Política nacional

Contra la barbarie, educación

Fátima Barrutta

En el momento en que se publique esta columna ya habrá pasado una nueva -y seguramente imponente- marcha en memoria de los desaparecidos durante la dictadura militar; un encuentro de cada 20 de mayo en que el silencio se vuelve atronador.

No estamos del lado de quienes ven en esta manifestación un acto de reafirmación político-partidaria. Se equivocan aquellos que lo interpretan de ese modo, tanto desde el Frente Amplio como desde los partidos históricos o Cabildo Abierto.

Estamos del lado del humanismo, un humanismo que se vio hondamente lacerado por la política criminal de la dictadura. Esto hay que decirlo fuerte y claro para quienes de un lado y otro de los extremismos partidarios, manchan la memoria de las víctimas al convertirlas en meras excusas de promoción ideológica.

Si en épocas pasadas, los uruguayos llevamos las cosas a un punto tal que provocó que el terrorismo de estado se adueñara del país, debemos enfrentar nuestras responsabilidades por ese triunfo de la barbarie: las tuvimos todos, algunos pocos por acción y los más por omisión.

Por eso, cada 20 de mayo debe vivirse como una jornada de contrición: nunca más dictadura, del signo que sea, nunca más enfrentamientos armados entre uruguayos, nunca más priorizar el conflicto sobre la tolerancia y la prepotencia sobre el respeto a la institucionalidad democrática y los derechos humanos.

En tal sentido, quisiera destacar el proyecto de Ley de Creación de la Universidad Virtual del Uruguay que ha presentado el diputado colorado Felipe Schipani el pasado 16 de mayo y ha sido tan bien explicado por el economista Claudio Rama en su última columna de Opinar.

Estamos ante un verdadero avance del humanismo, y el Partido Colorado sabe de ello porque los ha promovido a lo largo de su historia, que es la del país.

Porque la revolución educativa de José Pedro Varela, la inauguración de los liceos departamentales de José Batlle y Ordóñez, y de los CAIF y escuelas de tiempo completo de Julio María Sanguinetti, dan cuenta de una absoluta coherencia de acción política, priorizando la educación como principal herramienta para la construcción de ciudadanía y mejoramiento de la convivencia.

Recogiendo lo más positivo de la experiencia de educación virtual en tiempos de pandemia, Schipani abre una inédita oportunidad de formación universitaria para aquellos que, por distintas circunstancias (horarios de trabajo extensos, lejanía de los centros educativos y hasta limitaciones de movilidad), están impedidos de aspirar a ese nivel de capacitación. Debe decirse además que la formación universitaria cada vez más deja de ser un lujo para transformarse en una necesidad, si tenemos en cuenta la manera acelerada como los empleos de baja calificación desaparecen al impulso de los avances tecnológicos.

Menos barreras al ingreso a este nivel educativo implica, además y sobre todo, un conocimiento más profundo y racional en términos de convivencia: el mejor antídoto contra los radicalismos antidemocráticos que en otros tiempos envenenaron nuestra libertad.

Recomiendo al lector ingresar en YouTube a la conferencia titulada “La crueldad de esta historia pertenece a miles de personas”, en la que el emprendedor social ghanés Ousman Umar relata su experiencia durísima como migrante, de su país natal a España, y cómo llegó a la conclusión de que aún más importante que nutrir nuestro cuerpo es alimentar nuestra mente. En un pasaje, Umar relata que cuando pudo superar la precariedad de su condición, regresó a Ghana y propuso al ministerio de Educación un plan para proveer de computadoras a las escuelas. Al no tener respuesta, sintió que él debía ser “ministro de Educación y secretario general de la ONU”, si así se lo proponía. Tejió una esforzada alianza de empresas que desechaban sus equipos obsoletos y los donaban a las escuelas, haciendo realidad desde la sociedad civil lo que el gobierno no encaraba.

Por eso pienso que si un día, más de 50 años atrás, los uruguayos todos fuimos un poco responsables de la caída de la libertad, hoy más que nunca, en este mundo tecnológico en que aumentan las comodidades y decaen los valores, debemos hacernos responsables de seguir alimentando nuestras mentes en conocimiento y ética para la convivencia.

El proyecto de ley de la creación  de la Universidad Virtual del Uruguay (UVU) va en línea con esos ideales que son, ni más ni menos, los que viene impulsando el batllismo a lo largo de su fecunda historia.

Compartir

Deja una respuesta