Política Internacional

Carney, gana elecciones y

afronta tensiones con Trump

Lorenzo Aguirre

Mark Carney triunfó en las elecciones de Canadá, marcando por cuarta vez un gobierno para el “Partido Liberal” (“PL”) – ha tenido poder durante casi setenta años en el siglo XX, adoptando los principios de socio liberalismo, progresismo y posición izquierda, aunque para muchos es de centro izquierda -, gracias a Quebec, y Ontario, provincias que finalmente inclinaron la balanza a favor del oficialismo. A decir verdad, Mark Carney ganó los comicios por el “efecto Trump”, cuyas amenazas incentivaron no solo a la izquierda canadiense, sino, además, a gran parte de la población que sintió vapuleada su soberanía a través de un fascista que pretendía adueñarse del país, convirtiéndolo en el “Estado 51º.

Luego de una década de gobierno de Justin Trudeau – provocando un profundo degaste dentro del “Partido Liberal” -, Mark Carney revirtió la situación sacando adelante dicho partido, gracias a la tonta declaración del presidente Donald Trump, amenazando anexar Canadá, y señalando además que, Justin Trudeau, sería el nuevo gobernador.

Obviamente dichas manifestaciones estimularon ira, y reavivaron un sentir nacionalista que cambiaría totalmente el rumbo electoral, porque, mientras Mark Carney defendía su país – “¡jamás, cederemos!”- ante las declaraciones invasivas por parte del mandatario estadounidense, el opositor “Partido Conservador” – fusión de dos partidos de derecha, “Partido Conservador Progresista”, y “Alianza Canadiense”, de ideología conservadurismo, liberalismo económico, conservadurismo fiscal, federalismo, y de posición centroderecha, a derecha -, cuyo líder es Pierre Poilieves (miembro de la Cámara de los Comunes), se dedicó a una ensombrecida campaña. Poilieves, habló de economía, reducir la inflación, crear fuentes de trabajo, mejorar sueldos, etc, dejando totalmente de lado, olvidando, la seriedad del tema de referencia respecto al acoso del presidente de Estados Unidos, como así también a sus amenazas comerciales. En consecuencia, perdió un tiempo invalorable, además de fatigar con sus interminables discursos sobre la forma de combatir la ideología progresista, cuando en realidad la embestida la estaba teniendo desde el exterior.

A PROPÓSITO DE RESULTADOS… Con 28.526.000 votantes (68.7%) – sobre una población de 41.466.000 -, el “Partido Liberal” (“PL”), de Mark Carney, se llevó un 43.72%, correspondiéndole 169 escaños (necesitaba 172 para formar mayoría), mientras Pierre Poilieves, por el “Partido Conservador”, obtuvo el 41.28%, y 144 asientos en la “Cámara de los Comunes”.

Más atrás, el tercer lugar fue para el “Bloque Quebequés” (socialdemocracia, nacionalismo quebequés, de posición izquierda), de Yves – François Blanchet – miembro de la “Cámara de los Comunes” -, con 6.3%, logrando 22 asientos parlamentarios, y en cuarto término el “Nuevo Partido Democrático” (“NDP”) – socialdemocracia, progresismo, posición izquierda -, de Jagmeet Singh (fue miembro de la “Cámara de los Comunes”), con 7 escaños.

Por lo acontecido, Mark Carney estaría gobernando en minoría, y lógicamente deberá buscar apoyo de otras fuerzas políticas para poder mover las propuestas legislativas.

Carney – el pasado mes de enero asumió como primer ministro sustituyendo a Justin Trudeau, quien presentó su dimisión tras perder el apoyo político luego de casi diez años de gobierno -, fue responsable en dirigir el Banco Central de Canadá para superar la crisis financiera de 2008, posteriormente, la de 2013, y se convirtió en el primer no ciudadano en conducir el Banco de Inglaterra, resaltando por su enfoque al resistir el temporal del Brexit, en Reino Unido.

AHORA, EL ENFRENTAMIENTO CON DONALD TRUMP El conflicto desatado y en tránsito por parte del presidente estadounidense, y su presión de locos al duplicar las tasas, igualmente le ocasionó frenar algunas cosas, como por ejemplo el recargo de veinticinco porcentual a la electricidad. De toda forma es oportuno recordar que, Ontario, le vende a Michigan, Minnesota, y Nueva York, pero, más allá de lo expresado, es dable resaltar que, para el pueblo canadiense, la prepotencia del jefe de los Estados Unidos despertó un nacionalismo comercial, marcando una sostenida posición política.

Para los canadienses, adquirir productos del país no es decisión consumista, sino cuestión de principios expandiéndose hacia otros rubros, como por ejemplo la proyección turística desde Canadá hacia Estados Unidos, que evidencia una merma algo más que considerable, con repercusiones severamente negativas para Estados Unidos, pues se advierte una reducción de viajes, dejando una pérdida que ya sobrepasa los 5.000 millones de dólares.

Vale agregar que, Canadá, representa el setenta y cinco por ciento de las exportaciones hacia Estados Unidos, y además es su mayor proveedor de petróleo crudo. Esto, hace que, Carney, tendrá que buscar nuevas alianzas y expandirse para encontrar otras oportunidades, no solo con Europa, sino con democracias asiáticas, y ahora, especialmente con Australia – país en el cual ha ganado el “Partido Laborista”, de Anthony Albanese -, para no quedar aislado y erosionado.

Hace apenas unos días el presidente Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, se reunieron en la Casa Blanca, iniciando una supuesta ronda de conversaciones.

Trump, resaltó una larga lista de beneficios que recibiría Canadá, si pasara a formar parte de Estados Unidos, pero Carney, respondió: “como sabe, en el sector inmobiliario hay lugares que nunca están a la venta. Canadá, nunca estará a la venta”.

La prepotencia de Trump le hizo contraatacar, señalando: “nunca digas nunca. Ya veremos qué pasa con el tiempo”.

Las relaciones se encuentran muy tensionadas debido a la retórica de Trump respecto al “Estado 51º”, pero, además, demostró falta de ética, una postura autárquica, y total ordinariez – sus millones de dólares no alcanzaron para pulir la vulgaridad – sobre su referencia al ex primer ministro Justin Trudeau, el cual sería el “gobernante”, y líder del “nuevo Estado 51º”.

Sin lugar a duda este año el mundo continuará afrontando y padeciendo abusos de poder y alguna ración de sufrimiento – a veces compartida con amigos de fatiga -, aunque en cierta forma se pueda dejar atrás tiempos de inmediatez grosera que echaron sobre la mesa miserias emergentes mostrando lo peor que goza nuestra especie. En realidad, un poco más adelante, ciertos enajenados frenéticos desgastando con su cháchara en falsete, desdibujarán su rostro hasta llegar a patéticas copias de Pinocho, y pasearán su prepotencia, aunque en pocos años no estarán criticando el “vaso medio lleno, el vaso medio vacío”, sino más bien el “sarcófago medio y medio”, y en apenas veinte años más, ni siquiera podrán mirarlo.

Compartir

Deja una respuesta