comerciales, extorsivos y­­-o criminales.

Urge legislar sobre esto, poner reglas, limitar espacios de injerencia. Judicializar.  

Otra segunda etapa, esencial para una gestión exitosa en el combate al crimen organizado pasa por el seguimiento de los procedimientos realizados por otras agencias.

Una segunda línea de control otra barrera para contrarrestar el accionar criminal. Otro de los meollos descuidados.

Cuando las fuerzas militares que no tienen responsabilidad en las tareas de investigación realizan incautaciones y aprehensiones de contrabandistas, traficantes y se da por finalizado un procedimiento con una resolución judicial se corta un hilo que puede develar muchas incógnitas.

Esto no puede ser sinónimo de cierre de una investigación, debe extenderse a posibles destinatarios y también participes en todo el derrotero de personas y mercaderías, documentaciones etc.

Tarea que por jurisdicción es exclusiva de la justicia y policía.  Esta policía nuestra, también restringida en atribuciones que recurre a organismos de otros países que procesan información internacional sin dar explicaciones ni pedir autorización a nadie, como en el caso del FBI y la DEA.

Nos sujetamos a convenios y leyes internacionales y recurrimos a organismos extranjeros para informarnos de cosas que podríamos saber con mayores certezas y capacidad de verificación con las propias fuentes.

La soberanía nacional debe ser evaluada y dimensionada en su justa medida.

Por nuestra pequeñez territorial y escaso potencial bélico siempre acordamos ceñirnos a los dictámenes de los organismos internacionales pero sus resoluciones no siempre nos benefician.

Son las reglas de juego.

Todas las modificaciones en el orden procesal penal, en la justicia y las potestades del poder ejecutivo y su policía se han realizado siguiendo criterios de las potencias del norte que viven realidades y tienen orígenes muy diferentes al nuestro, 

Ahora tenemos tantos entreveros y nos pasamos de remiendo en remiendo, en el mismo sentido, políticas y ley de género, cuotificación de cargos sin valorar la intelectualidad y capacidad, por sexo con el incorporado ingrediente de la percepción personal.

Muchas de estas leyes  las incorporamos a nuestra legislación sin un debido análisis y sin opinión de los juristas que luego la van a aplicar.

Tanta jornada deliberativa por temas menores, creo que vale la pena un profundo análisis de la dimensión de nuestra soberanía.

Es una cuestión vital, una cuestión de independencia, la validación de estas leyes emanadas de supra poderes no pueden ser de mera aprobación por su origen.

Nuestros representantes en esos organismos son calificados pero no representan pensamiento de nuestro amplio y variado espectro político.

Retornando  al tema de fronteras y represión del crimen siempre nos centramos en la sustancia o mercadería ilegal, en los procesos de incautación pero el gran enemigo es el criminal, debemos centrar nuestra atención en los individuos presuntos infractores, es el centro causal del delito al que debemos enfocar las actuaciones del Estado represor.  

Por supuesto a las organizaciones a las que pertenece o que participan de ese peregrinaje delictivo.

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